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15 de February de 2012

El pueblo griego, otra vez en las calles. El Parlamento aprobó el plan de hambre y desocupación de la “troika” y el gobierno. Los trabajadores no aceptan pagar la brutal deuda que no contrajeron.

Grecia: en llamas contra el ajustazo imperialista

Hoy 1406 / El Parlamento votó el plan antipopular y antinacional de la “troika” FMI-UE-BCE

El pueblo griego volvió a ganar las calles. Cien mil personas marcharon en Atenas, desembocando en la histórica Plaza Syntagma frente al Parlamento a la hora en que los diputados votarían el nuevo paquete de “recortes” presupuestarios y salariales exigido por la “troika” imperialista del Fondo Monetario Internacional-Unión Europea-Banco Central Europeo. Veinte mil más manifestaron en Salónica y en otras ciudades. Un “paquete” antipopular y entreguista que no puede ver la luz del día, y que los diputados aprobaron a medianoche y en una Atenas incendiada por la indignación.
Ya el viernes 10 y el sábado 11 habían tenido lugar manifestaciones en numerosas ciudades de Grecia. 20 mil personas marcharon el viernes por el centro de Atenas, en la primera jornada de un paro de 48 horas en repudio al ajustazo acordado entre el gobierno de Grecia y la “troika”. La huelga fue la segunda en la misma semana.
El mismo viernes 10, los ministros de  de los países de la Zona del Euro le exigieron a más “rigor” y más “garantías” en el plan de recortes presupuestarios y salariales que ya vienen descargando sobre los griegos, como condición para que le concedan un nuevo préstamo de 130 mil millones de euros.
 
Pagar con sudor y sangre una deuda ajena
El Eurogrupo planteó tres exigencias: que el Parlamento griego ratifique el plan de ajuste, que los dirigentes de todos los partidos den “garantías sólidas” de que aplicarán el ajustazo cualquiera sea el que gobierne, y que el Gobierno haga nuevas podas por 325 millones de euros al presupuesto nacional (empezando por las pensiones). Las primeras dos requerían que los diputados griegos se arrodillaran ante las exigencias de los capomafia imperialistas europeos, que es lo que efectivamente hicieron el domingo mientras decenas de miles gritaban su ira en la puerta del recinto.
Preocupados por la “estabilidad” de sus bancos –responsables principales del tremendo endeudamiento de Grecia–, los jefes de las finanzas imperialistas de Europa y del mundo quieren estrangular a Grecia para que pague, al precio de convertirla en una semicolonia financiera de las potencias europeas, y en primer lugar de Alemania y Francia. Volvió a hablarse de la “idea” de  de designar un “comisario” europeo para controlar el presupuesto griego, y de otra “idea” franco-alemana para que el dinero del “rescate” a Atenas sea puesto en una cuenta bloqueada y gestionada desde la sede de la UE en . Con razón (y con ironía amarga) los jóvenes griegos tacharon en la fachada del Banco de Grecia el nombre “Grecia” y escribieron en su lugar “Berlín”.
Además de los nuevos “recortes” exigidos ahora, el plan llamado de “austeridad” de la “troika” y el gobierno incluye echar a 150.000 empleados públicos en 3 años (15.000 en este mismo año), y rebajar entre un 22 y un 32 por ciento el salario mínimo, y una tercera reducción de las pensiones en dos años (esta vez de un 15 por ciento). Semejante “rescate” sólo puede beneficiar a la banca y a un puñado de monopolios, e inevitablemente agravará la recesión y la crisis.
Sólo si Grecia cumple las condiciones impuestas, el Eurogrupo aprobaría el miércoles 15 el primer tramo de 30.000 millones de euros de un segundo “rescate”. ¿Serían para poner en marcha programas de obras públicas que pudieran crear puestos de trabajo para los cientos de miles de desocupados y hambrientos creados por los sucesivos ajustes imperialistas? ¿Para sostener la salud y la educación públicas quebradas por un recorte tras otro del presupuesto estatal? Nada de eso: se utilizarán apenas para respaldar la operación de canje de viejos bonos de deuda griegos en manos de los acreedores privados por otros nuevos. ¡Desocupación y hambre en masa sólo para reducir la brutal deuda pública de Grecia equivalente a un impagable 160% del PBI a un igualmente impagable 120% en 2020, después de 8 años de salarios de miseria y despidos! ¡Y todo eso sólo para que el gobierno griego pueda “recuperar el crédito” y seguir colocando bonos en los mercados financieros (o sea pidiendo prestado) para pagar la nueva y monumental deuda que ahora contrae gracias a estos “rescates”! Es decir: todo eso para garantizar el dinero de los usureros y especuladores internacionales, a costa del hambre y el desempleo de los griegos.
Volvió, así, a adquirir vigencia la consigna que proclamó la Organización Comunista de Grecia (KOE) en octubre pasado: “¡Grecia no será convertida en un protectorado!”.
 
