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11 de January de 2011

12 de mayo de 1979. El presente guión fue aprobado en la reunión del 11 y 12 de mayo del C.C. Este guión debe contribuir a la profundización de la discusión y di­fusión de la resolución del C.C. de enero titulado: “La situación nacional y sus perspectivas”.
 

Guión del Comité Central

Documentos del PCR / Tomo 4

I

1.- El paro de 27 de abril confirmó que se está en una nueva fase de la lucha antidictatorial. Significó un duro golpe a la dictadura y a los traidores de la CNT y el quintacolumnismo. A pesar de los asesinatos y de la represión, de la detención de dirigentes y de los embates contra el movimiento obrero a lo largo de tres años, éste realizó el primer paro ge­neral luego del golpe del 76.

I

1.- El paro de 27 de abril confirmó que se está en una nueva fase de la lucha antidictatorial. Significó un duro golpe a la dictadura y a los traidores de la CNT y el quintacolumnismo. A pesar de los asesinatos y de la represión, de la detención de dirigentes y de los embates contra el movimiento obrero a lo largo de tres años, éste realizó el primer paro ge­neral luego del golpe del 76.
Según cálculos de la propia dictadura paró el 60% en el Gran Bs. As. y más del 30% en todo el país. Y contó con el apoyo popular.
El paro ha demostrado el odio y la creciente combatividad de las ma­sas obreras contra la política de la dictadura. Ha significado un podero­so estímulo a la lucha popular contra la misma. Y ha creado una mejor si­tuación para avanzar hacia la concreción de un paro general de 36 hs. que cree las condiciones para pasar a la contraofensiva popular. Para avanzar en la construcción del Frente único en la clase obrera y el Frente único antidictatorial en el plano nacional.
En el paro del 27 de abril han jugado un papel decisivo los gremios y empresas del automotor, ferroviarios, metalúrgicos y del neumático. Nue­vos delegados por sección han surgido en este proceso y también se han reorganizado numerosos cuerpos de delegados.

2.- La dictadura luego de fracasar en sus intentos de que se levantara, acentuó la propaganda para minimizar la magnitud del paro. Sin embargo no ha podido ocultar que el mismo ha removido las aguas más profundas de la situación social y política del país.
Pero por la represión, por la confusión y división que creó, logró sí que el paro fuera parcial.
Esto exige no subestimar el hecho y extraer la experiencia de los que pararon el 27 de abril, al conjunto del movimiento obrero, al conjunto de las grandes empresas de concentración y cuerpos de delegados. Y librar una tenaz lucha contra la quintacolumna en cada empresa y sección, a fin de aislarla, derrotarla y desarticularla, concentrando el fuego contra los co­laboracionistas recalcitrantes, neutralizando y ganando a los vacilantes, clarificando y ganando a quienes han sido confundidos. En una palabra luchando por reducir al máximo sus fuerzas en cada lugar.
En la mayoría de los lugares donde las masas obreras no pararon, ello fue por falta de dirección y organización. Esto plantea en un nuevo plano la lucha por reorganizar los cuerpos de delegados, elegirlos allí donde no los haya y revitalizar la estructura sindical al calor de la lucha, por la defensa de las reivindicaciones obreras y la lucha antidictatorial. En este sentido adquiere gran significación la creación y desarrollo de las agrupaciones Primero de Mayo. La política de Frente Único con el peronismo, con las 62 y con todas las fuerzas antidictatoriales del movimiento obrero. La extensión de la experiencia del Movimiento Nacional Ferroviario. Y tam­bién la lucha por practicar a fondo la democracia sindical y la línea de masas, en las fábricas y sindicatos.

3.- Las masas a través de su propia experiencia han ido avanzando en el conocimiento del enemigo, en las formas de luchas más apropiadas para avanzar y derrotar a la dictadura y su política. En el paro del 27 han dado un paso adelante. No es aún la contraofensiva. Pero está claro que hemos entrado en una nueva fase de la lucha, tal cual lo planteó nuestro CC de enero. Esto es lo que le preocupa al videlismo y es lo que se propone revertir con sus renovados ataques al movimiento obrero y a las organiza­ciones sindicales, a través de la reforma a la Ley de Asociaciones Profesionales y del sistema de las obras sociales. Con la detención de los dirigentes sindicales, con cesantías, despidos, etc. Claro que afrontamos estos nuevos embates en una nueva situación.

