La ciudad de Yuyao, provincia de Zhejiang, en el este de China sufrió una gran inundación el 7 de octubre. Miles de personas salieron a las calles a protestar el martes 15, denunciando que el gobierno chino no estaba destinando suficiente ayuda a los damnificados.
La ciudad de Yuyao, provincia de Zhejiang, en el este de China sufrió una gran inundación el 7 de octubre. Miles de personas salieron a las calles a protestar el martes 15, denunciando que el gobierno chino no estaba destinando suficiente ayuda a los damnificados.
Las cifras oficiales hablan de 10 muertos, y cinco desaparecidos en una región que quedó sin energía eléctrica por varios días, afectando a 11 millones de habitantes. Más del 70 por ciento de la ciudad de Yuyao estaba bajo el agua una semana después del tifón que la azotó.
Los residentes de Yuyao se concentraron frente al ayuntamiento, exigiendo la renuncia del secretario local del Partido Comunista y del alcalde. Allí se enfrentaron con palos y ladrillos con la policía, que produjo cerca de 60 detenciones.
En el típico lenguaje de las clases dominantes, Cai Qi, jefe de organización del PCCh en Zhejiang, pidió a la población “que se abstenga de actos radicales y ha asegurado que las autoridades hacen todo lo que pueden”, dicen los medios oficiales, como El Diario de Yuyao, de propiedad estatal, que recomienda en un editorial que los vecinos “expresen sus demandas racionales en el momento adecuado, y de manera razonable”.
Luego de los enfrentamientos del 15, en los que miles se enfrentaron con las fuerzas represivas, destruyendo vehículos del gobierno y de la policía, el gobierno chino envió centenares de efectivos policiales.
