El viernes 17 de febrero, en horas del mediodía, el Tribunal Criminal Nro. 1 de la Provincia de Jujuy condenaba a Juan Carlos Gutiérrez a la pena de prisión perpetua por el femicidio de Marina Rosita Patagua perpetrado el 12 de febrero de 2021 y por las lesiones leves agravadas por la violencia de género perpetradas también contra ella dos meses antes de quitarle la vida.
En simultáneo, estaba programada la cesárea en la que una de las hijas de Marina daría a luz a su tercer nieto, sin que niño y abuela pudieran conocerse.
Entre la nueva etapa del duelo y ese nacimiento, la familia de Marina volvió a recordar con detalles de boca del femicida y las partes que alegaron solicitando la prisión perpetua, las circunstancias en las que la violencia machista se cobró su vida.
Se trató de una muerte anunciada, donde el Consejo Provincial de la Mujer no actuó, y paradójicamente, también fue querellante en la causa gracias al decreto del gobernador Morales (formulación de querella a la que se opuso la familia de Marina a través de la querella particular ejercida por las abogadas Valeria Medina y Mariana Vargas) que quiso simular que ser parte en los procesos de femicidio releva de culpas al Ejecutivo por la omisión estatal en evitar las muertes de las mujeres por la violencia de género.
Gutiérrez había sido detenido por las lesiones leves perpetradas contra Marina el 30 de noviembre de 2020, pero fue liberado a pesar de la oposición fiscal el 21 de enero de 2021. La libertad duró poco, ya que la pérdida de control sobre Marina -con la denuncia previa, la separación y lo que él suponía una nueva relación con otra persona-, lo determinó a tomar el control quitándole la vida. La brutalidad de los golpes y puñaladas dan cuenta del homicidio misógino y la determinación a matar.
Esta juicio se llevó a cabo luego de una larga historia de lucha del movimiento de mujeres de Jujuy, que inundó las calles rompiendo el aislamiento de la pandemia con las puebladas del 2020 por los femicidios en los que se vio en directo cómo el Estado no hacía lo que debía para salvar a las jóvenes mujeres del destino de muerte.
Febrero de 2021, con la noticia del femicidio de Marina, significó el grito unánime en las calles para que se haga el jury al Juez Pullen Llermanos, quien habiendo sido litigante organizador de violadores para frenar la lucha de las mujeres tratando de disciplinar con el Colegio de Abogados a profesionales feministas, no solo liberaba violentos con mal pronóstico, sino que culpabilizaba a Marina y a su familia en medios de comunicación para lavarse las manos de su responsabilidad. Si bien el jury no se llevó a cabo por decisión unánime de la comisión elegida por sorteo, uno de los votos de ese fallo señaló la gravedad de juzgar sin perspectiva de género en el marco de la vigencia de la Ley Micaela y los compromisos asumidos por el Estado Argentino, más aun tratándose de un juez habilitado en el juzgado especializado en violencia de género. A este pedido de jury siguió la denuncia penal al mismo magistrado ante el Ministerio Publico Fiscal.
Ante la violencia de género, anoticiada al Estado por la vía que fuera, debe existir una intervención estatal que frene la violencia del varón y acompañe a la víctima, garantizando con la amplia asistencia necesaria poner cese a esos hechos y la posible escalada, teniendo en cuenta todo aquello que implica ser tierra fértil para que la manipulación y la extorsión de los varones haga estragos. Es esencial el abordaje directo de cuestiones económicas como alimentos, vivienda, o las ideas internalizadas por las mujeres respecto de roles asignados por la sociedad, el amor romántico y tantas otras cuestiones que ponen a andar el círculo de violencia.
La condena lograda cierra una etapa pero implica una nueva puerta que se abre. Como en el caso de Nahir Mamani, también asesinada ante la negligencia estatal, corresponde avanzar en la condena civil al Estado, por el incumplimiento de la debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar y erradicar la violencia de género que tuvo en Marina a otra de las víctimas diarias en nuestro país.
Foto: Familiares de Marina Patagua acompañadas por la mamá de Iara Rueda, la Multisectorial de Mujeres y Disidencias de Jujuy y Padres y Madres del Dolor en el Juicio