El 30 de abril de 1976 – en Buenos Aires y en plena dictadura militar – se presentó ante el Juzgado del Juez Federal Guillermo Rivarola un hábeas corpus a favor de César Gody Álvarez, Secretario del Partido Comunista Revolucionario de Córdoba, y miembro de la Comisión Política del CC del PCR, secuestrado el 26 de abril, a las 19 hs., por “personas de civil que portaban armas largas”, según dichos de los vecinos.
El 30 de abril de 1976 – en Buenos Aires y en plena dictadura militar – se presentó ante el Juzgado del Juez Federal Guillermo Rivarola un hábeas corpus a favor de César Gody Álvarez, Secretario del Partido Comunista Revolucionario de Córdoba, y miembro de la Comisión Política del CC del PCR, secuestrado el 26 de abril, a las 19 hs., por “personas de civil que portaban armas largas”, según dichos de los vecinos.
Se trata, probablemente, de uno de los primeros hábeas corpus que denuncian la desaparición de personas durante la dictadura.
El 20 de mayo de 1976, se denunció ante el mismo Juez Rivarola que estaban tirando desaparecidos al río.
El escrito se presentó el 20 de mayo a las 12 hs. Los tribunales cierran a las 13.30 hs., sin embargo, en esos pocos minutos, el juez de la dictadura tuvo tiempo de dictar sentencia diciendo que la denuncia no tiene nada que ver con el hábeas corpus que se estaba tramitando.
Es decir, denegó el pedido de investigación presentado, frente al hecho de los cadáveres que aparecieron flotando en el Río, en la costa de Uruguay.
Años después vendrán Horacio Verbistky y su libro sobre los vuelos de la muerte para adjudicarse el mérito de haber descubierto que tiraban cadáveres al mar.
Cuando del peronismo fue gobierno en la década de 1940, muchos oportunistas se sumaron al gobierno, en busca de cargos. Se los conoce como “peronistas de la mesa servida”.
Algunos K son también hoy militantes de los derechos humanos de la mesa servida. Es decir, se suben al carro en un momento histórico distinto, cuando da prestigio, pero ocultan cómo fue la historia real.
El PCR tuvo el mérito y la valentía de decirlo, y denunciarlo en plena dictadura y ante un juez federal. Contó con el apoyo y la valentía de los hermanos de Cesar Gody Alvarez, que teniendo una ideología distinta a la de nuestro compañero, igual se jugaron la vida, firmando este habeas corpus, como parte de las reservas democráticas de nuestro pueblo, que se expreso también en la resistencia y la lucha de los organismos de derechos humanos, que enfrentaron a la dictadura, resistieron, y denunciaron sus crímenes, en miles de casos de desaparecidos.
Publicamos las partes fundamentales del expediente judicial, como un documento histórico, que puede ayudar, a reconstruir el cinismo con que los jueces de la dictadura, cómo el Dr. Rivarola, trataban una denuncia sobre los crímenes de la misma. Mientras en este hábeas corpus se desconocía el paradero de César Gody Álvarez, el 14 de mayo de 1976 era inhumado como NN para ocultar su asesinato, en el cementerio de Santa Mónica, en la localidad de Libertad, Partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires. Pasarían varias décadas hasta que el 28 de noviembre de 2007, se identificó su cadáver oculto debajo del cadáver de María Hortencia Gramajo, que falleciera en un accidente.