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02 de October de 2010

Empresas y ricachones extranjeros son dueños de más de un millón de hectáreas de tierras, ríos y lagos en nuestras zonas de frontera y costas.

Extranjeros compran nuestras fronteras

Hoy 1229 / Extranjerización y concentración de la tierra bajo el kirchnerismo

Tras cuatro meses de intensa rebelión agraria, conviene recordar uno de los aspectos ocultos del kirchnerismo: el proceso de concentración y extranjerización de la tierra, manteniendo y profundizando la estructura latifundista y dependiente en nuestro país.
Es una política que ha reforzado la situación que denuncia Oscar Ainsuain, en su libro Del genocidio y robo de tierras al boom sojero: “Según datos del Censo Agropecuario 2001, los 936 terratenientes más poderosos tienen 35.515.000 hectáreas, y en el otro extremo, 137.021 agricultores poseen solamente 2.288.000”. Parte de este proceso es la venta a personas o sociedades extranjeras de ¡18 millones de hectáreas!
En las fronteras
Un aspecto menos difundido aun es que muchas de estas tierras que fueron vendidas en los últimos años a manos extranjeras, están ubicadas en lo que se considera “zona de seguridad”, es decir una franja de 150 km de nuestras fronteras, y de 50 km de nuestras costas. “Son las zonas con mayor concentración de recursos naturales estratégicos, tierras cultivables, minerales y agua dulce”, afirma la periodista María Seoane, quien agrega que “Entre 1997 y 2004 (según datos de la propia Secretaría de Seguridad Interior –SSI–, el único organismo del Estado que guarda un registro precario de las ventas) se vendieron a extranjeros 1.266.323 has entre sociedades y personas físicas, solo en estas áreas tan sensitivas de 150 Km. de ancho en el perímetro de nuestro territorio”.
Se conoce que entre los años 1997 y 1998, con la gestión al frente de la SSI del brigadier Andrés Antonietti y de Miguel Angel Toma al final del gobierno de Menem, se registró la aprobación de ventas a extranjeros de unas 8 millones de hectáreas. Como en tantas otras cuestiones, el kirchnerismo en esto no hace más que continuar con las políticas de Menem, eso sí, barajando de nuevo para fortalecer a su grupo de amigos, testaferros y patrones.

El ejemplo de Santa Cruz
En aquellos años de la década del ‘90, la pareja presidencial gobernaba Santa Cruz, donde la familia italiana Benetton tiene una gran parte del casi millón de hectáreas productivas que posee en la Argentina, lo que la convierten en los mayores terratenientes privados en nuestro suelo. En esa provincia patagónica es donde se observa, además, uno de los principales casos de concentración de la tierra: sobre 19.841.000 hectáreas, los 269 principales propietarios poseen 11.490.000.
El actual presidente del Partido Justicialista, también continuando la mejor tradición menemista, tiró por la borda las realizaciones de Perón sobre la compra de tierras en las zonas de frontera, avalando un saqueo que viola el decreto ley 15.385 de 1944, cuando Perón era el vicepresidente de Edelmiro Farrel, que declaraba de “conveniencia nacional que los bienes ubicados en zonas de seguridad pertenezcan a ciudadanos argentinos nativos”. En ese momento, el gobierno Farrel-Perón “expropió numerosas propiedades extranjeras, justamente para preservar el territorio nacional y la integridad de la Argentina”, como afirmó en su momento Luis Tibiletti, director de la SSI hasta 2006.

Tierra para pocos
La propia Conferencia Espiscopal ha denunciado esta concentración y extranjerización de la tierra. En el documento “Una tierra para todos”, la Iglesia afirma que “la falta de una política estatal fundada en una equilibrada distribución de las tierras rurales, en el marco del predominio de una concepción utilitaria de la propiedad como un bien de mercado y no como bien social, fue generando en nuestro país un fuerte proceso de concentración de las tierras productivas”. Los obispos sostienen que “este proceso, con casi tres décadas de duración, continúa actualmente vigente y afecta principalmente a pequeños y medianos productores agrícolas”, debido a que “el principal factor de concentración no es la ampliación de la frontera agrícola por ventas de tierras fiscales, sino la venta de derechos de posesión de pequeños productores empobrecidos a grandes corporaciones de capitales, nacionales y extranjeras”. El mismo documento se refiere a la extranjerización de la propiedad de la tierra como un “proceso de pérdida de soberanía y de recursos naturales, así como de concentración de la tierra en capitales extranjeros”.
En el mismo sentido se ha expresado la Asamblea Regional Argentina-Uruguay, cuando afirma que “la diaria extranjerización de la tierra, y la instalación de industrias contaminantes en la región, están causando daños irreparables, más allá del sometimiento a políticas degradantes”. 
De remate
En el artículo que citamos de María Seoane (Clarín, 16 de octubre de 2005), se consigna entre los compradores extranjeros a:
• Sesenta y tres explotaciones mineras en manos de multinacionales, que representan el 91 por ciento del total.
• Los italianos Carlo y Luciano Benetton, con un millón de hectáreas productivas en la Patagonia.
• El estadounidense Douglas Tompkins, “el mayor propietario privado de recursos naturales vinculados al agua, en la Patagonia y en los esteros del Iberá correntino”. 
• La empresa chilena, Arauco, que, asociada con capitales argentinos, compró casi el 6% del territorio de Misiones. 
• El inglés Charles Lewis, que es dueño de la mayor parte de El Bolsón y el Lago Escondido, en la frontera con Chile.
• Un grupo estadounidense en Salta, AIG, que posee junto a la finca Jasimaná 1,5 millón de hectáreas, casi el 7% de la superficie de la provincia .
• El magnate Ted Turner, que compró 55 mil hectáreas en Neuquén y Tierra del Fuego. 
• El consorcio anglo-malayo Walbrook que ha comprado tierras en Mendoza y Buenos Aires para impulsar los deportes de invierno, la agricultura y el ganado caprino.  Ô En Catamarca (Fiambalá), con 700 mil hectáreas, está el grupo GCN Combustibles SRL. El principal accionista sería aún el Grupo Nikkon.
Este saqueo, según datos de la Federación Agraria Argentina, equivale a casi el 10% del territorio nacional: cerca de 270 mil kilómetros cuadrados. Y para confirmar la esencia pro terrateniente del gobierno de los Kirchner, basta conocer que la misma FAA denuncia que más de 30 millones de hectáreas de las mejores tierras cultivables del país están a la venta del mejor postor.