El jueves 13 de diciembre, en sesión extraordinaria, la última del año, de la Cámara de Senadores del Congreso de la provincia de Buenos Aires, se sancionó la ley de expropiación de las tierras que vecinos y compañeros de la CCC y del FOL vienen ocupando en el barrio Bongiovanni del distrito de Moreno desde el mes de junio.
La alegría del nutrido grupo de compañeros presentes en La Plata, fue conmovedora. Lágrimas, risas, abrazos expresaban el sentimiento y la necesidad de tierra y la confianza en la lucha para conseguir este gran triunfo, aunque está claro que no es aún un triunfo total, ya que el gobernador de la provincia debe tomar la decisión política de promover su promulgación y reglamentación mediante la firma y, lo que es de mayor importancia, disponer de los fondos necesarios para financiar la expropiación, lo cual va a significar redoblar todos los esfuerzos, la unidad, la organización y la lucha para lograrlo.
Esto implica unir esta lucha a todas las luchas por la tierra para vivir y para trabajar y las demás de los trabajadores y el pueblo a nivel nacional. En tal sentido, son muchas las dificultades y los problemas que se deberán enfrentar, como ha sucedido hasta acá, ya que son muy grandes y poderosos los intereses y los negocios en relación a esas tierras, que están ligados a intereses vinculados al poder político y económico, y que llegan hasta las más altas esferas del poder de los gobiernos municipal, provincial y nacional
Esto tiene que ver, además, con la política del gobierno kirchnerista, de resolver en favor de esos sectores para los que gobierna y de negar la plata para situaciones de emergencia social como el de la tierra para vivir, quedándose con el 75% de los fondos de la coparticipación federal –con la complicidad de gobiernos municipales y provinciales-, con la plata de impuestos como el IVA que pagamos todos, del impuesto a las ganancias que descuentan a los trabajadores, de la pata de los jubilados de la Anses y del PAMI, con la que subsidian a empresarios amigos y pagan la ilegítima y fraudulenta deuda externa.
Rechazamos las patotas que han mandado a atacar a los vecinos ocupantes de las tierras, las intrigas para dividir a los vecinos y a las organizaciones que acompañan este proceso, de lo que no hay que hacerse eco. Estos han sido recursos de los que sirvieron esos intereses para echar a los ocupantes de la tierra, y las amenazas de desalojo. Han fracasado, pero seguirán insistiendo, frente a lo que habrá que estar atentos, alertas y preparados para derrotarlos y avanzar hacia un triunfo total.