II

4.- En el CC de enero señalamos que la dictadura había sufrido una derrota parcial en su intento de desencadenar la guerra contra Chile, y que el conjunto de los problemas que aquejan a nuestra clase obrera y a nuestro pueblo se agudizarían nuevamente y con mayor intensidad que antes. Que la dictadura videlista encontraría para lograr sus fines, mayores y crecientes problemas. Que la situación había experimentado un cambio cualitativo parcial y la lucha antidictatorial había entrado en una nueva fase. Los hechos posteriores comprobaron que este análisis fue justo.
Desde entonces se desarrollaron numerosas luchas en el movimiento obrero. En Córdoba y en el Gran Buenos Aires.
En febrero Perkins y Fiat de Córdoba pararon por aumentos de salarios y en el Gran Buenos Aires, Firestone e Hidrófila. Petroleros, estatales y la Comisión de Enlace de gremios del transporte solicitaron públicamente aumentos salariales. Los 25 declararon el estado de alerta y se desarrollaron numerosas luchas parciales, que en su mayoría consiguieron sus objetivos.
En marzo pararon los 3.000 obreros de IME por un aumento del 50% y la reincorporación de 14 despedidos. Posteriormente pararon Santa Isabel, Ilasa, Matrices Perdriel y Thomson Ranco. La mayoría de los gremios de Córdoba expresaron públicamente la solidaridad con estas luchas que conmovieron Córdoba y promovieron un gran debate en las masas obreras del país.
En abril estallan numerosos conflictos en el Gran Buenos Aires. Como señalamos en enero, a diferencia del proceso de ascenso anterior, en esta oportunidad las luchas del interior se combinan crecientemente con las del Gran Buenos Aires. Lo que es un hecho positivo. Y a diferencia del anterior también, el movimiento estudiantil y juvenil no desempeñan aún el papel combativo que jugaron anteriormente. La dictadura videlista le da a esto gran importancia y realiza grandes esfuerzos para confundir a la juventud.
Pararon en abril en el Gran Bs.As.: Galileo por aumento de salarios, disminución de ritmos y por la elección de la Comisión Interna, los 4.000 obre­ros de Santa Rosa logrando el 30% de aumento; Fiat Caseros, Standard, Olivetti, San Andrés y tuvo particular importancia el paro de Alpargatas.

