Cuando Mao tomó parte del movimiento revolucionario, primero se dedicó de lleno al movimiento obrero en las ciudades. Al tiempo le plantearon ir al campo siguiendo el ejemplo de otro camarada, Mao respondió: ¿Cómo vamos a poder hacer algo en el campo cuando ya tenemos bastante con las ciudades? Eso quiere decir que en aquella época no se ocupaba más que de un aspecto. Pero al poco tiempo se desplazó a las zonas rurales y se familiarizó con el movimiento campesino, combinando así los movimientos revolucionarios de la ciudad y del campo. Más tarde se dedicó al estudio de los asuntos militares, y los dominó, adquiriendo un conocimiento más cabal. Esto nos enseña que no debemos desanimar a los jóvenes que, al estudiar los problemas, prefieren concentrarse sólo en un aspecto sin abarcar todavía al conjunto y que, aun cuando se muestren renuentes a tomar parte de las actividades políticas, no debemos marginarlos, sino educarlos paulatinamente.
Chou Enlai: Aprender de MaoTsetung (1949), en Política y Teoría Nº 10.