El litio fue descubierto en 1817 por Arfredson y lo individualizó con el nombre de “Lithos”, palabra griega que significa piedra, para indicar que dicho elemento proviene de un mineral. Se encuentra en vetas (yacimientos) adherido a las rocas o en los salares, en salmuera. Cuando está puro es de color blanco plateado. Los compuestos de litio se hallan muy difundidos en la naturaleza, aunque en proporción muy escasa, se encuentra en las cenizas de las plantas, principalmente del tabaco, remolacha y caña de azúcar.
El litio fue descubierto en 1817 por Arfredson y lo individualizó con el nombre de “Lithos”, palabra griega que significa piedra, para indicar que dicho elemento proviene de un mineral. Se encuentra en vetas (yacimientos) adherido a las rocas o en los salares, en salmuera. Cuando está puro es de color blanco plateado. Los compuestos de litio se hallan muy difundidos en la naturaleza, aunque en proporción muy escasa, se encuentra en las cenizas de las plantas, principalmente del tabaco, remolacha y caña de azúcar.
Se calcula que las reservas mundiales del ‘oro gris’ o litio metálico son de 29,8 millones de toneladas, según el geólogo William Tahil, de la Meridian International Research.
Las salinas de Bolivia, Argentina y Chile concentran el 85 por ciento de las reservas mundiales del mineral y conforman un triángulo que la revista Forbes denominó la “Arabia Saudita del litio”. América Latina aporta más del 55% del litio que demanda la industria mundial.
También se sabe que a partir de las salmueras se puede extraer otros productos como el potasio, el boro y el magnesio. Los cuales a su vez pueden ser utilizados en fertilizantes para la agricultura, fotografía, medicina, fuegos artificiales, jabones, cerámica, estabilizadores de caminos, explosivos y armamentos termo-nucleares. Lo cual lo transforma en un mineral estratégico para el desarrollo de varias industrias.
Las empresas multinacionales ligadas a la industria automotriz, concientes del agotamiento de las reservas mundiales de combustibles fósiles (petróleo) han comenzado a desarrollar y utilizar baterías de litio para autos híbridos.
La batería de litio, también denominada batería Li-Ion, es un diseñado para almacenamiento de energía eléctrica. Desde el año 1990 su uso se ha popularizado en aparatos como computadoras portátiles y lectores de música.
La disputa imperialista por el litio en Jujuy
En la zona, que tiene 400.000 hectáreas de salares con litio, existen al menos una docena de empresas extranjeras -algunas asociadas con empresas nacionales- trabajando sobre los salares de Jujuy, Salta y Catamarca, para determinar la factibilidad de extracción. El litio pasó a ser un negocio nuevo y en ascenso, ya que su precio se triplicó en la última década. Según el Departamento de Estudios Geológicos de Estados Unidos (USGS, según sus siglas en inglés), mientras que en el año 2000 se cotizaba a 2.000 dólares la tonelada, hoy está a 5.500 la tonelada, luego de alcanzar en 2009 un pico de 6.400.
En el 2008 sólo uno de sus derivados, el carbonato, movió 590 millones de dólares en el mundo. El mercado mundial de baterías de ion de litio para autos, que movió 32 millones de dólares en 2009, aumentará a 21.800 millones de dólares para 2015 y a 74.100 millones para 2020, según la consultora A. T. Kearney. Se estima que la mitad de las reservas del mundo de litio están en Bolivia en el Salar de Uyuni. Nuestro vecino también es objeto de la puja interimperialista (Corea-China-Japón) por ver quién explota el recurso.
En la provincia de Jujuy actualmente operan empresas de capitales canadienses como la Lithium America, cuyos socios son la fábrica de autopartes Magna y la japonesa Mitsubishi, que inició los trabajos en Cauchari (Susques), una población del oeste de Jujuy, con Exar (subsidiaria). A poco de comenzar, Cauchari les dio una sorpresa. Al principio estimaban una producción de 5 millones de toneladas y velozmente trepó a 8,1 millones de un litio casi puro y listo para ser comercializado como materia prima; se calcula entonces que Cauchari se convirtió en el tercer yacimiento del mundo. También tienen en exploración salares en Inca Huasi, Pocitos y Arizaro.
