Unos 10 mil campesinos enfrentaron a la policía, prendieron fuego a una comisaría y a otros edificios del gobierno y del Partido “Comunista”, y volcaron y quemaron patrulleros en el distrito de Wengan, en la provincia de Guizhou, al sudoeste de China. La rebelión, producida en la noche del sábado 28 de junio, dejó al menos un muerto, una docena de heridos y 150 personas detenidas.
El motivo inmediato fue la violación y asesinato de una joven estudiante de 16 años. Según sus familiares, la chica había desaparecido tras recibir una llamada de tres hombres, dos de ellos relacionados con las fuerzas de seguridad de la ciudad que fueron interrogados y liberados en apenas 24 horas, lo que provocó la ira de los pobladores.El caso se parece mucho al de nuestra María Soledad Morales, que a principios de los ’90 desnudó la profunda corrupción que impregnaba a prácticamente todos los escalones del poder menemista a escala nacional y en las provincias.
Pese a la imagen de “sociedad armoniosa” trabajosamente elaborada por los jefes del imperialismo chino –especialmente en vísperas de los Juegos Olímpicos a realizarse en agosto en Beijing–, en los últimos años se multiplicaron en toda China las protestas masivas provocadas por situaciones de injusticia y opresión por parte de funcionarios o personas amigas del poder.
02 de October de 2010