5.- En este proceso de reanimación de las luchas obreras se produce el paro ferroviario del 5 y 6 de abril. Este paro tuvo trascendencia porque su realización estuvo precedida por numerosas gestiones para vincularlo a un paro general del movimiento obrero. Y si bien no se logró este ob­jetivo fue un poderoso estímulo para el lanzamiento del paro del día 27. Igualmente porque puso a la orden del día la idea de enfrentar a la dic­tadura videlista con lucha, rechazando el temor, la división y la conci­liación de los colaboracionistas.
Este debate se desarrolló en momentos en que la camarilla de Videla-Viola maniobraba para impedir el desborde del movimiento obrero, a través de la constitución de una dirección “unida” basada en los dirigentes trai­dores de la CNT. La táctica de unidad para la acción que adoptaron los 25 y numerosos gremios, fue justa y permitió desnudar a los traidores frente a la decisión de lucha que avanzaba en las masas obreras.
El paro del 5 y 6 de abril fue muy importante igualmente por las en­señanzas que dejó. Fue un paro que si bien paralizó seccionales como Ola-varría, Bahía Blanca y tuvo repercusión menor en Kilómetro 5, Retiro y otros lugares, no alcanzó la dimensión que se esperaba, por la acción de elementos de la quintacolumna de la dictadura encabezadas por el P.C. Numerosos integrantes del Movimiento Nacional Ferroviario demostraron no tener aún una comprensión profunda de los objetivos de aquéllos; y si bien no acuerdan y los combaten, confiaron en última instancia en las promesas unitarias, en la tradición de lucha de aquéllos, y no asegura­ron a fondo el paro por abajo a través de asambleas y reuniones democrá­ticas donde los obreros discutieran y decidieran el paro. Nosotros seña­lamos esto repetidamente a nuestros aliados y a los obreros ferroviarios, pero también para nosotros el paro del 5-6 de abril significó una nueva enseñanza sobre la complejidad de la batalla contra este nuevo enemigo que enfrenta la clase obrera y el pueblo argentino.
A diferencia del imperialismo yanqui, el socialimperialismo soviéti­co aún no está suficientemente desenmascarado ante las grandes masas po­pulares. Utiliza para ocultar sus fines, el prestigio acumulado en mu­chos años por las banderas del comunismo, y también, la tradición de lu­cha abnegada de los comunistas en el movimiento obrero. El socialimpe­rialismo tiene en las masas una quintacolumna abierta y solapada que es grande, y que no debemos subestimar a riesgo de simplificar la lucha, no comprender que es esta una lucha larga y que se requiere una gran tena­cidad en lo político, ideológico y organizativo para batirlos en el seno de las masas. El plan de lograr la convergencia cívico-militar para afianzar y desarrollar el dominio ruso en el país, es un plan real, y és­tos y sus lacayos están dispuestos a llevarlo adelante contra viento y marea. La lucha contra ese plan recorre todo el país y se da en cada lugar. Y cuando una lucha como la de ferroviarios, pone en cuestión no sólo la política salarial de la dictadura sino también un curso del proceso de masas que ataca la esencia de ese plan político, la batalla ad­quiere una intensidad, que si no se la contempla en tales términos, es imposible llevarla adelante y lograr que sea exitosa.
Esto tiene una vigencia particular en el gremio ferroviario, pues el P“C” ha realizado allí un trabajo de años con radicales y peronistas, y porque se venía de dos paros anteriores en los que, para no quedar aislados ante las masas, para tratar de hegemonizar la negociación salarial con la empresa e impedir que las luchas tomaran un rumbo abierta­mente antividelista, los dirigentes del P“C” se sumaron a ellos.
La discusión realizada en el Partido en torno al paro del 5-6 de abril, en torno al papel del Movimiento Nacional Ferroviario y su proceso de desarrollo, en torno a una profunda comprensión de los planes y métodos del socialimperialismo y de la dictadura videlista y sus quintacolumnas en el movimiento obrero, y en torno a la línea de masas, adquirieron importancia y lo armaron para afrontar mejor la lucha por el paro del 27 y la lucha futura.

III

6.- El paro del 27 ha creado las mejores condiciones para avanzar en la política de Frente Único en la clase obrera y en la política de Frente Único antidictatorial.
En el movimiento obrero la clave reside en profundizar nuestra alianza con los peronistas, con las 62, a todo nivel, pero principalmen­te en las grandes empresas de concentración y gremios decisivos.
La experiencia nos va demostrando que poniendo el centro en las co­rrientes más antidictatoriales y tercermundistas del peronismo, debemos unirnos con muchos movimientos, corrientes y dirigentes que componen el complejo panorama interno del peronismo que tiene en Isabel Perón a su indiscutido líder. Y en lo sindical prestar atención a nuestra unidad con las 62, particularmente en los gremios y fábricas decisivas. Igual­mente, como lo demuestra la experiencia ferroviaria debemos unirnos con todas las fuerzas antidictatoriales del movimiento obrero. Con radica­les, independientes y con vastos sectores que no están organizados y que reciben con gran respeto nuestras posiciones.

7.- Para ello es necesario redoblar nuestros esfuerzos por desarrollar y crear allí donde aún no llegamos, fuertes agrupaciones Primero de Mayo. Agru­paciones que tengan vida política y orgánica real, que discutan y re­suelvan democráticamente los problemas, que hagan un seguimiento del proceso político y sindical, de la política de frente único, del estado de ánimo de las masas, de las formas de luchas que van surgiendo y de sus propios problemas políticos y orgánicos de desarrollo. Esto no es sólo una cuestión “del Partido” sino de la propia agrupación, y toda concepción sectaria nos conducirá a construir sellos y no agrupaciones y corrientes reales en el seno de las masas. Adquiere también importan­cia realizar una propaganda sistemática, y la necesidad de hacer balan­ce de y para las masas de cada acontecimiento importante, particularmente, de los que las propias masas de ese lugar han protagonizado.
Igualmente dominar la relación entre nuestro trabajo abierto-clandestino y secreto, y plantearse el crecimiento de las fuerzas del Partido con nuevos afiliados que sean la expresión de lo más avanzado y consciente de la masa. Se han abierto nuevas condiciones para revertir la situación de retroceso temporario y comenzar a crecer nuevamente en fuerzas de partido. A lo largo de estos tres años, la dictadura nos ha golpeado principalmente con el objetivo de cortar nuestros vínculos con el movimiento obrero, y no hay otro método para resolver este problema, que el de encarar una política de reclutamiento de nuevos afiliados al calor de la lucha política.

