Después de un reñido conteo electoral, Pedro Castillo, candidato de Perú Libre, ganó las elecciones presidenciales del Perú. Su rival Keiko Fujimori y distintos sectores reaccionarios de Perú y de América, como Macri, maniobran para desconocer los resultados.
Al cierre de esta nota (15/6) a más de una semana de las elecciones, las autoridades electorales no proclamaban el triunfo de Castillo, y un conjunto de organizaciones sociales nucleadas en el Frente Nacional de Organizaciones Sociales llamaba a concentrar en Lima y daban un plazo de 24 horas para la proclamación del candidato de Perú Libre.
El padre de Castillo nació hace 85 años en una hacienda de los Herrera, terratenientes en la sierra de Cajamarca. Analfabeto, ahí mismo fue arrendatario hasta que la reforma agraria del gobierno de Velazco Alvarado, en 1969, le otorgó una parcela de tierra propia. “Dejamos de ser esclavos”, dijo. Pedro trabajó desde muy joven y ahorraba para pagarse los estudios.
Castillo fue el principal dirigente de la huelga de maestros del 2017, que duró casi tres meses. El Sindicato de maestros es el más importante de Perú y apoyó a Castillo – que llevó un inmenso lápiz a sus actos de campaña- en las elecciones, al igual que un gran número de científicos. En un mes le han escrito 32 canciones de cumbia, música tradicional y moderna.
Fue enorme la victoria de Castillo en la región andina del sur de Perú, donde en departamentos como Huancavelica, Ayacucho, Cuzco, Apurimac, y Puno ganó con más del 80 % de los votos. Su principal lema de campaña fue “no más pobres en un país rico”.
El electo presidente recorrió Perú de arriba a abajo. Centró su discurso en la necesidad de reconocer la salud y la educación como derechos fundamentales y el combate a la corrupción. En lo inmediato, el combate a la pandemia, ya que Perú es el país con mayor número de muertes por habitante del mundo.
Propone ingreso libre a la universidad. Atacó a las empresas extractivas. Plantea el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente, para cambiar la Constitución de 1993, realizada durante el autogolpe del ex presidente Alberto Fujimori, padre de Keiko.
Castillo propone cambiar el modelo por “una economía popular con mercados”, que le asigna un rol fundamental al Estado en el desarrollo del país y acepta la participación de empresas privadas bajo condiciones que beneficien al pueblo. “Bienvenida la inversión privada pero con reglas claras. No exploten a nuestros trabajadores”. “Vamos a proteger al productor nacional. Hoy se traen papas de otros lugares ¿Cómo es posible que la papa se pudra?”, dijo, explicando que bajo su gobierno aumentará el gasto social y renegociará las concesiones que tienen las empresas mineras. Su programa sostiene que el Estado debe ser nacionalizador, soberano y sin deuda externa.
También se fijó como meta aumentar el gasto en educación a un 10% del PBI, eliminar gradualmente el sistema de fondos privados de jubilación, impulsar la actividad agrícola, dar créditos a las pequeñas y medianas empresas , comprar la deuda de los más afectados por la crisis y generar 100.000 empleos para los jóvenes.
Es decir, un programa avanzado, que requerirá seguramente de grandes movilizaciones para llevarlo a cabo, dada la poca diferencia electoral y la resistencia de la derecha en reconocer el triunfo de Castillo. Por eso pidió estar atentos a defender cada voto y convocó al pueblo a “asistir en paz a las calles para estar vigilantes en la defensa de la democracia”. En este sentido cuenta también con los miembros de las rondas campesinas, organización armada de larga tradición en Perú, que se ocupa de la seguridad de Castillo.
En otros aspectos Castillo tiene posiciones reaccionarias; rechaza el aborto y el matrimonio homosexual y enaltece a la familia como base de la sociedad.
Keiko Fujimori, por su parte, además de defender el modelo socio económico actual, y recibir el apoyo de grupos empresariales, tiene un proceso judicial por coimas en el caso Odebrecht. Un fiscal pidió su detención por romper las condiciones de su libertad provisional.
Nada de esto impidió que el escritor Mario Vargas Llosa pidiera el voto para ella, alegando que si ganaba Castillo no volvería a haber elecciones limpias en Perú, lo cual llevaría a un golpe de estado militar. Desde ya que los principales medios fueron propagandistas de la candidatura de Fujimori. Ahora embarran la cancha para impedir la asunción de Castillo y miles se movilizan para que se proclame a Castillo.
El triunfo electoral de Castillo alienta los vientos de cambio que vienen protagonizando los pueblos de América Latina con sus luchas.
Hoy N° 1868 16/06/2021