El aula magna del hospital se vio desbordada en el acto organizado de manera conjunta por la Asociación de Profesionales, la Filial Médicos Municipales, los Residentes, la Junta Interna de ATE, y la Comisión Interna de UPCN. Fue, como dijeron al inicio sus organizadores, un homenaje a los detenidos desaparecidos, a los cesanteados, y un ejemplo práctico de construcción de la memoria colectiva.
Esto se notó en la gran presencia de trabajadores de la salud que fueron cesanteados o debieron abandonar el hospital, de familiares de los desaparecidos, y de gran cantidad de los que trabajan hoy en el Gutiérrez, en particular muchos jóvenes “invitados especiales” como los calificaron los organizadores “que hoy componen el hospital y que no deberán olvidar nuestra propia historia para seguir transmitiéndola a los que vendrán”.
Los organizadores fueron enhebrando la historia de Hugo Strejilevich (médico residente), Graciela Alba Vallejo (médica residente), y Elena Arce Sahores (enfermera), los tres desaparecidos del hospital, parte de los 330 trabajadores de la salud secuestrados durante la dictadura. Además, se nombró a la lista que pudo reconstruirse de los 83 médicos y enfermeras cesanteados luego del 24 de marzo de 1976, muchos de los cuales estaban en el acto, y dieron su testimonio.
Estaban presentes personalidades de distintos ámbitos, como Lucila Edelman y Diana Kordon, del Eatip; el legislador de la Ciudad Alejandro Bodart, la ex legisladora Vilma Ripoll, la diputada Laura Marrone, Lucas Ivanovich por Izquierda Socialista, y dirigentes del PTP y PCR de la Ciudad.
Reafirmando que no sólo se trataba de honrar la memoria, sino de seguir la lucha por una salud gratuita y de calidad para todos, se planteó que el sentido del acto era también contra la ley antiterrorista y el “protocolo antipiquetes”.
Vibrantes testimonios
A lo largo de más de una hora, trabajadores cesanteados y perseguidos del hospital fueron narrando sus historias personales, fragmentos individuales de la tragedia sufrida por el conjunto del pueblo, y de la voluntad de lucha que persistió en medio del terror fascista. Así escuchamos a los que tuvieron que emigrar luego de ser amenazados por la Triple A, los que fueron cesanteados por “presunta actividad subversiva”, a los que debieron exilarse tras el golpe, luego de ser detenidos y torturados (como escribió una doctora desde Israel), hasta la actual directora del Hospital, Cristina Galopo, quien contó emocionada cuando, por encabezar un reclamo por falta de suero siendo residente, sufrió un intento de secuestro junto a otros residentes, impedido por la médica que presidia en ese momento la asociación de profesionales del hospital.
Hubo un reiterado homenaje a distintos trabajadores y organizaciones, como la Confederación Nacional de Médicos y Psicólogos Residentes (Conamer), por su valiente actitud en esos años, rescatando, como dijo una residente, que “el héroe es siempre colectivo”. Hablaron, entre otros, los médicos Víctor Penchasade, Gregorio Weller, Hugo Pomata, Esther Cáceres (quien expresó su convicción sobre una cuarta desaparecida, Margarita Mazzaro). Susana Ragatke, cesanteada del Servicio de Salud Mental, contó cómo fue echada, y su difícil vuelta al hospital tras el fin de la dictadura.
La actividad culminó, a pura emoción, con la inauguración de una obra plástica en la sede de la Asociación de profesionales del hospital, y el reiterado compromiso de marchar el 24 de marzo.