8.- El paro del 27 ha removido las aguas en la política nacional. Numerosas fuerzas políticas reclamaron por la libertad de los dirigentes detenidos y expresaron su solidaridad con el movimiento obrero, tomando distancia de los planes oficiales de convergencia cívico militar. Adquirió importancia también el pronunciamiento de la Iglesia.

9.- La dictadura mostró que la corroen crecientes contradicciones. Es evidente que crecen las fuerzas que se oponen a los designios de la camarilla de Videla-Viola. Y estas contradicciones fueron la causa por la que la dictadura no pudo articular un plan único de represión. Hablaron de “luz verde” dada al paro por jefes militares, como si aquel no fuera el fruto de la situación de hambre que viven los trabajadores y de la lucha de los sectores más esclarecidos del movimiento obrero contra la dictadura. Con ello pretendieron tapar sus propias contradicciones y el creciente resquebrajamiento del campo dictatorial. La Policía Federal se distinguió en la represión. Claro que a diferencia de lo que espera­ban la detención de los dirigentes de los 25 provocó la repulsa gene­ral y se volvió en un arma contra sus autores, porque no sólo concitó la adhesión de nuevos sectores al paro sino que popularizó aún más al mismo. Por otra parte la constitución de una dirección provisoria, rea­lizada con rapidez, fue una medida que enfrentó la propaganda, las ame­nazas y la represión que la dictadura desató en los días previos en combinación con la acción traidora de dirigentes de la CNT.
Otra cuestión que adquirió importancia fue la gran solidaridad in­ternacional con que contó el paro. Salvo, claro está, la de las organi­zaciones sindicales internacionales que controla el socialimperialismo.

10.- En esta nueva fase de la lucha antidictatorial se han creado mejo­res condiciones para avanzar hacia la concreción del paro general de 36 hs., que cree las condiciones a su vez, para pasar a la contraofensiva popular. Para profundizar y generalizar la resistencia al conjunto del movimiento obrero, y ampliar la lucha a todos los sectores popula­res contra la dictadura videlista. Esta es la gran tarea que afrontamos en la actualidad.

