Noticias

22 de February de 2012


La entrega de YPF y la crisis energética

Hoy 1407 / Entonces, ¿tenían razón los “agoreros”?

El 9 de febrero de 2012 se reunieron en el hotel Sheraton Libertador de Buenos Aires los gobernadores que integran la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) junto a los ministros de Planificación, Julio de Vido, y de Economía, Hernán Lorenzino.

El 9 de febrero de 2012 se reunieron en el hotel Sheraton Libertador de Buenos Aires los gobernadores que integran la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) junto a los ministros de Planificación, Julio de Vido, y de Economía, Hernán Lorenzino.
En esa oportunidad el titular de Ofephi y gobernador de Chubut, Martín Buzzi, recordó en declaraciones a la prensa que se busca “recuperar producción y el autoabasteciendo”, y alertaron que la Argentina “no debería importar energía”.
Algo cambió en el discurso oficial que hasta hace poco tiempo agradecía a Repsol-YPF por su compromiso y confianza en el país y repetía hasta el cansancio que las cosas iban bien.
El 23 de junio de 2009 en un acto en Ensenada donde la petrolera Repsol-YPF anunció una inversión de 348 millones de dólares para la ampliación de su refinería, ubicada en esa localidad, la presidenta puso como ejemplo la inversión anunciada porque “señala la necesaria articulación que debe haber entre empresariado, gobierno, trabajadores y la sociedad para poder crecer. Y para que ese crecimiento sea armónico, justo y defendido, debe llegar a todos los sectores de la sociedad”. Eskenazi habló del papel de los empresarios argentinos durante el discurso que pronunció previo al de la jefa de Estado, y destacó que debe preguntarse “por qué los empresarios quedaron relegados dentro de la sociedad. Me pregunto por qué el éxito de los deportistas está lleno de luces y el éxito de los empresarios que generan riqueza siempre está cubierto de un manto de sospecha”.
El 3 de septiembre de 2010, durante el acto inaugural del Centro Cultural de Las Heras, en la provincia de Santa Cruz la presidenta Cristina Kirchner elogió a la petrolera YPF, por continuar con sus inversiones en el país y ser el “mayor contribuyente”, mientras que el vicepresidente y CEO de la firma, Sebastián Eskenazi, cuestionó a los técnicos en energía y legisladores que “hablan sin saber”. “Querido amigo Sebastián Eskenazi”, dijo la mandataria tras destacar que está al frente de “la empresa más importante de la República Argentina” desde su rol de “administradora del Estado”. Además, elogió a la petrolera, al señalar que es el “mayor contribuyente que tiene la Administración Federal de Impuestos. (…) Quiero agradecer las palabras de compromiso y confianza en el país”, aseguró la jefa de Estado dirigiéndose a Eskenazi. Por su parte, Eskenazi expresó: “Estoy cansado de escuchar los agoreros de siempre que nos tratan de convencer de que no tenemos futuro, que somos malos y no sabemos hacer las cosas en materia energética”.
El 9 de junio de 2011, en la inauguración de un puerto en Escobar para importar gas, la presidenta elogió nuevamente a Eskenazi. En esa oportunidad expresó: “Quiero agradecer también a la empresa YPF la confianza en el crecimiento del país, porque está claro que una inversión de esta naturaleza es porque creen que vamos a seguir creciendo al nivel que lo hemos venido haciendo, y tengan fe que vamos a seguir creciendo porque viene muy bien las cosas para la Argentina, porque estamos –además– haciendo bien las cosas, que es lo importante”.

