En Carolina del Norte, Arizona, Oklahoma, Colorado, Kentucky y Virginia Occidental, en Estados Unidos, miles de docentes de escuelas públicas llevaron a cabo una larga lucha por aumentos salariales, mejoras en el seguro médico y por mayor inversión para la educación.
La huelga, culminada la semana pasada en varios estados, es considerada una de las mayores movilizaciones de trabajadores de los últimos años, y paralizó durante varios días a centenares de establecimientos.
El movimiento “#RedForEd ha sido calificado como una “primavera de los docentes”, y puso en evidencia los recortes del gobierno de Trump en el área de la educación pública. Decenas de miles de maestras y maestros en las calles denunciaron sus bajos salarios y las pésimas condiciones en que deben enseñar.
Al mismo tiempo, los maestros en huelga mostraron cómo la Administración Trump, a través de la secretaria de Educación Betsy DeVos, está realizando una multimillonaria transferencia de recursos desde las escuelas del Estado a las “chárter”, de gestión privada pero financiadas con fondos públicos.
En algunos estados, como Virginia Occidental, la huelga fue declarada ilegal, pese a lo cual se prolongó dos semanas. Ha habido arreglos con distintos gobernadores, con aumentos salariales de un promedio del 5%, aunque los ha habido de hasta un 20%.
En muchos distritos los docentes impulsan que, junto a las elecciones de noviembre próximo, se realicen referéndums en los que se pedirá aumentos de impuestos a las grandes fortunas a fin de aumentar los recursos para el sector educativo. Incluso se ha dado el caso de que los sindicatos impulsan las candidaturas de docentes para oponerse a los legisladores que votaron a favor de los recortes en el presupuesto educativo.
Un estudio del Centro de Presupuesto y Prioridades de Política informó que la inversión pública en las escuelas primarias y secundarias “ha disminuido drásticamente” en todo Estados Unidos. Los más afectados han sido los distritos escolares pobres, que en la mayoría de los casos quiere decir las escuelas de los barrios empobrecidos con estudiantes negros y latinos, y los distritos rurales. Trump este año recortó $3,6 mil millones de fondos para la educación. Además, se eliminaron miles de millones de dólares de programas de formación docente, programas extracurriculares y de alfabetización.
En una descripción que recuerda mucho al estado de nuestras escuelas públicas, los maestros norteamericanos denunciaron durante las masivas movilizaciones que tienen que lidiar año tras año con aulas atestadas de estudiantes; edificios ruinosos y derruidos; libros de texto anticuados, y una creciente pobreza entre los estudiantes que los obliga a compartir los libros ya que no pueden comprar un ejemplar para cada uno. Como dijo un maestro entrevistado por Democracy Now, justificando el masivo reclamo de aumento salarial: “No creo que conozca a un miembro del profesorado que no tenga un segundo trabajo”.
Hoy N° 1718 23/07/2018