11.- En esta perspectiva adquiere particular importancia la participación de las masas campesinas.
En lo que va del año 1979 la situación económica y social de la gran mayoría de los campesinos pobres y medios del país se ha visto sensiblemente agravada. Ello es producto de la profunda crisis por la que atraviesan diversas actividades agropecuarias y cuya causa más profunda reside en la propiedad latifundista de la tierra. En lo inmediato está en la falta de precios compensatorios para la producción, en la políti­ca crediticia que aleja al pequeño y mediano productor de las institu­ciones bancarias y en la presión impositiva que prácticamente está es­quilmando a la inmensa mayoría de los campesinos.
En materia de precios la crisis es total en algunos productos, tal el caso de la lechería, la caña de azúcar y el algodón. Pero tampoco escapan de la situación la producción de cereales, de tabaco, de hortali­zas, de frutas, etc. La diferencia entre lo que piden los productores y lo que ha determinado la dictadura en la mayoría de los casos es abis­mal. Así nos encontramos con los siguientes ejemplos.
En el caso de la lechería, en el mes de abril se estuvo pagando $ 4.800 por el kilo de grasa butirométrica, mientras los productores tamberos piden por lo menos $ 8.000.
En el caso de la caña de azúcar se anunció $ 20.000 por la tonelada. La UCIT dijo que al finalizar marzo el costo de producción ascendía a $ 30.000 y que al momento del inicio de la zafra estaría en $ 35.000.-
En el caso del algodón, en la zafra que finalizó se pagó entre $ 300.000 y $ 350.000 por la tonelada. El mínimo compensatorio no podía ser inferior a $ 800.000.
También con el tabaco está pasando lo mismo. El de tercera, que es el que por lo general le liquidan al pequeño tabacalero, se está pagan­do $ 130.000 la tonelada cuando no debería ser inferior a $ 250.000.-
No han escapado a esta situación los cereales de la Pampa Húmeda. Según la Federación Agraria Argentina la liquidación final de la cose­cha de trigo estuvo un 30% por debajo del costo de producción. En el caso del maíz la rentabilidad fue mala en la zona central, aún con exce­lentes rindes; en las zonas marginales el saldo fue de descapitaliza­ción y endeudamientos.
Por lo general los pedidos de precios compensatorios que han hecho algunas organizaciones agrarias responden a las necesidades que en ese sentido tienen las capas medias y ricas del campesinado, e incluso de algunos terratenientes. El campesinado pobre, en todos los casos, nece­sita precios superiores en relación con el volumen de su producción, que es proporcional a la cantidad de tierra que trabaja; de allí la im­portancia de formular programas reivindicativos que partan de ellos.
El crédito bancario está prácticamente vedado para el pequeño y me­diano productor, y aquel que tuvo la osadía de “meterse” se encuentra, en muchos casos, al borde de la liquidación de su chacra para hacer frente a la deuda bancaria. Desde que está en vigencia la política eco­nómica de la dictadura la usura se ha institucionalizado y el usurero semiclandestino de los pueblos ha dejado su lugar o comparte el presti­gio con la sucursal bancaria del pueblo.
En materia de impuestos se llegó al extremo. Se puede decir que por cada 100 pesos que recibe un campesino por su producción 50 pesos van a parar a manos del Estado. En la provincia de Bs. As., por exigencias del Estado Nacional, se ha instituido un recargo del 10% sobre los im­puestos provinciales para cubrir los gastos de movilización de tropas por la cuestión del Beagle. Esto ha causado gran indignación en la masa de campesinos pobres y medios.
Así podemos explicar como el aumento de los volúmenes de producción no se ha traducido en un mejoramiento de la situación del campesinado. La crisis también arrastra a importantes sectores de la burguesía agra­ria e incluso a algunos terratenientes, particularmente a aquellos que ilusionados con las perspectivas de la situación económica realizaron inversiones o utilizaron el crédito bancario.
Sólo son beneficiarios de la actual situación el aparato estatal, un puñado de monopolistas de la intermediación y terratenientes vinculados a la compra y venta de campos y a la especulación financiera. O sea vinculado, principalmente, a los intereses del sector prosoviético.
La consecuencia de la crisis en las chacras es el abandono de un número importante de ellas, el despoblamiento del campo y una creciente proletarización del campesinado pobre y medio.
La liquidación de la CAP es un hecho que simboliza lo antinacional de esta dictadura. En los últimos días trascendió la noticia de que “Carnes Argentinas” ya habría hecho un ofrecimiento para comprar la marca CAP y la red de comercio exterior. Luego la noticia se confirmó por el diario Clarín. Nosotros tenemos que insistir en cada uno de nuestros lugares de trabajo, a través de actos, solicitadas, etc., a fin de exigir que el Estado entregue los fondos necesarios a la CAP. La Federación Agraria Argentina, si bien ha denunciado públicamente a la reacción como responsable de la liquidación de CAP, todavía no ha tomado iniciativas en la base del movimiento agrario que hagan frente a la infamia, como la magnitud del hecho lo exige. Si nosotros somos capaces de producir en algunos pueblos donde trabajamos algún hecho en este sentido, pode­mos avanzar rápidamente en la creación de un movimiento nacional de re­pudio a la liquidación de la CAP.
Se avecina el 67 congreso de la Federación Agraria Argentina (setiembre). Será muy importante, no sólo por la gravedad de la situación en el campo, sino también porque al parecer se está produciendo una fe­roz lucha en el seno del Consejo Directivo Central por la hegemonía. Todo indica que los prosoviéticos quieren dar un golpe de mano.
Se habló insistentemente sobre el desplazamiento de dirigentes que se les oponen en FACA.
Igualmente tendrá trascendencia el Encuentro Nacional de la Juven­tud Agraria que está en plena marcha, y que debe merecer nuestra mayor preocupación. Es necesario ayudar a la JCR a que se introduzca de lleno en este encuentro, que tendrá una gran influencia para el futuro de las luchas de la juventud campesina y del campesinado en general.