Cartoneros y mendigos
El primer ministro Lucas Papademos chantajeó al pueblo: “[Sin el rescate] el Estado no podría pagar salarios ni pensiones, y los hospitales y las escuelas no podrían funcionar”. Pero el 20 de marzo el gobierno se propone pagar nada menos que 14.500 millones de euros en vencimientos de bonos. El nuevo préstamo no se utilizará para pagar los salarios de los estatales y las jubilaciones ni el presupuesto de los hospitales y las escuelas, que el gobierno ya viene dejando caer desde hace tiempo.
Al cabo de tres años de recesión y de “recortes” impuestos por la UE desde Bruselas, los griegos fueron expropiados de un 25% de sus ingresos y se duplicó la tasa de desempleo del 15 al 30% –entre los jóvenes bordea el 40%–, mientras que cerca del 30% de la población fue empujada bajo el “umbral de pobreza”. Mendigos, cartoneros y gente que duerme en la calle evocan el paisaje social de la Argentina en los años del Argentinazo, después de las mismas políticas fondomonetaristas del menemismo y el delarruismo.
El plan imperialista también exige la privatización masiva de empresas estatales lo que, como ya sucedió en la Argentina, significa cierres, o traslados a otros países, o que se las tragarán los monopolios alemanes y franceses, y probablemente chinos, que ya se apropiaron del famoso puerto de El Pireo.
 
“¡No bajar la cabeza!”
La huelga general del viernes 10 y sábado 11, convocada por la Confederación Nacional de los Sindicatos de Grecia (Gsee) y por los sindicatos de estatales Adedy y Pame, paralizó el país por enésima vez. Pararon masivamente estibadores, trabajadores de los barcos de transporte, obreros de las refinerías, siderurgia y construcción; personal de puertos, museos y sitios arqueológicos; empleados de comercio, de bancos, tribunales, correos y organismos públicos; conductores de trenes, tranvías, autobuses, trolebuses y del subterráneo.
Los combativos empleados de los ministerios tuvieron nuevamente un papel protagónico, ocupando el de Finanzas y el de Salud en lucha contra el proyecto de ley que prevé miles de despidos en la administración pública. Varios cientos de manifestantes enfrentaron con piedras y bombas molotov a los gases de la policía antidisturbios en la histórica plaza Syntagma y sus alrededores coreando consignas de la heroica lucha de los años ’60 y ’70 contra la dictadura proyanqui “de los coroneles”. “¡No bajar la cabeza! ¡Resistir!”, “¡No a los despidos, no a los recortes de salarios y de pensiones!”, fueron otras de las consignas.
 
Piden cárcel para la “troika” imperialista
La profundidad abismal de la crisis económica y la valiente lucha del pueblo griego ahonda la crisis política: con la renuncia de un ministro y cinco viceministros del gabinete –miembros del partido de la derecha ultraconservadora Laos– se fracturó la coalición de gobierno que integraban junto con la derecha socialdemócrata del Pasok y el también conservador “Nueva Democracia”.
Pero más trascendente es la fractura que se perfila en los servicios de seguridad del Estado. El mismo viernes 10, una importante asociación de la policía griega exigió que se emitan órdenes de arresto contra los representantes de la “troika”, por extorsión y otros delitos contra la soberanía nacional. La Federación Panhelénica de Oficiales de Policía (POASY) comunicó esta decisión a los tres representantes de la “troika” mientras se hallaban en Atenas. La POASY exigió “políticas programáticas que salvaguarden los intereses de los trabajadores”, y advirtió al gobierno: “No aceptaremos que nos pongan a matar a nuestros hermanos”.