El viernes 3 de agosto se reunieron en Rafaela centenares de productores de leche pertenecientes a las cuencas lecheras de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Hartos de promesas y dilaciones de parte del gobierno nacional, decidieron un paro por tiempo indeterminado, a partir del lunes 6 agosto, con bloqueos en las usinas lácteas. Rápidamente la medida se propagó a más de 30 industrias no permitiendo la entrada ni salida de de productos lácteos.
El viernes 3 de agosto se reunieron en Rafaela centenares de productores de leche pertenecientes a las cuencas lecheras de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Hartos de promesas y dilaciones de parte del gobierno nacional, decidieron un paro por tiempo indeterminado, a partir del lunes 6 agosto, con bloqueos en las usinas lácteas. Rápidamente la medida se propagó a más de 30 industrias no permitiendo la entrada ni salida de de productos lácteos.
En declaraciones a la revista SURsuelo, Guillermo Giannasi, representante de Federación Agraria Argentina en la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL), afirmó que “Lo último que queremos hacer los productores es tirar nuestro esfuerzo. Derramar leche no está en nuestro pensamiento. Hemos querido distribuirla en los pueblos y en las escuelas, pero tenemos problemas bromatológicos por normativas nacionales que impiden que se entregue leche cruda no pasteurizada”. Los tamberos de FAA acordaron entregar parte de su producción a organizaciones de de- socupados.
Explotó una bronca que venía contenida desde hace tiempo, ya que el tambero recibe desde hace dos años por litro de leche entre $1.3 y $1.5 y el consumidor paga por esa mercadería $6. En los últimos años el precio en góndola aumentó un 40% y los productores siguieron recibiendo lo mismo. La pregunta que se hacen, en las asambleas, que se multiplican en el centro del país, es quién se queda con la diferencia, coincidiendo que los grandes beneficiarios son las industrias y los grandes supermercados.
El gobierno nacional, lejos de intervenir en el conflicto asegurando un precio mínimos sostén para los pequeños productores y un precio máximo para los consumidores, deja que sea el mercado el que regule los precios, dejando a los tamberos y a los sectores populares a meced de los grandes grupos concentrados. Política que se repite en cada una de las actividades agropecuarias.
La firmeza de los lecheros hizo que en las últimas horas se abran negociaciones con los actores de la cadena lechera, los gobiernos provinciales y el nacional. Los resultados de esas reuniones fueron escasos, pero existe la firme convicción de seguir esta lucha, hasta alcanzar el precio de 2 pesos el litro de leche, para no seguir trabajando a pérdida, y evitar así la caída diaria de los pequeños tambos, que son desmantelados para sembrar soja. Del 2002 al 2008 desaparecieron 7 mil tambos en Argentina, quedando en pie 11 mil. Sin embargo, la producción se mantuvo en alrededor de 11 mil millones de litros.
Esto evidencia la hipocresía de este gobierno, que dice defender los bolsillos de los argentinos y le asegura fabulosas ganancias a los hipermercadistas; dice combatir la sojización y con sus políticas pasamos de 14 millones de hectáreas sembradas a 19 millones en la era kirchnerista.
Urge la necesidad de unidad de los chacareros, con los trabajadores y más sectores populares para enfrentar estas políticas, por ello creemos que es un paso positivo las reuniones que mantuvo la Federación Agraria Argentina, con la Central de Trabajadores Argentinos y con la Confederación General del Trabajo.
