En las universidades y preparatorias de México se están desarrollando intensas luchas contra los “porros”, grupos de choque fascistas amparados por sectores políticos.
El conflicto arrancó en el Colegio de Ciencias y Humanidades de Azcapotzalco, en Ciudad de México, dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Allí los estudiantes realizaron asambleas reclamando porque llevan más de un mes sin clases en algunas materias por falta de profesores, y porque los directivos de la “prepa” quisieron censurar dos murales realizados por los estudiantes. Uno de los murales recuerda a los desaparecidos en Ayotzinapa, y el otro rememora la masacre de Tlatelolco, ocurrida hace 50 años, el 2 de octubre de 1968, donde murieron cerca de 300 estudiantes a manos de las fuerzas represivas y de grupos parapoliciales.
Los estudiantes decretaron paro activo, y un grupo de “porros” fue a confrontarlos durante una marcha. Estos grupos de choque existen desde hace décadas en México, y generalmente responden a dirigentes políticos vinculados a los partidos del sistema (PRI, PRD, PAN), y últimamente aparecen muy entrelazados con sectores narcos.
Cuando los estudiantes del CCH Azcapotzalco llegaron a la Rectoría de la UNAM a entregar su petitorio, los “porros” lanzaron bombas molotov contra la concentración, y golpearon a varios jóvenes, dejando gravemente heridos a dos de ellos. A partir de este hecho, creció el repudio en preparatorias y facultades, con asambleas, paros y marchas. La directora de la preparatoria presentó su renuncia, que fue aceptada por el rector de la UNAM, Enrique Graue.
Entre las demandas de la lucha estudiantil en curso está la renuncia del rector Graue, y el encarcelamiento de Teófilo Licona, jefe de “vigilancia” de la UNAM y al que se acusa de estar a cargo de los grupos de choque que atacaron a los estudiantes en la explanada de la Rectoría de la UNAM.
A las demandas generales se suman las de “no más acoso en la Unam”, expresando el hartazgo frente a los femicidios, y al ataque de los “porristas” a muchas estudiantes.
Distintos sectores populares y de izquierda están motorizando, en medio de la masificación de la lucha, la reorganización de los estudiantes, ya que en México no existe una federación nacional. Mientras algunos grupos estudiantiles ponen el acento en las asambleas generales, desde otros se impulsa que se fortalezcan Comités de Estudiantes por Escuela, para desarrollar organizaciones. Esto se da en momentos que crecen los consejos generales de huelga (CGH) en muchos establecimientos.
Tras la masiva movilización del 5 de septiembre, que reunió a más de 30 mil personas, están planteadas iniciativas de paro estudiantil nacional para el 26 de septiembre, a cuatro años del secuestro y desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, y para el 2 de octubre, cuando se cumplen 50 años de la masacre de Tlatelolco.
Hoy N° 1734 12/09/2018