La noticia de la recuperación de su identidad del nieto de Estela Carlotto nos conmovió profundamente a todos. Si bien cada nieto recuperado implica un logro de tantos años de lucha, este caso tiene un carácter emblemático y el impacto es aún más fuerte.
La noticia de la recuperación de su identidad del nieto de Estela Carlotto nos conmovió profundamente a todos. Si bien cada nieto recuperado implica un logro de tantos años de lucha, este caso tiene un carácter emblemático y el impacto es aún más fuerte.
El secuestro y apropiación de los hijos de compañeros y compañeras desaparecidos, fue el crimen más siniestro de la dictadura y cada uno de los 114 niños y jóvenes restituidos son símbolo de la lucha de nuestro pueblo, por más de 30 años, contra la impunidad.
Así como las Madres fueron una avanzada y ejemplo en la resistencia antidictatorial, y las Abuelas transitaron a través de los años el camino sostenido de búsqueda de sus nietos secuestrados y apropiados, nuestro pueblo ha desplegado un trabajo de construcción de memoria colectiva de una dimensión que no reconoce precedentes ni en nuestra historia ni en la experiencia de otros pueblos.
El movimiento por memoria, verdad y justicia atravesó varias generaciones y se expresa cotidianamente en la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy, por el castigo a todos los genocidas, por la apertura de todos los archivos de la dictadura y también contra las diferentes formas de represión y criminalización de la protesta del presente.
En este marco, junto a la emoción que nos embarga, a la alegría de un triunfo concreto en este camino de lucha, reafirmamos la necesidad de que las organizaciones de derechos humanos sean independientes de los gobiernos, que estemos junto a nuestro pueblo asumiendo el derecho inalienable de luchar contra las distintas formas de opresión y explotación y denunciando todas y cada una de las situaciones represivas y de impunidad que los gobiernos, y por supuesto el gobierno kirchnerista también, llevan a cabo día a día.
La coherencia en la lucha del movimiento de derechos humanos requiere que estemos en la calle, como lo hace el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, denunciando la política de un gobierno que promueve a Milani y a Berni, que sanciona la ley antiterrorista y va por la ley antipiquetes, que reprime a los pueblos originarios, a los trabajadores que luchan por trabajo y salario, a quienes defienden nuestro patrimonio, nuestros recursos y el ecoambiente del avasallamiento de las empresas imperialistas, exigiendo justicia por los asesinados por luchar, libertad a los presos y amnistía a los procesados con motivo de la protesta social.