El ejército israelí impuso el bloqueo de Hebrón, la mayor ciudad de Cisjordania, tras el asesinato de dos civiles israelíes a manos de palestinos el 1 de julio. Las tropas cerraron las entradas de la ciudad e instalaron barreras para bloquear las rutas de acceso al área, lo que afectó a unos 700.000 palestinos.
El ejército israelí impuso el bloqueo de Hebrón, la mayor ciudad de Cisjordania, tras el asesinato de dos civiles israelíes a manos de palestinos el 1 de julio. Las tropas cerraron las entradas de la ciudad e instalaron barreras para bloquear las rutas de acceso al área, lo que afectó a unos 700.000 palestinos.
Además, la aviación israelí bombardeó la Franja de Gaza. Los ataques fueron en respuesta al disparo de un cohete proveniente de Gaza que impactó contra un edificio en la localidad israelí de Sderot, sin provocar víctimas. Esta ofensiva del ejército de ocupación israelí usa como argumento una nueva serie de atentados por parte de palestinos en la zona de Cisjordania, como el asesinato de una joven de 13 años, apuñalada en su casa.
Además de este cerco a la principal ciudad de Cisjordania, bloqueando todas las carreteras, el gobierno de Netanyahu “ha ordenado retener los impuestos que Israel recoge para la ANP en cantidades equivalentes a la ayuda que el Gobierno palestino presta a las familias de atacantes”, dicen los medios. Lo que no dicen que este sólo muestra el carácter opresivo de Israel ya que la Autoridad Nacional Palestina no puede ni cobrar sus impuestos.
En un informe difundido recientemente, el denominado “cuarteto diplomático” formado por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU señaló que los asentamientos, la demolición de casas palestinas y la confiscación de tierra por parte de Israel “minan la viabilidad de la solución de los dos Estados”.
