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16 de May de 2018

Crónicas proletarias N° 309

Jueces serviles y obreros solidarios

El 27 de mayo de 1922 el periódico anarquista La Protesta publica una lista de aportes solidarios con presos rusos detenidos en Ushuaia. El dinero proviene de once trabajadores del Pozo petrolero 1, ubicado en la Estación Challacó, en la provincia de Neuquén. La Federación de Organizaciones Obreras Rusas de Sudamérica (Forsa) es la organizadora de la colecta. Los destinatarios son Simón Radowitzky y Andrés Babby. Este último había sido parte de un asalto, el 19/5/1919, a los dueños de una casa de cambios en el barrio porteño de Chacarita, considerado por Osvaldo Bayer “el primer asalto con fines políticos en nuestro país”.
Como hemos contado, la “expropiación” fue ideada por el anarquista ruso Boris Wladimirovich, con el objetivo de financiar un periódico. El asalto, contado por Bayer en “Los anarquistas expropiadores”, terminó en un enfrentamiento con la policía, y con uno de los agentes muertos. Los primeros en ir presos fueron Babby, autor de los disparos, y Luis Chelli, el chofer de los asaltantes. Tras una investigación, la policía llega a Wladimirovich, quien se había trasladado a la localidad de San Ignacio, en Misiones, donde había residido años antes. Una vez detenido es trasladado a Posadas, donde causa revuelo por su historia y sus características de venir de una familia aristocrática, y ser médico, biólogo y pintor, con varios libros publicados.
Una vez trasladado a Buenos Aires, Wladimirovich es llevado a juicio junto a Babby y Chelli. Tras largos meses, el juez de primera instancia impone 25 años de prisión a Babby, 10 a Boris Wladimirovich y uno a Chelli. El fiscal pide la confirmación de la sentencia. Pero los jueces de la Cámara de Apelaciones, mostrando un servilismo a los poderosos que no tiene nada que envidiarle al de la “Justicia” actual, piden pena de muerte a Babby y a Wladimirovich, y argumentan “los acusados formaron un complot… A Boris Wladimirovich, aunque no participó en el asesinato del agente Santillán, le corresponde la misma responsabilidad porque la ley considera que hay solidaridad absoluta en los delitos de los complotados”. Los reos se escapan de la pena capital porque el fallo de la Cámara no es unánime, y les dan la pena de “presidio perpetuo” en Ushuaia.
Larga es la historia de jueces actuando en función de los intereses políticos dominantes, tanto como la solidaridad proletaria demostrada por los trabajadores petroleros de la por entonces lejana Challacó.