La querella se notificó en diciembre de 2017 que se elevó la pena a 16 años de prisión al pedófilo Ramón Andrés Bejarano, acusado de abusar sexualmente de sus dos hijos y de sus dos sobrinas, todos menores de edad. Una nueva conquista de la lucha de las mujeres jujeñas.
La querella se notificó en diciembre de 2017 que se elevó la pena a 16 años de prisión al pedófilo Ramón Andrés Bejarano, acusado de abusar sexualmente de sus dos hijos y de sus dos sobrinas, todos menores de edad. Una nueva conquista de la lucha de las mujeres jujeñas.
Hoy en el marco de la lucha de las mujeres contra la violencia de género se empieza a visibilizar cada vez más el abuso sexual infantil, en particular los casos que tiene a los padres como autores del delito contra sus hijos (incesto). Y se necesita un tratamiento diferente por parte de la Justicia, no solo en lo que hace a las causas penales (garantizando condenas), sino también en lo que hace a la protección de los niños y niñas de sus abusadores.
Un poco de historia
Andrés Ramón Bejarano, hoy detenido, fue denunciado en el año 2012 en San Pedro de Jujuy por haber abusado de sus dos hijos (incesto) y dos sobrinas. Los niños tardaron años en develar los hechos de abuso. La causa tuvo una falta de mérito en un primer momento (falta de pruebas) por lo que Bejarano recuperó la libertad.
Luego de apelarse la resolución por la querella, se lo volvió a detener. Y se fue a juicio oral en octubre de 2014. En el expediente se había acreditado con los informes médicos el abuso sexual gravemente ultrajante a una de sus sobrinas y a su hija, y el abuso sexual con penetración a su hijo y a su otra sobrina. En el juicio, se condenó con ocho años de prisión a Bejarano por el abuso a las sobrinas y por uno de sus hijos, pero se lo absolvió por el abuso a su hija.
¿Por qué se lo absolvió por el abuso a su hija? La abogada de dos querellas, Mariana Vargas, expresaba que “La niña, sometida a la manipulación del padre agresor, se retractó de sus dichos. No solo no se la apartó del padre cuando éste quedó en libertad, sino que era llevada por la madre a visitarlo a la cárcel, lo que nos enteramos en el juicio oral. Es todo un tema la retractación: hay que analizarla en el marco de relaciones de afecto, manipulación y amenazas en el sentido amplio. Los niños no fueron resguardados del abusador denunciado. La Fiscalía apeló y esta sentencia fue revertida por el Tribunal de Casación en junio de 2017, donde Bejarano fue condenado por el abuso a su hija, a pesar de la retractación, y agravó las calificaciones de los otros delitos, por lo que se impuso una pena de 16 años de prisión y hoy está en trámite un recurso de la defensa del que me corrieron traslado el viernes 22 de diciembre. Creo que la condena a 16 años de prisión después de cinco años de proceso es ejemplar”.
Este es un caso que permite reflexionar en relación a qué pasa con los niños víctimas de abuso sexual. Afirma Mariana Vargas que “Si un niño es abusado sexualmente, nuestro punto de partida debe ser resguardar, proteger, cumplir la ley y los acuerdos internacionales. De lo contrario se estaría naturalizando la violencia, garantizando impunidad del violento y desampararíamos a la niñez vulnerada”.
En todos estos años fue muy importante el rol de la familia que luchó por Justicia, junto a la Casa de la Mujer María Conti.