El sábado 16 se realizó una jornada de lucha en Plaza Alsina exigiendo justicia por el femicidio de Giselle Gil, la docente de 40 años de Avellaneda que murió luego de un mes de internación, tras ser apuñalada por Martín Adrián Iglesia, su pareja.
El sábado 16 se realizó una jornada de lucha en Plaza Alsina exigiendo justicia por el femicidio de Giselle Gil, la docente de 40 años de Avellaneda que murió luego de un mes de internación, tras ser apuñalada por Martín Adrián Iglesia, su pareja.
Un femicidio más entre los 13 registrados desde 2010 en este municipio. La tristeza y la indignación, llevaron a varios de sus compañeros docentes a salir a la calle y convocar al resto de la sociedad para denunciar lo ocurrido, exigir justicia y ubicar la muerte de Giselle en el marco de la violencia hacia la mujer, que tiene como máxima expresión el femicidio.
A partir de la primera convocatoria el 11 de agosto en una esquina céntrica de Wilde, se conformó la Comisión “Justicia por Giselle”. Además de comenzar a averiguar sobre la causa, la carátula, el estado del juicio y mantener contacto con la familia, la Comisión se propuso visibilizar este hecho, dejar claro que se trató de un asesinato por el único hecho de ser mujer, exigiendo justicia y a los distintos gobiernos las medidas políticas necesarias para prevenir estos hechos.
Así el sábado, en la Jornada “Sin Giselle no hay ni una menos” en Plaza Alsina la actividad central fue pintar un mural móvil que recorra las escuelas y otras instituciones. Se realizaron distintas intervenciones de difusión y de participación de las personas que se acercaban: se repartieron volantes contando el caso de Giselle, se firmó un petitorio para que el agresor tenga la condena correspondiente, se mostraba un pasacalle con la consigna “Sin Giselle no hay ni una menos” en los cortes de semáforo en Av. Mitre, se habilitó un cartel para que quienes pasaron pudieran plasmar sus ideas. La gente que circulaba se mostró interesada y preocupada, participó con su firma y opinión.
La Comisión se conformó con la sólida idea de que lo de Giselle no es un caso aislado ni privado, sino que se enmarca en el grave problema de la violencia hacia la mujer, sostenida por una cultura patriarcal. Como el comunicado de la Comisión dice, la denuncia es hacia los gobiernos que desde hace muchos años no se ocupan del tema de la violencia hacia la mujer y la exigencia es de políticas públicas reales para prevenirla, asistirla y erradicarla.
Para nosotras fue muy importante lograr en Avellaneda juntarnos con otros grupos para hacer visible lo que sucede en nuestro distrito.
Las mujeres no podemos esperar, el agravamiento de la situación económica, por la inflación, el aumento de la carestía de la vida, los tarifazos que soportamos y los que se vienen, los despidos que no cesan, y la represión, que profundizan los padecimientos del pueblo. En este marco la doble opresión –de clase y género– que sufrimos las mujeres se refuerza y la violencia recrudece y el gobierno no toma nota de este flagelo. Por eso, urge redoblar la lucha para exigir que se declare la Emergencia en Violencia contra las mujeres.
¡Nos queremos vivas, libres y sin miedo!
¡No nos van a sacar de las calles!