La excusa para el ataque con misiles, esta vez, fue el uso de armas químicas por parte de tropas del gobierno del dictador Bashar al Assad. Con esta acción, la coalición de potencias occidentales agudizó todos los factores de guerra.
Donald Trump, el fascista presidente yanqui, tras amenazar con una acción unilateral consiguió la participación de Gran Bretaña y Francia en el ataque, y el posterior apoyo por el resto de la OTAN, incluido el presidente turco Erdogan. Trump anunció el ataque en un discurso televisado: “He ordenado a las Fuerzas Armadas lanzar ataques de precisión contra objetivos asociados con las capacidades de armas químicas del dictador sirio Bashar al Asad”, dijo cínicamente el mandamás de la superpotencia que tiene más armamentos de destrucción masiva en todo el mundo.
La respuesta de Rusia, la principal potencia imperialista tras la dictadura de Al Assad, no se hizo esperar y acusó a los Estados Unidos de poner en riesgo la paz mundial. Russia Today (el canal de televisión internacional de la Federación de Rusia), reprodujo un comunicado de repudio del presidente Vladimir Putin, en el que califica al ataque como “un acto de agresión contra un Estado soberano que está a la vanguardia de la lucha contra el terrorismo”. El comunicado del Kremlin agregó: “La escalada actual de la situación en torno a Siria tiene un impacto devastador en todo el sistema de las relaciones internacionales. La historia pondrá todo en su lugar, [subr. original] y ya ha puesto sobre Washington la pesada responsabilidad por las masacres de Yugoslavia, Irak y Libia”.
Esta repudiable agresión imperialista por parte de EEUU, Gran Bretaña y Francia no hace más que aumentar los factores de guerra que venimos denunciando desde nuestro Partido (ver hoy 1711). En estas últimas semanas estamos viendo cómo se hace más evidente la disputa por el control del mundo entre las grandes potencias. Por un lado por la escalada en las “guerras localizadas”, donde los matones yanquis y rusos se sacan las caretas, en el “incidente” con el envenenamiento del espía ruso en Inglaterra, y además tenemos la creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China. El gobierno de esta última potencia sacó una medida declaración en la que afirma: “cualquier acción militar unilateral que eluda al Consejo de Seguridad es contraria a los propósitos y principios de la Carta de la ONU y viola los principios y normas básicas del derecho internacional”.
Siria: Siete años de guerra e intervención imperialista abierta
El ataque con misiles del 14 de abril coincidió con el comienzo del octavo año de guerra en Siria. Como viene ocurriendo en Medio Oriente desde hace décadas, las potencias imperialistas clavan sus garras en estos países con el objetivo de controlar sus grandes riquezas naturales, en particular el petróleo y el gas.
Siria comparte fronteras con Turquía, Líbano, Israel, Irán, Irak y Jordania, lo que la ubica en una posición estratégica para conectar las importantes fuentes de petróleo y gas de Oriente Medio con Europa a través del Mediterráneo.
Los años de guerra han desgarrado a los pueblos de Siria. En el norte del país los kurdos enfrentan desde hace años tanto a las organizaciones fascistas islámicas como ISIS, como al gobierno de Al Assad y hoy a Turquía, que ha desplazado tropas ocupando ciudades como Afrin, en el Kurdistán sirio. La cifra de muertos por la guerra se estima en más de 500 mil (dentro de ellos al menos 24 mil niños). La mitad de la población ha tenido que desplazarse; seis millones dentro de las fronteras, y 5,6 millones como refugiados en los países vecinos y en Europa. Miles y miles murieron bajo la tortura en las cárceles del gobierno de Assad y en las de los yihadistas. Decenas de miles han quedado lisiados.
Los menores ya han sido bautizados como la generación perdida, ya que el 43% no está escolarizado. Miles de mujeres han sido objeto de acoso sexual de distinto tipo, son las principales víctimas de la mafia de la trata. En los últimos días se dieron a conocer nuevos casos de abuso sexual en los campos de refugiados.
Contra toda injerencia imperialista
Este siniestro panorama en el que crecen día a día los factores de guerra, obliga a todas las fuerzas obreras y populares a definirse. Como dijimos anteriormente, algunos toman partido por un bando imperialista contra otro, aliándose o apoyando a Rusia y China contra EEUU e Inglaterra. Nosotros, como planteaba el Che Guevara, no confiamos en el imperialismo “ni un tantico así”, y llamamos a oponernos con firmeza a la guerra imperialista.
Este debate tiene consecuencias en el plano de la política nacional: es justo repudiar el anuncio de una fuerza de EEUU en Misiones, con el pretexto del control del narcotráfico. Pero es igualmente justo rechazar la base del imperialismo chino en Neuquén.
Esta discusión es aún más importante cuando en las tres principales potencias imperialistas, EEUU, Rusia y China, están en el gobierno fuerzas de características fascistizantes: Trump, Putin y Xi Jinping.
Hoy N° 1713 18/04/2018