En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, los empleados cesanteados fueron reincorporados pero separados del resto, en principio para comenzar un proceso de capacitación para el nuevo auto Viva que sería producido a fines de 2009.
Al cierre de esta edición, continuaban las negociaciones entre Smata y GM en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Santa Fe. Ya que, si bien se logró la reincorporación y continúa vigente la conciliación obligatoria hasta el 15 de noviembre, todavía es incierto el futuro tanto de los trabajadores efectivos como de los contratados.
Antes de entrar, los trabajadores se reunieron en asamblea a las cinco, en la puerta de la fábrica de Alvear (Rosario) y pusieron como condición irrenunciable que “entraban todos o no entraba ninguno”.
El viernes 7, mientras el gremio de los mecánicos estaba reunido con los directivos de GM, los trabajadores se autoconvocaron y realizaron una importante marcha por el centro de Rosario y dos masivas asambleas en las plazas que están frente al Municipio y a la Gobernación.
Tras la movilización contra los despidos, lograron un importante triunfo obrero y popular, y así lo expresaron al momento de volver a la fábrica, “esto es una parte de lo que hemos hecho y cumplido. Logramos el objetivo de entrar todos, pero todavía falta mucho por luchar”.
También lograron que la CGT declare el estado de alerta y movilización en toda la provincia.
Asamblea y movilización
El viernes 7 de noviembre, los obreros de General Motors se autoconvocaron en la Plaza 25 de Mayo de Rosario para hacer una asamblea, esto ocurrió mientras los dirigentes de Smata estaban en la mesa de negociación con la empresa en el Ministerio de Trabajo provincial.
En la misma mañana, la empresa envió 100 nuevos telegramas tomando decisiones que no respetaban la conciliación obligatoria, sin informar antes al gremio, e intimando a los trabajadores a pasar a un banco de horas directamente, es decir a estar suspendidos por un tiempo indefinido hasta que puedan devolver las horas impuestas.
Autoconvocados
Alrededor de las diez de la mañana, comenzaron a llegar de diferentes puntos de la ciudad y también de la región todos los despedidos.
En una asamblea multitudinaria, decidieron que no podían quedarse en sus casas o en la puerta del Ministerio de brazos cruzados, mientas el gremio discutía a puertas cerradas con la empresa sobre la salida del conflicto. También expresaron toda la bronca y la preocupación que les genera el brutal accionar de la empresa yanqui. Luego de varias horas de estar allí reunidos, algunos con sus compañeras, mujeres embarazadas y sus hijos muy pequeños, con mucha unidad y en forma democrática, decidieron marchar por el centro de Rosario y al llegar a la Plaza San Martín para reunirse con los dirigentes que participaron en la mesa de negociación y hacer otra asamblea, frente a la Gobernación.
Allí, en una masiva asamblea decidieron que el lunes 10 de noviembre, entraban todos o no entraba nadie a trabajar. La asamblea cerró al grito de unidad, democracia y lucha. También hubo aplausos, y un contundente y vibrante canto de aliento de los obreros: “que risa que me da, que risa que me da, si no entramos todos que quilombo se va armar….”
Una nueva camada de luchadores
Esta nueva modalidad de lucha democrática y participativa refleja que los obreros vienen organizándose y que desde hace tiempo hay una corriente de lucha que viene creciendo entre los trabajadores.
El resultado más visible de esa organización se conoció el viernes 24 de octubre cuando todos los despedidos se autoconvocaron y se movilizaron en la puerta del Ministerio de Trabajo de la Provincia y lograron que GM diera marcha atrás con los 500 despidos y acatara la conciliación obligatoria hasta el 15 de noviembre.
Desde esa experiencia, que es modelo para muchos trabajadores que están en situaciones críticas similares está naciendo una camada de luchadores obreros y populares dignos de respeto y admiración.n
Corresponsal
