Al conocer la muerte de Iara estalló la bronca en la ruta mientras la policía amenazaba con reprimir en lugar de cuidar a las pibas o trabajar para encontrarlas. Los gritos de justicia, el dolor, el hartazgo frente a los femicidios que se siguen sumando se mostró en las calles, a pesar del riesgo de contagio de Covid-19, en una provincia con el sistema de salud colapsado por la pandemia.
Iara había desaparecido el 23 de septiembre y Gabriela falta en su casa desde el 24. Desde ese mismo jueves está ausente Violeta Avalos de 16 años, de Cochinoca, al conocer que su familia la buscaba la comunidad la sumó a la jornada de reclamo.
Los familiares y vecinos denuncian la negligencia del Ministerio de Seguridad, de la policía y la fiscalía, ya que el trabajo de búsqueda para dar con sus paraderos ha sido tardío y escaso. Los propios allegados de las jóvenes se encargaron de comenzar con los rastrillajes y convocaron a movilizar exigiendo que el Estado ponga a disposición todos los recursos necesarios para encontrarlas.
Miles de personas se manifestaron desde la mañana del lunes. Con los barbijos puestos cortaron la Ruta Nacional 66 exigiendo que el Estado tome las medidas correspondientes para encontrar a las chicas que hoy están desaparecidas y denunciando que “nos están matando”, como decían mujeres pertenecientes a la Campaña por la Emergencia en Violencia Contra las Mujeres de Jujuy.
La noticia de la muerte de Iara conmovió profundamente, llegó cuando todo Palpalá estaba bajo el sol protestando. La hallaron sin vida en una zona en la que no se había encontrado nada durante los rastrillajes. Los vecinos indican que luego hubo un corte de luz en esos barrios y que Iara apareció donde antes no estaba.
En las horas que duró la protesta, la policía en lugar de buscar a Gabriela y Violeta estuvo en la ruta amenazando y empujando a familiares, vecinos, organizaciones sociales y de mujeres, que expresaban su reclamo por las pibas que no aparecen y su bronca por las que ya no están. A la tarde marcharon avanzando por las calles de la ciudad entre aplausos y bocinas de los vehículos que los seguían. Con el correr de las horas la multitud fue creciendo, se sumaron más personas que se anoticiaban de la actividad de protesta.
La marcha pasó por la seccional de policial, el Concejo Deliberante, la Municipalidad y la tensión latente con las fuerzas de seguridad que los acompañó todo el día se expresó con balas de goma y gases lacrimógenos al llegar a la Brigada de Investigaciones.
En Jujuy las protestas se fueron multiplicando en otros barrios y en varias ciudades de la provincia. Las familias, los vecinos alzaron la voz y no están dispuestos a callarse mientras sigan desapareciendo y matando a las jóvenes. Trabajan en unidad para difundir nuevas iniciativas porque Iara merece justicia y nadie se da por vencido/a, Gabriela y Violeta tienen que aparecer.
Ante la incorrecta respuesta oficial y la represión, en las últimas horas desde la Multisectorial de Mujeres y Disidencias de Jujuy piden la renuncia de Ekel Meyer, ministro de Seguridad de la provincia y de Alejandra Martínez, titular del Consejo Provincial de la Mujer e Igualdad de Género.