Con la firma, el 1/10/2020, del acuerdo salarial y el acta “por la sustentabilidad y el trabajo” se cierra una etapa en la lucha petrolera que merece ser balanceada de una manera justa.
La crisis mundial generada por la pandemia tuvo su eco en la industria petrolera tanto en el mundo como en Argentina, que acrecentó la baja de la actividad que venía desde 2019 con Macri con la readecuación del decreto 46 (incentivo gas) y la resolución 566 (congelamiento precio petróleo y dólar).
La parada de la actividad a finales de marzo dejó más de 17 mil compañeros en las casas. A partir de mayo se fueron subiendo algunos equipos, pero YPF SA, con la dirección de Afrontti y Nielsen, prolongaron el parate para apretar a los trabajadores con cambios profundos en el convenio colectivo de trabajo.
Esta nueva dirección de YPF SA, asumiendo la representación de los intereses de las distintas operadoras, presentó en julio un nuevo convenio negrero y antiobrero, con el objetivo de bajar 30% los costos operativos. Pretendieron imponer reducción de planteles, multiplicidad de tareas, reducción de ítems salariales y muchas otras modificaciones; como así también nuevos contratos a la baja para las pequeñas y medianas empresas locales.
Esto fue inaceptable para los trabajadores, lo que generó una reacción inmediata que fuimos expresando de distintas maneras, entre ellas la masiva caravana por la ciudad de Rincón de los Sauces.
La dirección de YPF SA, con declaraciones provocativas a nuestro gremio y sin reanudar la suba de equipos, continuó con los aprietes para avanzar sobre nuestro convenio. La respuesta de los trabajadores fue profundizar las medidas de fuerza en este contexto tan complicado, y se llamó al paro total de la actividad. La dirección de YPF SA tuvo que volver a la mesa de negociación, bajar varios puntos de la modificación inicial del convenio, e incluir la negociación salarial a la cual se negaban. Así se llegó a la firma de las actas del “acuerdo de sustentabilidad y el trabajo” y las pautas salariales 2020.
Ante esto hacemos las siguientes consideraciones: Rechazamos rotundamente las posiciones antiobreras de la nueva dirección de YPF SA, que pretende achicar costos castigando a los trabajadores. Esta no es la política que esperamos de una empresa nacional de bandera que priorice el autoabastecimiento de gas y petróleo, la industrialización en origen, la eficiencia junto al cuidado de los trabajadores y el cuidado ambiental.
En lo que respecta al acuerdo salarial, punto en el que las empresas se pusieron muy duras, creemos que es un avance, aunque insuficiente, por la creciente desvalorización de nuestro salario.
Con respecto al convenio, las empresas lograron imponer algunas modificaciones, algunas vencen en marzo y otras son una ratificación de las planteadas con la adenda del 2017, que en los hechos muestran que fueron un retroceso en los derechos conquistados, como la reducción de un compañero en las cuadrillas de los equipos. Entendemos que, en las difíciles condiciones en la que estamos, apoyándonos en la firmeza de la mayoría de los trabajadores y del cuerpo de delegados era posible resistir algunos de estos puntos.
El gobierno nacional, que tomó medidas positivas como el decreto de prohibición de despidos, debe intervenir para un cambio de rumbo en la actual política de YPF SA.
En el contexto de la pandemia y la crisis mundial, la dura crisis sanitaria, económica y social que vive nuestro país, logramos poner un freno a la avanzada que pretendía YPF SA y las operadoras. Es verdad que lograron arrebatarnos algunos derechos. Por eso todo nuestro esfuerzo debe estar en garantizar que los trabajadores en su totalidad retornemos a nuestras actividades, para pelear en mejores condiciones y recuperar nuestro salario y nuestras conquistas.
Hoy N° 1839 04/11/2020