El 17 de marzo pasado, después de casi 4 meses de internación, falleció la compañera Norma Alfonso.
Norma fue miembro del PCR de Barracas y activa integrante del movimiento de mujeres y de jubilados de nuestra zona. Se integró a la CCC en el 2002 y desde entonces trabajó activamente en cada una de las actividades del movimiento, afiliándose al Partido poco después.
El 17 de marzo pasado, después de casi 4 meses de internación, falleció la compañera Norma Alfonso.
Norma fue miembro del PCR de Barracas y activa integrante del movimiento de mujeres y de jubilados de nuestra zona. Se integró a la CCC en el 2002 y desde entonces trabajó activamente en cada una de las actividades del movimiento, afiliándose al Partido poco después.
Desde los primeros meses del 2002 participó en el funcionamiento de un merendero, mientras luchábamos por conseguir planes de trabajo, e integró el Taller de Prevención de Violencia, preparándose para acompañar a cada una de las mujeres que sufrían violencia en todas las situaciones que se presentaron. Comprendió a fondo el drama que vivía Romina Tejerina, lo que la llevó a acompañar la delegación que viajó a Jujuy para hacer presentaciones por su libertad, además de participar en las concentraciones frente a la Casa de Jujuy en la Capital.
Fue parte de la organización y participó activamente de todos los Encuentros Nacionales de Mujeres, desde el 2002 hasta el 2012 porque su salud no le permitió participar.
Pasados algunos años encabezó, junto a otros compañeros, la lucha por conseguir la jubilación para muchos mayores de la Villa 21.24 que, como ella, habían trabajado toda la vida pero no tenían aportes.
Cuando se consiguió la jubilación, acompañó a todos los que tenían dificultades para realizar los trámites de PAMI y que pudieran usar sus beneficios. Era activa en la propagandización de las ideas del Partido y de la CCC. Participó de cada marcha, picnic, acto y actividad que se hiciera, sin faltar nunca.
Cuidó hasta el final a su esposo enfermo y se esmeró por estar siempre al lado de su hijo, y sobre todo de sus nietos, a los que adoraba.
En los últimos meses se trasladó al barrio de Lugano, como parte de los vecinos de Villa 21 que fueron reubicados para sacarlos de al lado de Riachuelo. Estaba contenta de tener un departamento equipado, pero extrañaba su barrio, sus vecinos, su lugar.
¿Qué más podemos decir de Norma? Que nunca tuvo una queja, que no sabía decir no, que siempre tenía una sonrisa y una palabra de aliento, que para ella no había joven ni vecino malo, todos tenían algo para rescatar, que fue solidaria con todos. Por eso no había en la villa persona que no saludara, que no la conociera.
Que era la cebadora de mate mientras hacíamos empanadas para las peñas o para juntar dinero para los Encuentros. Que le gustaba mucho bailar a pesar de las dificultades, porque su vida no fue nada fácil, siempre estaba dispuesta.
Querida Norma: cada uno de tus compañeros, de tu familia, de tus vecinos, te llevaremos en el corazón, y estarás presente en cada lucha hasta el día en que el pueblo “dé vuelta la tortilla” y el trabajo y la salud sean un derecho para todos. ¡Hasta la victoria siempre!
Comité Zonal Barracas
