Un sistema perverso
López Javier está acusado de homicidio agravado en grado de tentativa (tentativa de femicidio) y por violación de domicilio contra su ex pareja, Yamila. Estaba detenido desde junio de 2019.
El Fiscal Darío Osinaga (San Salvador de Jujuy/Alto Comedero) pidió la prisión preventiva, y la Jueza de Control (del Juzgado especializado en Violencia de Género) no hizo lugar al pedido del Fiscal y ordenó su inmediata libertad el 20 de noviembre.
Ella hoy está escondida, aterrada, porque piensa que él irá a buscarla para lograr lo que no logró en junio: MATARLA.
El absurdo jurídico
¿Las razones de la libertad? La jueza entendió que no se acreditaron los delitos. Porque del informe médico surge que Yamila no estuvo en peligro de muerte ya que las lesiones por arma blanca fueron en sus manos. Es que él entró corriendo a la casa donde ya no vivía desde enero, la acorraló sorpresivamente contra la pared de la pieza, le puso el cuchillo en el cuello y ella con las manos evitó que él la degollara. Su papá entró y vio la escena, por lo que agarró por la espalda a López; ahí se le cayó el cuchillo al suelo, Yamila lo agarró y salió corriendo a pedir ayuda. Es decir, según el informe médico, si en vez de usar un arma blanca hubiese usado un arma de fuego, disparaba y erraba mientras lo agarraban por la espalda, tampoco su vida hubiese corrido peligro de muerte. Pero eso no significa que López no tuviera intención de matar y que algo ajeno a él impidió cumplir el objetivo de muerte.
La jueza también planteó que la violación de domicilio no ocurrió porque ella el día anterior le había dicho a la madre de López que él fuera a buscar sus cosas. Así que a pesar de no vivir con ella, y tener una restricción de acercamiento, Yamila habría consentido que él entre sorpresivamente, sin tocar la puerta ni pedir permiso, arrinconándola contra la pared con el cuchillo en su cuello.
Perspectiva de género
Las medidas cautelares en las causas penales atravesadas por la violencia de género no solo son para evitar la fuga o que se entorpezca el proceso. También hay que pensar en esas medidas como protección de las mujeres, hijas e hijos víctimas. Hoy Yamila está encerrada, aterrada, escondida, pensando cuando se lo va a cruzar. Su libertad de circulación quedó reducida a NADA. Porque piensa que él la va a matar. Si ya lo intentó una vez ¿por qué no intentarlo otra? Hay tantos femicidas que matan y después se matan, o que matan, se entregan a la policía y confiesan… no hay razones para pensar que López no intente volver a matar a Yamila: él entiende que ella le pertenece, es de él o no es de nadie.
La querella apeló la libertad de López, pero el sistema perverso que no cuida a las víctimas, que argumenta absurdos jurídicos para sostener la impunidad, también impide que las victimas opinen sobre las medidas que pueden garantizar la propia vida.
El Estado le da la espalda a las víctimas de violencia. Las encarcela a ellas, mientras ejemplifica con fallos como estos que la libertad –hasta de matar- de los machos violentos es total. Mientras la libertad de las víctimas de violencia machista es NULA. Se llama #JusticiaPatriarcal, aunque le quieran poner otro nombre.
Mariana Vargas, Abogada feminista