El gobierno de Maduro realizó un acuerdo, del que participaron los yanquis, para realizar elecciones a presidente el año próximo en Venezuela. Este acuerdo fue celebrado por el gobierno de Argentina, y los yanquis plantearon una disminución en las restricciones impuestas en el bloqueo al sector de gas y petróleo de Venezuela.
El domingo 22 de octubre, la oposición al gobierno de Nicolás Maduro realizó elecciones primarias autogestionadas para elegir a su candidato a presidente. El padrón electoral tiene inscripto a 21 millones de venezolanos, que estaban convocados a votar. La oposición dice que votaron más de 2 millones. El gobierno afirma que la cifra está inflada, y que no votaron más de 500 mil electores.
En estas elecciones resultó ganadora la exdiputada María Corina Machado, una ingeniera especializada en finanzas, egresada del programa yanqui para Líderes Mundiales, dictado por la Universidad de Yale. Machado promete abrir la economía venezolana al mundo, privatizando empresas estatales y alentando la apertura a la participación privada en la explotación del petróleo, y fomentando la toma de préstamos internacionales. El gobierno de Maduro inhabilitó a Machado para ejercer cargos públicos por 15 años, por errores y omisiones en la declaración de su patrimonio. Funcionarios del gobierno han declarado que no existen chances que Machado pueda ser candidata, debido a esta inhabilitación judicial.
Las elecciones fueron autogestionadas, pues no contaron con la asistencia técnica del Consejo Nacional Electoral. Los representantes del gobierno en la mesa de diálogo para las elecciones presidenciales denunciaron a esta realización en forma autónoma como una violación al acuerdo firmado. Afirman que fue un engaño a la población, pues participaron candidatos inhabilitados judicialmente, y que se robaron identidades de ciudadanos para inflar el número de sufragantes en un proceso sin fiscalización por parte del estado. El Consejo Nacional Electoral había propuesto postergar el proceso electoral un mes, para brindar su apoyo en la gestión y supervisión.
El presidente Nicolás Maduro, en su programa de televisión, calificó las primarias como un megafraude”. Y acusó a la oposición de implementar planes desestabilizadores.
El fiscal general de Venezuela, Tareck William Saab, anunció la apertura de una investigación en contra de los miembros de la Comisión Electoral de las elecciones primarias, y de los responsables políticos de la elección. Se los acusan de “usurpación de funciones electorales, usurpación de identidad, legitimación de capitales y asociación para delinquir”. Saab dijo que estas elecciones fueron “un fraude y un acto bufo.” El financiamiento de las primarias también está siendo investigado.
Los yanquis se subieron a estas elecciones, y portavoces oficiales de la presidencia declararon que “Estados Unidos espera ver nuevos pasos para garantizar que las elecciones presidenciales de 2024 sean libres, justas y competitivas”. Varios congresales se manifestaron en el mismo sentido. En un contexto mundial de guerras, como la invasión de Rusia en Ucrania, y los bombardeos de Israel al pueblo palestino (entre otras), y el crecimiento de factores que podrían detonar una guerra mundial, los yanquis quieren garantizarse reservas petroleras y poder recuperar su patio trasero: América Latina. Por eso juegan con sus relaciones con Venezuela, para destronar a Rusia y China en sus relaciones con el país caribeño. Recordemos que China utiliza el chantaje de la “ayuda económica” a cambio del embargo a futuro de materias primas estratégicas, como el petróleo venezolano (y de otros países latinoamericanos) o el litio en Argentina.
Escribe Rodrigo Cruz
Hoy N° 1985 01/11/2023