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16 de December de 2020

Roxana Rechimont, secretaria general de ATE La Pampa

“Este es un sindicato abierto 24 horas”

La titular de ATE La Pampa nos habla en esta nota de las peleas por el salario y las condiciones de trabajo, y los avances en la lucha contra la violencia de género.

La compañera Rechimont comienza planteando: “Nosotras y nosotros tenemos la escuela de Ricardo Araujo, actual secretario general de la CTA Autónoma La Pampa y durante muchos años secretario del gremio, por eso este es un sindicato abierto 24 horas”.

“Este 2020, con la pandemia, hemos estado metidos como gremio en muchas cosas. Fuimos la primera provincia que pudimos abrir una paritaria salarial. ATE integra desde hace años la Intersindical de gremios de base, junto con Salud, Vialidad, Justicia, trabajadores de Energía y UPCN. Tenemos la particularidad que cualquier gremio con la simple inscripción puede participar de la paritaria. Entendemos que esto es importante y hace a la democracia sindical.

“El primer tramo de la paritaria lo abrimos en junio, y logramos un 12% de aumento para el primer trimestre del 2020. El segundo tramo comenzó en noviembre y fue más dura. El gobierno provincial ofreció 12%, sin contemplar la inflación de los últimos meses, sumas en negro, y el bono de fin de año que ya es un derecho adquirido, tras 32 años de gobiernos peronistas. Salvo UPCN, el resto de los gremios no acordamos, porque no estamos de acuerdo en que las trabajadoras y trabajadores paguemos el ajuste, planteamos que ese 12% no fuera para el resto del año, y volver a reunir la paritaria en diciembre. El gobierno sacó el aumento por decreto.

“No pudimos sacar un plan de lucha porque no hubo acuerdo con todos los gremios de la Intersindical. Sí venimos en luchas parciales en el sector de Salud, Porteros y trabajadoras de Niñez, además de distintos conflictos en municipios.

“Ya antes de la llegada de la pandemia a la Argentina, formamos a dos compañeras del gremio en el tema de los protocolos. Así arrancamos, pero la pelea es día a día. Estamos desarrollando paritarias sectoriales en el sector Salud, y en el municipio de la capital. Los conflictos que hemos desarrollado han sido en soledad. Como el de los precarizados que ingresaron a Salud Pública antes y durante la pandemia”.

 

La pelea contra la violencia de género. El caso de Valeria Juárez

Nos cuenta Roxana: “Hemos abordado muchas denuncias de violencia de género, en particular en salud. Ya hace dos años logramos una licencia especial para víctimas de violencia de género. Funciona como un franco compensatorio. La compañera de entrada no tiene que andar contando qué le pasó, y no se le descuentan días por licencia médica. Tiene 15 días para hacer lo que llamamos “la ruta crítica” de las denuncias: conseguir atención médica y psicológica, etc. Tras estos primeros días, con un certificado del profesional que la atiende, esta franquicia, como se la llama, se extiende todo lo que sea necesario.

“Dentro de esta pelea por la situación de las compañeras, tenemos el caso de la compañera Valeria Juárez. Ella es una compañera desocupada que milita en la Corriente Clasista y Combativa, que convivía con un violento que era trabajador estatal. Tras una larga lucha, hoy podemos contar que ya lleva más de un mes trabajando como empleada municipal.

“Valeria sufrió durante siete años violencia de género por parte de su última pareja, padre de su hija. Esta persona, Héctor Fabián Mendoza, empleado de Espacios Verdes de la Municipalidad de Santa Rosa, atentó contra la vida de Valeria. Ella hizo la denuncia, con compañeros de la CCC como testigos. Ahí empezó todo un derrotero judicial, con cambios de jueces, renuncias de jueces y fiscales.

“Nosotras, junto a las desocupadas de la CCC, trabajamos en conjunto como movimiento de mujeres, con las promotoras contra la violencia de género, la Secretaría de Género de la CTA, y nuestro Departamento de Género y Diversidades.

“En medio de este proceso nos planteábamos qué pasa con las mujeres que sufren violencia de género, y el golpeador queda desempleado, por lo que se queda sin la cuota alimentaria. Sabemos que el 80% de las víctimas, cuando están en situación de violencia no tienen posibilidad de tener un trabajo, ni de estudiar.

“Ahí vino esta parte de la pelea, por trabajo las víctimas. Hablamos con una abogada feminista para presentar leyes que reparen esta situación. Porque hicimos un recorrido para lograr este puesto de trabajo para Valeria. Arrancamos con la anterior gestión municipal, que era del Pro, pidiendo que Valeria entre tras la exoneración de Mendoza. El intendente anterior dijo que sí, pero se dilató porque el violento apeló hasta llegar al Superior Tribunal, que ratificó la condena. El actual intendente, del Frente de Todos, primero dijo que sí, pero no pasaba nada. El trámite de la exoneración era muy engorroso y pasaban los meses.

“Hablamos con la concejala radical Claudia Giorgis, quien presentó una ordenanza, aprobada en febrero de este año, que prevé, dentro de la obligatoriedad de la Ley Micaela, la exoneración del trabajador condenado por violencia de género, y la ocupación de la vacante por parte de la víctima, o si hubo un femicidio alguno de sus hijos.

“La pelea sigue. Porque por un lado estamos contentas porque la compañera ya cobró su primer sueldo, pero un juez, después de 8 meses de cumplimiento de la condena, le otorgó la libertad condicional a Mendoza. Estamos apelando.

“Sabemos que es una lucha larga, porque estamos convencidas de que tiene que ver con un sistema. Hasta que no derrotemos este sistema, el patriarcado no se va a caer”.

Para finalizar, la secretaria de ATE nos dice: “A nosotros nos espera una pospandemia más dura que lo que fue este año. Tenemos una provincia sin grandes empresas, dependiente del trabajo del Estado. Las familias tienen las organizaciones sociales en las que pueden agruparse y pelear por un ingreso digno, con algún tipo de salida laboral. Tenemos una situación muy difícil también porque no hay políticas públicas que hagan control sobre los precios, que están aumentando mucho en los productos básicos. Nosotros hacemos una canasta básica todos los años, y ahora ronda los $80 mil, cuando los sueldos promedio son de $35 mil.

“Por eso es importante que desde los gremios sigamos la pelea, no sólo por nuestras reivindicaciones sino por todas las necesidades del pueblo, y apostando a que nuestros representantes elegidos con ese gran Frente de Todos que conformamos para derrotar a Macri, que puedan generar leyes que impliquen más derechos para el pueblo”, se despide Roxana.

Hoy N° 1845 16/12/2020