El lunes 14 de mayo el ejército israelí disparó a mansalva contra miles de palestinos de la Franja de Gaza, que se manifestaban contra la ocupación israelí de sus territorios, y la instalación de la embajada de Estados Unidos en la ciudad de Jerusalén.
Los palestinos de Gaza vienen manifestando frente a las fronteras con Israel desde el 30 de marzo, recordando la Nakba (desastre en árabe), nombre con el que identifica la deportación masiva del pueblo palestino al crearse el Estado de Israel, en 1948.
En las manifestaciones previas hubo 52 muertos y cementares de heridos, porque el Ejército israelí dispara con francotiradores sobre civiles desarmados, que contestan con piedras y molotovs a los tanques y armas de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. El lunes 15, según el Ministerio de Salud de Gaza, el número de fallecidos asciende a 59 (entre ellos una bebé de 8 meses asfixiada por los gases lacrimógenos), y los heridos llegan a 2771, de los que aproximadamente la mitad sufrió heridas de bala.
Con el cinismo que caracteriza a los genocidas, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo durante la inauguración de la Embajada yanqui “Es un gran día para la paz”. El presidente norteamericano Donald Trump no se quedó atrás festejando que “Israel es un país soberano que puede elegir donde tener su capital”.
Es la soberanía que niegan a Palestina, que sufre una cruel ocupación, tanto en Gaza como en Cisjordania, por parte del Estado fascista de Israel.
En nuestro país, al cierre de esta edición distintas organizaciones populares, entre ellas nuestro PCR, llamaban a movilizarse en la Capital Federal a la embajada de Israel para repudiar la masacre.
Hoy N° 1717 16/05/2018