IV

12.- La dictadura videlista ha tratado de minimizar el golpe que le significó el paro del 27 de abril.
Miente a sabiendas al decir que sólo pararon 50.000 obreros cuando en sus propios informes señala que en el gran Bs. As. lo hizo el 60% del proletariado.
Pone el acento en lo parcial del mismo para ocultar que es el pri­mer paro general que enfrentan desde hace tres años, y que contó con la simpatía general del pueblo y con la más amplia solidaridad internacio­nal. Y sobre todo, para impedir que el camino de enfrentamiento a su política se extienda. En esto fracasará.
El ejemplo cundirá porque la situación económica y social de las masas es muy grave. Porque no han podido hacer olvidar sus crímenes. Por­que su política de negociados, está saliendo a la superficie cada vez más. Porque su política de entrega y guerra encuentra crecientes dificultades. Y porque su plan político muestra a las claras sus designios continuistas.
A tal punto que fuerzas políticas como el radicalismo que hasta ahora han sido complacientes con el violovidelismo, han enfriado sus rela­ciones, y se aprestan, según han declarado algunos de sus dirigentes, a tirar algunas piedras.
Sin embargo sería en extremo peligroso subestimar su fuerza y la decisión de proseguir con sus planes contra viento y marea. Esta es la lógica, como sabemos, de todos los reaccionarios.
El socialimperialismo soviético impulsa en la Argentina un plan de consolidación y desarrollo de su hegemonía a través del consabido movi­miento de convergencia cívico-militar. Para ello se proponen continuar a Videla con Viola como Presidente, elegido por la Junta Militar en 1980 y proclamado en 1981. Y luego, abrir el juego “democrático” con partidos totalmente adictos, para lo cual están moviendo sus peones dentro de los mismos, particularmente en el peronismo y el radicalismo. Pero este plan tiene varias vallas que se aprestan a destruir. La principal está en el movimiento obrero, en su fuerza política y en su estructura orgá­nica.
Para ello es que han impulsado la reforma a la Ley de Asociaciones Profesionales y la reforma al sistema de obras sociales. Con ello y con los auxilios del P“C” piensan quebrar la organización de los cuerpos de delegados y los delgados por sección, que son la raíz más profunda de la fortaleza del movimiento obrero, la fuente principal de su espíritu de combate y la base de la experiencia del proletariado industrial ar­gentino. Pretenden, también, quebrar la unidad de la clase obrera a través de impedir que ésta mantenga un solo sindicato por gremio y una sola central a nivel nacional. Por consejo de la propuesta Iscaro, el violo-videlismo centra sus ataques allí.
En este plano es donde se desarrollará seguramente el combate principal contra la dictadura en los próximos meses. Y allí debemos concentrar nosotros, todos los esfuerzos para unir todo contra las reformas proyectadas.
Los comunistas siempre hemos sostenido que es el movimiento obrero quien debe discutir y resolver acerca de sus propias organizaciones. Esto significa hoy, en concreto, articular el más amplio frente único contra las reformas de la dictadura. No está en discusión el perfeccionamiento de las organizaciones sindicales, que sólo podrán hacerlo los propios trabajadores en forma democrática, sino su destrucción por par­te de su enemigo: la dictadura videlista.
Por ello es que debemos realizar una gran campaña de propaganda y agitación, de denuncia y de organización concreta de la lucha, en rela­ción con las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores. Y lu­char por articular la solidaridad general. Esta es una lucha que atañe no sólo a los trabajadores sino a todo el pueblo, a todos los patriotas, y hace al conjunto del proceso antidictatorial y a su desarrollo futuro.
Otra valla son los secuestrados y presos políticos y el movimiento conformado en torno a ellos. El videlismo pretende hacer olvidar este problema. Pretende “blanquear” esta cuestión, pues es condición para su juego “democrático”. Sólo pueden pensar así los fascistas, y el plan de ellos es un típico plan político fascista al servicio del dominio del socialimperialismo soviético. Por eso maniobraron para postergar el arri­bo al país de la delegación de la OEA, reprimen al heroico movimiento de la Plaza, buscan a través del P“C” y de algunos directivos de la LADH, desplazar a los sectores antidictatoriales de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, y ocultan la firme disposición de lucha de muchos dirigentes de la Iglesia. Estos en la reciente reunión del Episco­pado reafirmaron su preocupación por la situación económica de las ma­sas, por la situación de presos y desaparecidos, pidieron por la liber­tad de los dirigentes de los 25 detenidos y refirmaron su posición pacifista en la cuestión del Beagle. Al mismo tiempo desplazaron de cargos de dirección a partidarios de la dictadura como M. Plaza.
Por otra parte la dictadura ha comenzado a provocar abiertamente contra la mediación papal en el caso Beagle. Armó dos incidentes, uno en el Sur y otro en el norte en Antofagasta.
Y finalmente Videla, en Tucumán, volvió a lanzar gritos de guerra al tiempo que no cesa la sistemática campaña a través de la televisión y de todos los medios de difusión, en torno al tema. Con esto preparan sus fuerzas, como es conocido, para servir a las ambiciones hegemonistas del socialimperialismo soviético en el Atlántico Sur. Y por otro lado, pretenden replantear en la actual situación, la polarización política que lograron crear a fines del año pasado.
No debemos subestimar la confusión que han logrado crear en torno a la cuestión del Beagle. Incluso en los fundamentos del paro del 27, re­dactados por directivos de los 25, se hace en torno a esta cuestión una seria concesión.
Sin embargo la situación no es la misma que la del año pasado y la dictadura, también en este terreno, encuentra crecientes dificultades. Sobre todo por la mediación papal.
En tal dirección es que debemos realizar una gran campaña de escla­recimiento con el nuevo documento del CC sobre el tema y participar ac­tivamente en la jornada pacifista que convocó la Iglesia para el 29 de junio. La dictadura habla de soberanía para llevar agua a su política belicista al servicio del socialimperialismo, y por otra parte, para ocultar la vergonzosa entrega de nuestra soberanía, y de nuestra riqueza nacional.
En tal sentido debemos proseguir con nuestras denuncias de la pene­tración del socialimperialismo en nuestra patria y desarrollar una pro­paganda particularizada en torno a su penetración en las obras del Paraná Medio, y sobre casos como el de Papel Prensa y otros, que han cobrado difusión pública.

