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22 de June de 2016

Huelga en “Las Palmas”

223- Crónicas proletarias

 Las Palmas del Chaco Austral Sociedad Anónima pasó a llamarse en 1909 el ingenio y las tierras propiedad de los hermanos ingleses Ricardo y Carlos Hardy. Este verdadero feudo, donde regía la ley del patrón, y hasta la moneda que circulaba era la de la empresa, llegó a tener 80 mil hectáreas al norte de Resistencia. 

 Las Palmas del Chaco Austral Sociedad Anónima pasó a llamarse en 1909 el ingenio y las tierras propiedad de los hermanos ingleses Ricardo y Carlos Hardy. Este verdadero feudo, donde regía la ley del patrón, y hasta la moneda que circulaba era la de la empresa, llegó a tener 80 mil hectáreas al norte de Resistencia. 
Las condiciones de trabajo eran tan terribles como las de La Forestal. Según un testimonio reproducido en el diario Norte (20/6/2011): “El poder del Ingenio Las Palmas entre 1915 y 1921 era impresionante, y la explotación y el martirio a sus obreros moneda corriente. Trabajaban de sol a sol, bajo una lluvia de insectos que succionaban hasta la transpiración, manejaban distintas herramientas durante 12 o 14 largas horas diarias, levantaban pesos increíbles, hasta el límite de su capacidad física. Había en sectores donde el polvo, el vapor y el humo hacían irrespirable el aire además del constante peligro de accidentarse o morir en cualquier momento, ya que la poca visibilidad era como una yarará que esperaba a su víctima, algo común en esa Compañía”. 
Hacia 1919 se fundó la Federación Obrera de Oficios Varios, y comenzaron las huelgas. Según el Informe de la FORA sindicalista a su Congreso de 1920, la primera de las huelgas arrancó a fines de agosto, y luego hubo otras cuatro, hasta que a finales de diciembre los obreros conquistaron un pliego de reivindicaciones que entre otros puntos planteaba: “1. Jornada general de 8 horas en todas las dependencias de la empresa, excepto el personal de vías y obras, chacra, obrajes y estancias, los que continuarán como anteriormente. 2. El personal de vías y obras gozará de jornal los días de lluvia o que no trabajen sin culpa de ellos”. También se acordó el pago de horas extras al 100%, aumento de salario, y que “no se despedirá a ningún obrero sin causa justificada ni se ejercerán represalias con los que tomaron parte en la huelga”. Las huelgas contaron con el apoyo de la poderosa Federación Obrera Marítima. 
Al año siguiente, con el incumplimiento por parte de la patronal volvieron las huelgas, en las que actuaron unidos originarios, criollos chaqueños y correntinos, paraguayos y españoles. La empresa acudió al gobierno, y tropas de infantería reprimieron duramente, con el costo de muchos muertos, como recuerda un texto de Rodolfo Walsh (La quimera del tanino): “Los héroes de la huelga fueron Francisco Coronel –que, según relata Crisanto Domínguez, ‘murió con el cuerpo agujereado por las balas dum-dum’– y María Reí, la Descalza, que cayó sobre su cadáver: ‘María tenía balazo como pena por su cuerpo’”.