Organizaciones populares, ambientalistas y la CCC, marcharon hacia la audiencia llamada por la Corte para evaluar la contaminación del Riachuelo. Se salió desde el Obelisco hasta Tribunales, con carteles de la CCC, de la Sala de salud del Barrio Elena, de los foros hídricos de Almirante Brown, de los Vecinos autoconvocados de Gonzáles Catan, del Movimiento ambiental de Bernal, y de los Vecinos autoconvocados de La Boca.
Frente a Tribunales se cortó la calle durante toda la audiencia y se repartieron volantes explicativos, con muy buena recepción. Incluso se acercó un grupo que está luchando contra la contaminación del agua en la Región Sur, con sus propios volantes, que no conocía el espacio de coordinación de la Intercuencas, y que se incorporaron inmediatamente a sus actividades.
Por diversos caminos, el pueblo, se va organizando y coordinando la lucha contra el saqueo ambiental y la contaminación.
En la audiencia propiamente dicha, el gobierno sufrió una dura derrota. Quedó evidenciado que su plan para limpiar el Riachuelo es un jarabe de pico, que anuncia medidas pero en la práctica la situación no sólo no está resuelta, sino que se agrava. Comenzaron con un papelón: la noche anterior a la audiencia, el presidente firmó el decreto que integró la autoridad de la Cuenca, es decir: designó por decreto los representantes del Poder Ejecutivo en el ente tripartito que integran con la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad.
Ello provocó que los representantes de la Ciudad, funcionarios de la gestión Telerman, desistieran a último momento de plantear que el Ejecutivo Nacional no los representaba: les mostraron el decreto delante de todos los que asistíamos a la audiencia. Un verdadero papelón de improvisación y disputa política.
La solución K: una cargada para la foto
La Universidad de Buenos Aires presentó un estudio muy crítico del plan del gobierno, demostrando que así no se resuelve el problema. El trabajo es serio, y parte de estudiar cómo se eliminan los contaminantes y se atiende la salud de la población, en lugar de comenzar por las tareas de limpieza superficial que ha encarado el gobierno.
El gobierno sintió el impacto de este informe, que, era evidente, estaba en consonancia con lo que planteaban las organizaciones que defienden el medio ambiente. Así, quedó evidenciado que la limpieza de los márgenes, tan difundida en los días previos por los medios de prensa, era una cargada: el gobierno licitó con una empresa que puso 14 obreros a juntar basura y matar ratas, para un problema que afecta a siete millones de personas.
Las tierras adyacentes a las márgenes del Riachuelo, requieren un tratamiento serio, que está definido en el programa de los Desocupados de la CCC: rellenar, parquizar, construir viviendas para medio millón de personas, viviendas que tengan agua corriente y cloacas, viviendas que se adjudiquen a quienes viven hoy en forma precaria en las márgenes, y para cuya construcción se contraten desocupados.
Este es un plan serio y posible; se necesita voluntad política para hacerlo y destinar recursos. Pero el gobierno lo suplanta con la foto de 14 operarios cortando el pasto. Como se dijo en la audiencia, una cargada difundida por la prensa.
La salud pública y las tierras
Quedó también evidenciada la falta de atención sanitaria y de las epidemias que soporta la población contaminada. La emergencia sanitaria, requiere destinar recursos de excepción para atender la salud en la cuenca. Lo que el gobierno mostró en la audiencia es que la emergencia sanitaria es sólo un discurso: la salud pública está desdibujada en todo el proyecto, cuando tiene que ser el eje de un programa de emergencia. En este sentido el defensor del pueblo, Dr. Mondino, reclamó medidas concretas y sobre todo apuntó a la falta de un cronograma sanitario y de las epidemias.
El corredor estratégico que nace en el Aeropuerto de Ezeiza y que termina en el puerto de Buenos Aires, constituye la mayor reserva de tierras públicas del área metropolitana.
Tenemos tierras públicas para construir viviendas populares, parques, reservas y áreas de recreación. Son miles de hectáreas de tierras estatales que se guardan para futuros negociados y no se afectan a un plan para incorporarlas a un saneamiento integral de la Cuenca.
Lógicamente, es una batalla política, primero instalar el problema y luego exigir que se destine el dinero que haga falta para resolverlo.
Los contaminantes y el saneamiento
Los residuos industriales son un problema, y están vinculados corruptamente con la vista gorda del Estado.
Con las 3.000 empresas que vuelcan desperdicios en la Cuenca –en su mayoría Pymes– se puede acordar un plan de tratamiento de aguas con ayuda estatal, y la relocalización sólo de algunas, las más contaminantes. El gobierno muestra la clausura de algunas Pymes como publicidad, pero nosotros le decimos que así no se limpia la Cuenca: es necesario, tratar los desperdicios en serio, con plantas de tratamiento de aguas, estatales, y ayudar a las Pymes a reconvertir sus métodos de producción, distribución y consumo.
La línea del gobierno es un desastre en este tema: dura y publicitaria con las Pymes, no resuelve el problema. Y es blanda con los monopolios, como lo demuestra su complicidad sobre los contratos incumplidos de las privatizadas que no construyeron las redes cloacas y de agua corriente. También es blando con las distribuidoras de electricidad que desparraman PBC por toda la cuenca.
Aguas Argentinas no cumplió con las prestaciones a su cargo en el contrato. Los incumplimientos de obras necesarias por parte empresas privatizadas son contaminantes, y esto fue resaltado en la audiencia.
El gran ausente en el plan del gobierno, son las obras sanitarias para toda la población: agua, cloacas, desagües, vivienda digna.
Por cada litro de agua que tiene el Riachuelo, se agrega un litro y medio de agua servida, lo que hace que la masa total de descarga contaminante, sea el quíntuplo de lo que el receptor puede recibir, por eso no hay vida en el Riachuelo.
Si no se parte de esta realidad, no se resuelve el tema: Primero, el agua corriente, las cloacas para todos, las viviendas, y el plan sanitario. Sólo así se puede encarar el saneamiento en serio.
Los residuos a cielo abierto –basurales– según el gobierno son 140 en la cuenca. En realidad son más de 300, se generan por corrupción y negociados. La falta de control sobre la disponibilidad final de los residuos, hace que sea más barato tirar la basura en los basurales, que darle el tratamiento legal. Las propias empresas que recolectan residuos en los municipios, tiran donde les queda más cerca, ahorrando combustible y horas hombre.
Una deuda con los más pobres
Las cuencas del Riachuelo y del Reconquista son la mayor deuda ambiental que el gobierno tiene con la población de Bs. As: la sufren mucho más los pobres, los desocupados y los que viven en sus márgenes. Enfrentar este tema es una necesidad política, y el 4 de julio de 2007 se dio un gran paso.