1. Macri: el hambre mata
La Argentina produce alimentos para 400 millones de personas. El hambre se puede resolver en 2 días. Macri llegó con la promesa de acabar con la pobreza. ¿Cuántos niños y mayores sufren la desnutrición y la muerte? El gobierno tiene plata, tiene un presupuesto de 100.000 millones de dólares, pero lo usa para subsidiar a los grandes monopolios.
“Es una catástrofe social con consecuencias irreversibles para los niños, adolescentes y mayores”, dijo Juan Carlos Alderete, en el seminario de Pastoral Social, según el censo nacional que realizan los Cayetanos, que preparan una nueva jornada a mediados de julio y la marcha desde Liniers a Plaza de Mayo el 7 de agosto.
Siguen los despidos, suspensiones y cierres de fábricas. En la Volkswagen trabajan 9 días y recortan los salarios al 60%. La Ford suspendió 700 trabajadores durante un año.
Cada semana más familias pasan hambre, en la mayoría hay por lo menos un desocupado, y crecen las que no llegan a fin de mes. Hay malhumor, tristeza y bronca. Juntarse y discutir para transformar el dolor en fuerza, en lucha y organización, es el camino.
Los 350 delegados de pequeños y medianos productores agrarios, en el exitoso Congreso Nacional de la Federación Nacional Campesina, en Mendoza, discutieron su grave situación y preparan nuevas jornadas de lucha.
Los 130 delegados del 2° Encuentro de la Agrupación Azul y Blanca de docentes debatieron la situación de la educación pública en liquidación por la política macrista. Los estudiantes universitarios de la CEPA y los secundarios del MUS, en Quilmes, se plantaron por sus problemas contra la política macrista.
Al cierre de esta nota se movilizaban las mujeres para que no se quiten las moratorias, un derecho conquistado que Macri está recortando.
El 13 y 14 de julio, en Apolinario Saravia, Salta, se reúne el Encuentro de Originarios, que luchan por sus tierras y territorios, y por sus condiciones de vida.
2. Macri no está derrotado
Macri recuperó la iniciativa, por ahora, con el dólar planchado a costa del brutal endeudamiento, una pequeña baja de la inflación por la pérdida de valor de los salarios, las jubilaciones y planes sociales. Y cooptó a Pichetto después que le aprobaron el examen que le tomaron el FMI y los banqueros imperialistas.
Con ese balance, Macri viajó a Japón a la reunión del G20, el grupo de los jerarcas imperialistas, donde avanzó en el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea (ver recuadro). También avanzó en el acuerdo para la construcción de una usina atómica china en la Argentina.
Rápidamente, los medios que promocionan a Macri publicaron encuestas con un leve aumento de la imagen presidencial, con la que podría pasar la primera vuelta y ganar la segunda.
Volvió a quedar en evidencia que Macri no está derrotado. Que las poderosas fuerzas del sector hegemónico del bloque dominante en la Argentina siguen haciendo lo necesario para mantener a su candidato en carrera.
Claro que esas poderosas fuerzas le exigen hacer el trabajo sucio contra el pueblo de entrada: reforma laboral, recortar salarios, jubilaciones y asignaciones sociales, echar de sus territorios a los originarios de la zona de Vaca Muerta y el litio, abrir más las puertas a las importaciones y, sobre todo, cumplir religiosamente con los pagos de la deuda pública.
3. Frente de Todos: una fuerza para derrotar a Macri
Con Macri, los principales grupos que tienen el poder son los bancos, cerealeras, petroleras, megamineras, monopolios de servicios públicos y terratenientes latifundistas. Esos grupos se han llenado los bolsillos a costa del hambre, el ajuste, la entrega y la represión al pueblo. Y han inclinado a la Argentina ante el imperialismo yanqui, porque solo Trump podía garantizar los fondos del FMI para impedir el estallido financiero de la deuda argentina en el 2018 y promover un nuevo turno de Macri este año.
