La semana pasada se volvieron a movilizar los trabajadores despedidos a la Capital Federal, acompañados por organizaciones sociales y estudiantiles. En una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Nación, éste “exhorta” a la empresa a reincorporar a los ocho suspendidos a los que el día 5 de noviembre mandó telegramas de despido.
En las audiencias que se realizaron en el Ministerio de Trabajo de Provincia, la empresa se ha negado a cualquier posibilidad de reincorporación, impulsando arreglos económicos. Los compañeros despedidos siguen en la carpa frente a la empresa, empujando la lucha.
En esa carpa conversamos con el compañero Bogado, que cuenta: “los trabajadores me recibieron muy bien. No estoy en un sector productivo, como Envasamiento. Me han mandado a un taller de mecánica, que está al fondo. Los primeros días los jefes me venían a ver permanentemente, preocupados que no me mueva del lugar, que no salga a las líneas. Cuando he podido, voy al comedor, donde se han acercado muchas compañeras y compañeros, me dicen ‘No afloje’, ‘Fuerza’, ‘Me parece bien que siga trabajando’, ‘Hay que volver a reagruparse’.
Hay que tener en cuenta que se corrió la bola que habíamos agarrado plata, junto con María. Decían un millón de pesos, algunos hasta dos millones. Son muy sentidas las opiniones de los compañeros. Algunos muy consternados por la derrota en las elecciones. Mucha preocupación en el turno mañana y en el turno tarde, porque ahí ganó nuestra lista.
Estando en el taller con los compañeros, veo que ha sido un error, durante las funciones gremiales, no haber vuelto a trabajar en los sectores. Nosotros tenemos el problema que la fábrica es muy grande, y tenemos que cubrirla toda, muchos años sin cuerpo de delegados, pero creo que fue equivocado.
Ahora estamos llegando a algunas líneas de producción, hablando con los compañeros, tratando de continuar la lucha. Tenemos los 52 despedidos, los compañeros suspendidos a los que le mandaron el telegrama de despido, el acampe acá en la puerta, sigue la pelea por su reincorporación.
Hay que tener en cuenta la preocupación adentro, y ver cómo confluye la lucha de los de adentro con los de afuera. La empresa no abandona sus planes de ajuste, que dijeron y hasta escribieron, como venimos denunciando. Siguen con su objetivo de eliminar turnos, trabajar 12 horas, eliminar conquistas, ajustar en los beneficios para el personal, están agazapados pero tienen todo en carpeta.
Sabemos que quieren sacar a cerca de 200 compañeras y compañeros de mucha antigüedad que están haciendo tareas livianas. Compañeros con muchos problemas en la columna, en la cintura, muchas tendinitis, hernia de disco, por los ritmos de producción, el esfuerzo, y los años de trabajo.
Esto viene. Conocemos, por comentarios de algunos jefes, que van a nuevas listas de arreglos voluntarios a partir de fin de año. Ahora la empresa la va estirando con las vacaciones del personal.
La empresa mostró su objetivo con el despido de los ocho compañeros suspendidos. Esto muestra que tenemos que defender más el acta que se firmó el 16 de octubre. Porque el primer punto de ese acta es “Ningún despido”. Ellos rompen el acuerdo.
Una actitud ambigua
Veremos cómo se desarrolla esto. La nueva interna tiene una actitud muy ambigua. Por un lado dice que no está de acuerdo con el acta, por el otro lado dice que sí. Esta gente hace llamados a la unidad en los boletines, pero no han venido a conversar con nosotros. En la propaganda llaman a la unidad, y en los hechos siguen planteando “la traición del acta”. Siguen machacando sobre todo en el turno noche con esto, y eso no va a ayudar a la unidad.
Nosotros vamos a acompañar las medidas dentro de la fábrica que se aprueben en asambleas generales, que tienen que convocar para enfrentar los planes de la fábrica y la política del gobierno, que es la que empuja al achique, a una mayor desocupación.
En la zona vemos cómo se cierran puestos de trabajo. Hay compañeros despedidos que en los primeros días del conflicto arreglaron económicamente la indemnización, que ahora vuelven a la puerta porque no han conseguido trabajo en ningún lado, y son jóvenes. Muchos se han integrado de vuelta a la pelea por la reincorporación, se han sumado a los compañeros que están en la puerta bancando esta carpa, y preocupados por los planes que se están discutiendo adentro de la fábrica, qué se va a empujar.
Porque hay que apuntar a hacer asambleas en la fábrica, donde los compañeros puedan discutir. No es como dice esta Comisión Interna que damos por cerrado el capítulo dentro de la fábrica porque los compañeros no están en condiciones de luchar. Esto es totalmente equivocado. Los compañeros están esperando la asamblea para discutir. En una situación muy difícil, cuarenta días de paro total, hubo una represión, nos sacaron, entramos en las condiciones que entramos. Se hicieron las elecciones rápidamente, lo que ayudó a dividir en vez de unir. Ahora hay que recomponer con asambleas, y tener iniciativas adentro: movilización, batucadas, poniendo como punto principal el tema de la reincorporación de los despedidos, junto con las otras reivindicaciones dentro de la fábrica.