A más de 100 días del comienzo de la lucha por la reincorporación de los despedidos, los aplausos que sellaron la asamblea que 150 obreros de Mafissa realizaron en la puerta de la fábrica, fueron la mejor demostración de que a pesar de las maniobras de Curi para dividir y desgastar a los trabajadores; junto con la complicidad de la AOT (Asociación Obrera Textil) y de los intereses del gobierno, los trabajadores están firmes y dispuestos a redoblar la apuesta de lucha para lograr la reincorporación de cesantes y suspendidos y avanzar en la discusión de condiciones laborales y salarios.
Un conflicto demasiado largo
“Curi (dueño de la empresa) no tiene cara –dice un compañero– desde el año 2000 tiene los beneficios del régimen de promoción industrial, con lo que se ahorran de ingresos brutos, pagan los sueldos miserables y le sobra”. También, al ser exportadores los benefició la suba del dólar. Ante la avalancha de productos de China con los que es imposible competir, no está dispuesto a disminuir sus ganancias, por lo que pretende a través del Proceso Preventivo de Crisis (PPC), trabajar con menos gente y más explotada. Usa el lock-out para lograr eso.
Los gobiernos nacional y provincial, que tienen en sus manos la solución del conflicto, no hacen nada. Los K con su política de permitir libremente la importación de productos chinos están arruinando ramas de la producción, entre ellas la textil y todavía mantienen los privilegios de la promoción industrial a Mafissa.
Cuando parecía que el Ministerio de Trabajo de la provincia avalaba una asamblea convocada por la Comisión Interna, dio marcha atrás y, en aras de la institucionalidad, dio el apoyo a la Asamblea que llama la AOT para el 28 de marzo con la intención de echar a la Comisión Interna. Cierra así el círculo con la empresa que pidió el desafuero de la Comisión Interna.
Pero la asamblea del 15/02 fue contundente, certificó ante un escribano la cantidad de asistentes y el acta con las resoluciones: el rechazo a los despidos y las suspensiones; reincorporación de los compañeros que no se desvincularon de la empresa y el pago de los salarios caídos por los despidos y suspensiones; puesta en marcha de la fábrica con todos los compañeros; defensa de la Comisión Interna; levantamiento de las denuncias, causas penales y pedidos de desafuero contra ella; nuevo convenio colectivo en el plazo de 30 días.
Los trabajadores reclaman que si Curi no quiere producir, que el Estado se haga cargo de la puesta en marcha y producción de la fábrica como se hizo en el año 1975; que embargue las cuentas y la producción para el pago de los salarios caídos.
La asamblea demostró que desde los distintos puestos, permaneciendo en la empresa para evitar el vaciamiento en las negociaciones, con gran sacrificio tratando de sobrevivir con changas para no aflojar. Con más o menos esperanzas, con más o menos bronca, con más o menos participación, son muchos los compañeros que hacen posible la continuidad de esta lucha en la que están puestos los ojos de los trabajadores de todo el país. Porque su triunfo será el triunfo de todos y potenciará la lucha de todos.