También está Toyota Tsusho Corp (que es propietaria en un 21,8% de la automotriz japonesa) y la minera australiana Orocobre, que está operando a través de Sales de Jujuy, en las etapas de exploración y estudios de factibilidad en el Salar de Olaroz, en las Salinas Grandes. Toyota Tsusho, que ocupa el sexto lugar mundial entre las comercializadoras, se comprometió además a gestionar con el gobierno de Japón una línea de financiamiento de bajo costo para cubrir el 60% de la inversión en la Argentina. Orocobre, que retendrá el 75% de las acciones, estará a cargo de la operación, cuyo inicio está previsto para 2012.
Otra es la minera Li3 Energy, de capitales estadounidenses, que invertiría 20 millones de pesos en exploración en los salares de Centenario, Rincón y Las Pocitas, en las provincias de Salta y Jujuy. También hay un proyecto en marcha en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, explotado por Minera del Altiplano (subsidiaria de FMC de EEUU). Los chinos han manifestado interés en los recursos mineros, firmando un acuerdo entre el gobierno provincial y la empresa San He Hopefull Grain & Oil Group, para la exploración de zonas con potencial minero (cobre, hierro y litio). Entre las firmas más asentadas en el proceso en la Puna Cordillerana (Jujuy, Salta y Catamarca) se encuentran, Ady Resources (Australiana), Ekeko, South American Salars (subsidiaria de Oro Cobre), Solitario Argentina, Latin American Salars, Rodinia, Lithium I (Canadiense) y Bolera (Francesa).
Desde ya, todo esto en Argentina donde las provincias son las dueñas del recurso y las mineras extranjeras que exportan, por la ley minera del menemismo del año 1994, pagan sólo tres por ciento de regalías sobre lo que deciden declarar y gozan de privilegios impositivos.
No al “modelo” proimperialista
En Jujuy, muchos callan o se hacen los distraídos haciendo como el tero. El gobierno de la provincia es el mejor alumno de Cristina Fernández, se vino de Canadá con los deberes hechos o la ley, que abrió un paraguas a la de Glaciares, la que se aprobó en la legislatura provincial a “libro cerrado”, habilitando en el futuro las inversiones de las mineras extranjeras sin someterse a la ley nacional.
También hay quienes dicen ser realistas, planteando como posibilidad máxima la de ser proveedores de bienes, insumos y servicios que sirvan a las empresas mineras que extraen y exportan el mineral. Para esto han avanzado, con el pretexto del desarrollo de las Pymes, en leyes que también sirven de cobertura para los negocios de muchos funcionarios, hijos y amigos del poder.
Más allá de las intenciones de funcionarios de menor jerarquía, en los hechos hacen el juego y confluyen con aquellos que haciendo uso de su posición dominante en el gobierno local han desarrollado empresas que se vinculan a los intereses mineros a través del catering, empresas constructoras, estudios jurídicos contables, diarios y comunicadores sociales, etc. Ocultan deliberadamente que en la provincia hasta el año 1992 existió la empresa del Estado, Altos Hornos Zapla, en el área de Fabricaciones Militares, que producía aceros especiales y permitió que alrededor de la misma se desarrollaran cientos de pequeñas y medianas empresas metalúrgicas y metalmecánicas, que a su vez incentivaron la creación de fundidoras de otros metales como el plomo, el zinc y el estaño, llegando a ocupar 12.000 puestos de trabajo.
De esta manera terminan acordando y desarrollando el “modelo” de la megaminería exportadora de materia prima, que sostienen el gobierno y las mineras imperialstas, como la British Companies, haciendo caso omiso al reclamo de los pueblos originarios de las zonas mineras, soslayando o minimizando los controles de los impactos ambientales y poniendo en riesgo un recurso estratégico para el futuro, que se discute en el caso del Litio si es o no renovable.
Lamentablemente, como ha sucedido desde la llamada organización nacional, en Jujuy se repite el carácter dependiente de la política económica minera bajo control imperialista impuesta y sostenida por un Estado, nacional y provincial, sin ningún objetivo de industrialización, que ha estructurado la educación, el desarrollo de la infraestructura nacional, la ciencia y la tecnología a favor de diferentes potencias imperialistas.
En el debate, “entre lo posible y lo necesario”, con los resultados a la vista la política económica vigente de lo posible no ha conseguido ni la “felicidad del pueblo”, ni la “elevación del nivel cultural”, ni mucho menos que seamos una “Nación soberana”, como sostenían patriotas de la talla de Manuel Belgrano o Mariano Moreno.