Tras haber fracasado en los intentos de procesarlo por los delitos de corte de ruta, daño, etc., se montó con la complicidad de la policía provincial y el Juzgado de la Dra. Gómez Vara una infame maniobra tendiente a condenarlo por “homicidio”.
Tras haber fracasado en los intentos de procesarlo por los delitos de corte de ruta, daño, etc., se montó con la complicidad de la policía provincial y el Juzgado de la Dra. Gómez Vara una infame maniobra tendiente a condenarlo por “homicidio”.
La orden: “borrar a la CCC y a Delmonte”
No se puede entender tamaña maniobra, sin tener en cuenta el enorme prestigio adquirido por la CCC, en la ciudad de Rosario y toda la provincia, por su inclaudicable lucha por trabajo, alimento, planes, vivienda, contra la droga, su denuncia de los que se roban la provincia y el papel de los gobiernos nacional y provincial en ese despojo, su presencia en las catástrofes que azotaron nuestra ciudad como inundaciones, granizo, etc.
Se quiso borrar ese prestigio en la persona de su coordinador, el “flaco” Delmonte, verdadero referente imprescindible en el panorama social y en todos los acontecimientos políticos y gremiales.
Un hecho más que confuso
Se intentó usar para ello un enfrentamiento producido frente al sindicato Atilra, donde matones contratados por una de las partes, produjeron un drama previsible, la muerte por disparos de un obrero y heridas graves a otros.
La CCC fue convocada para prestar solidaridad al sindicato provincial porque algunos delegados habían sido agredidos por el Sindicato nacional, no fue informada de lo que se había preparado, no participó de los incidentes y desde ya que no aceptó jamás la contratación de “matones”.
La maniobra
No obstante estar establecido en el expediente, que la muerte se había producido por armas de fuego y estando absolutamente identificado el autor, se falsificó burdamente un testimonio fotográfico para incriminar a Delmonte en la gresca y pasar a considerarlo responsable del homicidio “en riña”. Lamentablemente los dirigentes provinciales de Atilra ayudaron a ese propósito declarando que las armas encontradas en el Sindicato “podrían haber pertenecido a organizaciones sociales”.
Sobre la base de esa sola fotografía mentirosa, se dispuso rápidamente el procesamiento de Delmonte por homicidio, sin poder mostrar un solo elemento de prueba más.
La lucha, el frente único y la defensa legal
Tres grandes aciertos fueron: Movilizar inmediatamente a toda la CCC en defensa de Eduardo, desechando la idea que no iban a poder avanzar en el juicio. Fueron decenas de movilizaciones en el centro, en Tribunales, la exigencia del desprocesamiento se transformó en bandera principal y permanente de la CCC.
Sobre la base de explicar a fondo y sin concesiones lo sucedido, armamos el frente único más amplio posible para esa lucha. Con esa explicación y el prestigio de la CCC pudimos conformar un frente amplísimo, pocas veces visto en la lucha democrática, que abarcó a todo el arco político de la provincia, las iglesias, las organizaciones sociales, los sindicatos y que tuvo su máxima expresión en una Conferencia de Prensa, apoyada por todos los bloques del Concejo Deliberante y por el presidente del Cuerpo Zamarini, en su sede y con centenares de organizaciones y personalidades.
Una defensa legal protagonizada por los abogados Tamous, Lesgart y Monti, que entendiendo el objetivo político de fondo, dieron batalla minuciosa y se atrevieron a apelar el procesamiento a pesar de ser casi públicas las presiones sobre los camaristas para prolongar la persecución.
El triunfo
Al lograr, gracias a la lucha, el frente único y la defensa legal, conseguimos desnudar totalmente la maniobra, la Cámara de Apelaciones acaba de anular el procesamiento y sobreseer definitivamente a Eduardo.
La CCC, Pueblos Originarios en Lucha y todo el pueblo rosarino han obtenido un gran triunfo sobre el gobierno nacional, algunos sectores del gobierno provincial y algunos oscuros “aparatos” a su servicio, que se han vuelto a estrellar contra una roca.
Porque sus planes de entrega, de hambre, de tolerancia con los monopolios imperialistas y terratenientes que saquean la provincia van a tener que seguir estrellándose con esa voluntad del pueblo rosarino, el que produjo los dos rosariazos, el que entregó nueve vidas en las batallas del 2001, el que transformó a Rosario en la “capital del paro” y lo volvió a ratificar en el paro del 20 de noviembre.
Y a la cabeza de ese pueblo va a seguir estando el PCR, su Juventud, la CCC, los Pueblos Originarios en Lucha y el coordinador Eduardo Delmonte.