Noticias

06 de May de 2015


La clase obrera a la cabeza de las luchas

Extractos del discurso de Juan Carlos Alderete, presidente del partido del trabajo y del pueblo

 “Desde el 1 de Mayo de 1890 hasta hoy, la clase obrera en todo el mundo conmemora la lucha por imponer las 8 horas y reclama por sus reivindicaciones laborales, sociales y políticas. Desde entonces, se lograron grandes triunfos hasta llegar a imponer el socialismo en la tercera parte de la tierra.

 “Desde el 1 de Mayo de 1890 hasta hoy, la clase obrera en todo el mundo conmemora la lucha por imponer las 8 horas y reclama por sus reivindicaciones laborales, sociales y políticas. Desde entonces, se lograron grandes triunfos hasta llegar a imponer el socialismo en la tercera parte de la tierra.
Cuando la burguesía pudo restaurar el capitalismo en todo el mundo, arrasó con conquistas logradas en años de lucha. Nos impusieron la flexibilización laboral, la polifuncionalidad, la tercerización y una superexplotación feroz que es la base del surgimiento de nuevas potencias económicas como China y una desocupación estructural que se mantiene hasta nuestros días.
En nuestro país, ademá, las dictaduras y el menemismo  también arrasaron con conquistas históricas e impusieron ritmos infernales de trabajo y se adueñaron del patrimonio nacional.
Después de la rebelión popular del 2001, en medio de una crisis profunda, con miles de compatriotas condenados al hambre, logramos arrancar importantes concesiones a las clases dominantes: más de 2 millones de planes sociales, la suspensión del pago de la deuda externa ilegítima, fraudulenta y usuraria; la vigencia de paritarias, terminar con las AFJP y la posibilidad de que todos los trabajadores pudieran jubilarse, la asignación universal por hijo, la legitimidad de las empresas recuperadas y puestas en marcha por sus trabajadores a través de cooperativas. Esto fue logrado después de muchas luchas del pueblo y del movimiento obrero, como la Marcha Federal.
Pero tras estas concesiones, el kirchnerismo logró recomponer la gobernabilidad del sistema, volvió a pagar la deuda externa contraída por la dictadura; profundizó la entrega del menemismo y hoy vuelven a crecer las suspensiones, la desocupación y los jubilados, que llegan a ganar un salario de indigente, ni pueden solventar los gastos de los medicamentos.
Este lunes murieron dos chicos en un taller clandestino de Flores, donde vivía y trabajaba su familia, en condiciones de esclavitud, con la complicidad de los gobiernos de la Ciudad y nacional que, pese a las denuncias, permiten que sigan funcionando.
También en las fábricas y talleres legales han impuesto condiciones de supereexplotación con despidos y suspensiones.
Los salarios son devorados por la inflación y aquellos que alcanzan a cubrir el costo de la canasta familiar, el gobierno se encarga de recortar con el impuesto a las ganancias. Hoy el gobierno y las patronales están empeñadas en poner un techo a las paritarias por debajo del 30 por ciento. Hoy Cristina nos habla de patria y de defensa nacional y nuestro país, como país dependiente, padece la opresión imperialista. Le vendemos soja a los chinos y le compramos trenes, rieles y durmientes que terminan de liquidar la maltrecha industria nacional. Le compramos buques a los rusos mientras es incierto el futuro del Astillero Río Santiago.
Por esta razón también crecen las luchas del movimiento obrero. Este gobierno que en los primeros nueve años no había tenido un paro general, en los últimos tres, tuvo 4 paros generales.
Hoy la clase obrera tiene la responsabilidad y la disponibilidad de ponerse a la cabeza de la mayoría del pueblo para terminar con el saqueo, la corrupción y las mafias que hacen que en este país que produce alimentos para 400 millones de personas tengamos chicos que mueran por desnutrición o que son reclutados como soldaditos por las mafias del narcotráfico o víctimas de las redes de trata.
Necesitamos imponer un paro activo nacional de 36 horas, por paritarias libres, contra el impuesto al trabajo, por jubilaciones dignas, contra las importaciones que destruyen la industria nacional.
Tenemos que unirnos en un gran frente popular capaz de encabezar la lucha en las calles y en las urnas, para que los trabajadores seamos gobierno y podamos decidir sobre la riqueza que creamos con nuestro trabajo”.