13.- El violo-videlismo se prepara para avanzar en el dominio de los mandos militares. Está claro que si Viola pretende ser elegido Presidente, a fines de 1980, debe adelantar sus fuerzas con motivo de los pases y as­censos militares de este año. Y los ascensos que se formalizan a fin de año, han comenzado a discutirse ya.
Esto es lo que explica la creciente lucha que se observa en las alturas.
Tanto Videla, como Viola y Harguindeguy, han declarado que el nuevo Presidente será elegido por la Junta. Viola a su vez ha lanzado una creciente campaña para aparecer como distanciado de Videla, con el fin de mejorar su imagen presidenciable.
Claro que su aspiración encuentra creciente resistencia en el Ejército y en las otras fuerzas. Mientras el embajador soviético, para no de­jar dudas sobre quién prepara la convergencia cívico militar y quién hegemoniza el proceso de “reorganización nacional”, reúne a políticos con motivo del viaje al exterior de Saadi, Viola prepara el embate contra la oposición militar a su candidatura. Según versiones de políticos burgueses, sus blancos a desplazar serían Suárez Masson y Menéndez o uno de ellos por vez. Para lo cual, al igual que hicieron con Díaz Bessone, es­tán ofreciendo el oro y el moro a algunos militares que se muestran renuentes a sus planes.
De allí es que han recrudecido los rumores de golpes y autogolpes de Estado. Han recrudecido los rumores golpistas con vistas a desplazar a Viola, y a su vez, han recrudecido los rumores autogolpistas del violismo con vistas a asegurar su candidatura y la convergencia cívico-militar. Esto a partir de las fuertes posiciones que el socialimperialismo detenta en puestos claves de nuestra economía, en el aparato militar y represivo, y del dominio casi total que tiene de los medios de difusión.
Frente a esta situación nuestra política es la que fijamos en nuestra plataforma y que hemos desarrollado en el CC de enero en el capítulo titulado “Movimiento revolucionario integral”.
Nosotros trabajamos por el derrocamiento revolucionario de la dictadura videlista. Por un gobierno provisional revolucionario que sea expresión de la unidad antidictatorial y que, mientras aplique un plan de emergencia, convoque, a través de elecciones libres, a una Asamblea Constituyente, en cuya preparación y desarrollo nuestro Partido defenderá el programa que proponemos para la actual etapa revolucionaria.
Como señala el Informe del CC de enero:
“Desde este punto de vista, en la época de la lucha antidictatorial posterior a 1977, nosotros planteamos que, luchando por la salida revolucionaria, el proletariado revolucionario no dejaría de aprovechar o terciar en cualquier situación de golpe, contragolpe de Estado, o convocatoria a elecciones libres o tramposas, para seguir luchando por sus objetivos revolucionarios. Actualmente, en nuestro Programa antidictatorial señalamos que ‘para que la lucha antidictatorial abra un camino democráti­co y de liberación para el pueblo y para la Patria… es necesario que la lucha se oriente a garantizar el derrocamiento revolucionario de la dictadura, el Argentinazo triunfante’, aclarando que, luchando por este programa revolucionario, pugnaremos ‘por la más amplia unidad antidicta­torial e impulsando en esa perspectiva todo acuerdo parcial, o por pun­tos mínimos, que contribuyan a mejorar el bienestar del pueblo y defen­der la soberanía nacional, enfrentando a la dictadura gorila, fascista y vendepatria’”.