 

De tan bueno, se transformó en malo
El 26 de enero de 2012 la presidenta Cristina Kirchner criticó a las petroleras, al señalar que Argentina tuvo que aumentar las importaciones de combustibles porque “cayó y mucho la producción. (…) No podemos volver a las épocas del Virreinato (del Río de la Plata), en la cual se llevaban todo y no dejaban nada”, enfatizó, en un repleto Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. “Es necesario reinvertir en el país y el costo debe ser costo argentino y no internacional”, sostuvo Cristina, que recordó además que “el gasoil es vital para la producción, y hubo que importar mucho” el año pasado.
Al criticar a las petroleras, la primera mandataria consignó el aumento en la importación de combustibles, que se incrementó más de 100 por ciento en 2011 con respecto al año anterior, según indicó Cristina. “Si las petroleras hubieran mantenido o aumentado la producción, no hubiéramos tenido que importar combustibles por 9.396 millones de dólares, un 110 por ciento más que 2010”, manifestó, y expresó que de ese monto global, “7.547 (millones de pesos) fueron en cosas que se podrían haber producido en la Argentina”. Para Cristina, la producción de combustibles ha caído “mucho y está afectando a las provincias productoras de petróleo”, que cobran regalías por la extracción de crudo.
Por otra parte los cuestionamientos a Repsol-YPF quedaron reflejados en el texto del acuerdo firmado por las provincias y por los dos ministerios que participaron del encuentro de la Ofephi del 9 de febrero último. Allí se remarca que en los últimos diez años la producción nacional de petróleo cayó 18 por ciento y la de gas un 11 por ciento y se identifica a Repsol YPF como “principal responsable global”, pues es la principal firma del mercado y la caída en su caso fue de 30 y 35 por ciento, respectivamente, durante el mismo período. Además, se puntean los distintos anuncios de inversión que realizó la empresa en los últimos dos años y se remarca que “dichos anuncios nunca llegaron a consolidar un plan concreto de desarrollo sustentable y creíble de producción y parecen más apuntar a una especulación bursátil”.

 

En todos estos años, ¿no se dieron cuenta, o fueron cómplices?
La situación del sector energético es de tal gravedad que hasta el propio gobierno tiene que reconocer lo que viene ocultando desde hace varios años. La caída en la producción crónica de petróleo (desde 1998) y de gas en nuestros yacimientos (2.004) generó la pérdida del autoabastecimiento energético en el año 2011. Por primera vez desde el año 1989 la Argentina importó en el año 2011 más combustibles de los que exportó generando un saldo comercial negativo de más de 3.000 millones de dólares. La pérdida del autoabastecimiento nos convierte en un país energéticamente dependiente y genera una creciente demanda de dólares para hacer frente a las importaciones de combustibles. Es necesario recordar que demandó casi un siglo el logro de autoabastecimiento energético en el año 1989 si consideramos que el petróleo fue descubierto en nuestro país en el año 1907. Esto fue posible con el rol fundamental de la empresa estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que fue privatizada en el año 1992.
El 22 de septiembre de 1992, los gobernadores de la Ofephi se reunían con el ministro del interior Manzano y resolvieron montar un lobby para privatizar YPF. Acto seguido el titular de la Ofephi en ese entonces y gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, solicitó apoyo para la privatización de YPF e instó a los diputados disidentes a que dieran quórum. Al día siguiente la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que permitió la privatización de YPF. La política de saqueo en la cual se llevaban todo y no dejaban nada, que a la presidenta le recuerda a las épocas del Virreinato se profundizó durante su mandato y el de su esposo.
Entre el año 2003 y 2010 hubo una descapitalización por pérdida de reservas cuantificable en más de 100.000 millones de dólares. Al 31 de diciembre de 2002 Argentina tenía 448 millones de m3 de reservas comprobadas de petróleo y 663.000 millones de m3 de gas mientras que al 31 de diciembre de 2010 las reservas de petróleo eran de 401 millones de m3 y las de gas habían caído a 359.000 millones de m3.
Mientras el país se descapitalizaba en reservas y disminuía la producción YPF, la principal empresa del sector, giró utilidades a sus accionistas por 36.561 millones de pesos entre 2002 y 2010. Entre 2002 y 2004 giró 8.337 millones de pesos, entre 2005 y 2007 9.598 millones y desde la entrada de Eskenazi en 2008 hasta el 2010 repartió utilidades por 18.628 millones.