La Argentina es un país presidencialista. El objetivo de derrotar a Macri en las elecciones, de conquistarse, será un golpe a esos grupos que hoy tienen el poder y a la ofensiva de Trump para fortalecer a Estados Unidos en la región, con gobiernos de derecha como Bolsonaro y Macri.
Derrotar a Macri en las elecciones exige una unidad muy amplia, por la que luchamos y se concretó, con los 16 partidos, fuerzas gremiales y sociales que confluimos en el Frente de Todos.
El Frente de Todos incluye a la amplia mayoría del movimiento obrero en sus tres sectores (ocupados, desocupados y jubilados), a los campesinos, originarios, intelectuales, artistas, profesionales, Pymes y la burguesía nacional, que sufren de una u otra manera el infierno macrista.
En el Frente de Todos golpeamos juntos con sectores de burguesía intermediaria, que se expresaron en el gobierno kirchnerista en las alianzas estratégicas con China y Rusia, países a los que no consideran imperialistas, pero lo son, como lo muestra la base militar china que le permitieron construir en Neuquén.
Solo así se pudo construir una fuerza, una herramienta para dar la gran batalla que derrote a Macri en las elecciones.
4. La batalla electoral
El Frente de Todos puede derrotar a Macri. Todo depende de la campaña electoral. Depende de que nos metamos en el gran debate que hay en las amplias masas populares en las fábricas, los barrios, los campesinos, los originarios, las mujeres y los jóvenes, para que protagonicen la campaña electoral, discutiendo casa por casa, vecino por vecino y usando los medios y redes sociales.
Depende, en gran medida, de que encabecemos la campaña electoral, nos la pongamos al hombro el PTP, el PCR y la JCR, la CCC y las organizaciones en las que participamos, con grandes actos como el de Laferrere y otros lugares, y con pequeñas y grandes iniciativas. Con mucha presencia en las redes sociales. Con brocha y cal, volantes, afiches y todo lo que sirva para ganar cada voto, a favor de los reclamos por las emergencias que vive el pueblo, y que es imprescindible destinar todos los fondos a resolver esa deuda con el pueblo, haciéndole pagar la crisis social, económica y financiera a los que se llenaron los bolsillos durante el gobierno macrista.
Depende también, de que los Cayetanos luchemos unidos en las calles y en el voto, con la fuerza y la firmeza con que lo venimos haciendo. También, con las fuerzas sindicales, campesinas y de chacareros, originarios, mujeres, jóvenes, intelectuales, profesionales, de la cultura, las Pymes y la industria nacional. Es decir, con todos aquellos dispuestos a pelear una salida del infierno macrista a favor del pueblo.
Es una batalla en la que vamos a discutir con razón, con ventaja y sin sobrepasarnos, con sectores que son parte del Frente de Todos, y trabajan para volver a las alianzas estratégicas con China y Rusia, que está en la raíz de la derrota del gobierno kirchnerista en las elecciones del 2015. Sectores que sectarizaron las listas de candidatos, lo que no ayuda a esa amplia unidad necesaria para derrotar a Macri.
Para derrotar a Macri y su política, unimos a todos los que quieren acabar con este infierno: peronistas, kirchneristas, progresistas, comunistas y sin partido. Eso incluye a los que reivindican al gobierno kirchnerista y a los que no queremos volver atrás.
5. Más PCR, para que el pueblo sea protagonista
Las elecciones para las PASO del 11 de agosto abrirán una nueva situación. Anticipan el probable resultado de la primera vuelta el 27/10 y, si el resultado es peleado, la segunda vuelta el 24/11.
El macrismo hará cualquier cosa para intentar ganar. Ese trabajo sucio comenzó con amenazas de bombas, ahora en estaciones de tren. También con provocaciones como el robo en la salita sanitaria de La Matanza. Si Macri gana, aplicará rápido las medidas pactadas con el FMI, y si pierde va a embarrar la cancha.