14.- Es posible derrotar los planes continuistas de la dictadura videlista. Es posible derrotar la aventura belicista que se prepara a costa de la sangre de nuestra juventud, para servir a las ambiciones hegemonistas del socialimperialismo soviético en el Atlántico Sur.
Todo ello a condición de despreciar estratégicamente a estos enemi­gos de nuestro pueblo y no subestimarlos tácticamente. A condición de que nuestro pueblo se una en un poderoso Frente Único antidictatorial hegemonizado por el proletariado y su partido marxista leninista. A condi­ción de profundizar esta nueva fase que se ha abierto en la lucha anti­dictatorial, y que hoy pasa, centralmente, por impulsar un gran movimiento de lucha que impida la destrucción de las organizaciones sindicales, del movimiento obrero, un movimiento que junto a la lucha salarial de­fienda y desarrolle los delegados por sección y los cuerpos de delegados, que defienda la unidad de la clase obrera a través de mantener un solo sindicato por gremio y una sola CGT a nivel nacional. Que pasa hoy por desarrollar el movimiento por la libertad de los detenidos y la aparición de los secuestrados; en lo inmediato, en relación a la próxima visita de la delegación de la OEA; y por la lucha en cada lugar por desenmascarar y derrotar el plan político fascista de la convergencia cívico militar. Por seguir desenmascarando los planes guerreristas y fortalecer el movi­miento pacifista con el pueblo hermano de Chile, que tiene en lo inmediato en la jornada pacifista del 29 de junio, un objetivo de importancia.

15.- Desde el 25 de mayo al 9 de julio nuestro Partido realizará la XI Colecta Financiera, nos proponemos realizar una cifra importante de dinero a través de miles de aportes populares. La Colecta Financiera surge de la necesidad de fortalecer las finanzas del Partido para que éste sirva más y mejor al pueblo, para que su línea política antidictatorial pueda ser llevada a las grandes masas y contribuya a organizar al pueblo en un gran frente único contra la dictadura videlista.
La CF es así una tarea de todo el Partido y debe estar asentada en las células. Y allí donde éstas no existen o hayan sido reprimidas, debe ser instrumento de su construcción o reconstrucción, y de su relación con las masas en especial en las grandes empresas de concentración.
La CF debe ser también un estímulo para avanzar en el trabajo de re­cursos del Partido. Y un instrumento, no sólo para satisfacer las necesidades financieras inmediatas del Partido sino también para avanzar en una po­lítica de finanzas permanente y en el fortalecimiento del frente específico.
Únicamente podremos tener una política financiera partidaria sólida si está basada en la línea general del Partido y en la línea de masas. Es decir en miles de aportes populares permanentes al Partido. Y esto exige junto a una política correcta, un trabajo persistente, minucioso, y un frente específico también fuerte y numeroso.
En la actualidad es necesario imponer un ritmo y un control acorde a los objetivos trazados y al tiempo en que hemos acordado realizarla. Cada organismo y cada camarada debe tensarse al máximo a fin de lograr que la XI Colecta Financiera culmine exitosamente. Para ello Nueva Hora debe constituirse en la principal herramienta política de la Colecta.