Por eso peleamos para seguir la lucha en las calles antes, durante y después de las urnas. En las calles el pueblo impuso sus reclamos en la agenda política y desenmascaró a Macri. Abandonar la calle favorece a Macri y desarma a las masas. Trabajamos para articular la lucha y el voto.
Para encabezar la campaña electoral, todos los organismos del PCR deben reunirse, discutir la política y hacer su plan de campaña. Un objetivo es ganar para hacer campaña a todos los afiliados al PTP, y prepararse, ya que el macrismo prepara el fraude con el cambio del sistema de cómputos.
El eje del plan de campaña debe ser la lucha por el voto en los centros de concentración obrera, donde hay despidos, suspensiones, baja del salario, robo del impuesto a las ganancias, etc. Y llevar el debate por el voto al Frente de Todos a las masas populares, con el programa del PTP y el PCR.
Hacemos campaña unida a la difusión del hoy y la campaña financiera, a la formación de círculos de lectores y la afiliación.
Para que las masas sean las protagonistas de la lucha en las calles y la batalla política electoral, es necesario fortalecer al PCR y la JCR. Para prepararnos y preparar a las masas para los cambios de la situación política rápidos que pueden producirse desde el 11 de agosto.
Hacemos campaña acumulando fuerzas para no volver atrás, sino para abrir un camino que lleve al pueblo a acabar con la dependencia, el latifundio oligárquico y el Estado mafioso que los sostiene. Como dijo el camarada Otto Vargas: “Algunos dicen: ‘Ustedes no quieren que haya una alternativa, un ‘espacio’. No. No queremos crear una ‘alternativa’ ni un ‘espacio’ dentro del sistema. ¡Queremos voltear el sistema!” (discurso en el Teatro Bambalinas, el 10/5/2007)
Escribe Ricardo Fierro
Foto: Congreso de la Federación Nacional Campesina
Los imperialismos disputan la Argentina
Las elecciones en la Argentina se juegan en el escenario latinoamericano y mundial. Cosas que se deciden en los centros imperialistas, tienen consecuencias en la Argentina.
Los imperialismos yanqui y chino acordaron una pequeña tregua en la guerra comercial en la que están embarcados. El gobierno y la Reserva Federal yanquis acordaron rebajar las tasas de interés para estimular su economía.
En medio de las amenazas militares yanquis contra Irán, la Unión Europea firmó un acuerdo con ese país de Asia. Visitó a la Argentina (y otros países de la región), el jefe del Comando Sur militar de Estados Unidos, “preocupado por la creciente influencia de China, Rusia e Irán” en Latinoamérica. La preocupación del jefe militar imperialista tiene que ver con la decisión de Brasil de construir submarinos de propulsión atómica, su posible venta a la Argentina y otros países, así como las propuestas de intercambio tecnológico en aviones de combate. También, la posibilidad de que Irán pueda acceder esos desarrollos tecnológicos militares, sobre todo en el terreno atómico.
Desde el Comando Sur yanqui se planificaron y realizaron todas las agresiones militares de Estados Unidos en América Latina. Repudiamos la presencia de ese jerarca imperialista.
Macri fue a florearse a la reunión de jerarcas imperialistas del Grupo de los 20 (G20). Ahí firmó una carta de intención para un acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, de “libre comercio”: la apertura total de las importaciones de los monopolios imperialistas. Festeja Macri, ocultando que de las 600.000 pequeñas y medianas empresas que tiene la Argentina, solo 9.000 son exportadoras. ¿Cuántas de las otras 592.000 van a cerrar por las importaciones? ¿Cuantos miles de desocupados provocara ese “libre comercio”?
Cumpliendo los acuerdos del gobierno kirchnerista, Macri avanzó en el acuerdo con China para construir una usina atómica, dando un nuevo golpe a la tecnología nacional.