Estos son algunos ejemplos de la concentración de la tierra en mano de los monopolios o personeros de los distintos imperialismos que se disputan nuestro país.
AIG, grupo estadounidense en Salta, posee junto a la finca Jasimaná 1,5 millón de hectáreas, casi el 7% de la superficie de la provincia.
Estos son algunos ejemplos de la concentración de la tierra en mano de los monopolios o personeros de los distintos imperialismos que se disputan nuestro país.
AIG, grupo estadounidense en Salta, posee junto a la finca Jasimaná 1,5 millón de hectáreas, casi el 7% de la superficie de la provincia.
Benetton, los hermanos italianos Luciano, Giuliana, Gilberto y Carlo, controlan unas 970.000 hectáreas entre las tierras que poseen en Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, con estancias renombradas como “Pilcañeu”, “Alicura”, “Lelequen”, “El Maiten”, “Coronel”, “Cóndor”.
Adecoagro (nombre con el que volvió a Argentina el grupo Soros en 2002) compró Pecom Agropecuaria (74.000 hectáreas). Con compras posteriores ya lleva apropiadas más de 200.000 hectáreas (a principios de 2007 compró Pilagá, con 94.000 hectáreas).
Cresud, de los Elsztain y Saúl Zang, históricamente vinculados al imperialismo ruso, a su vez, llevan acumuladas más de 400.000 hectáreas.
Lázaro Báez, personero de la familia Kirchner y vinculado al nuevo imperialismo de China, adquirió en ocho años 25 estancias en Santa Cruz que equivalen a unas 427.000 hectáreas, más otra estancia cercana a Choele Choel, en la provincia de Río Negro. También Cristóbal López ha comenzado a posicionarse como terrateniente con la compra de 15.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires.
El inglés Joe Lewis (ex propietario de Hard Rock Café y socio de Planet Hollywood, junto a Silver Stalone, Bruce Willis y Arnold Schwarzennegger) adquirió 18.000 hectáreas en la zona de Lago Escondido.
Los ingleses de la Fundación Ecológica World Land Trust, compraron en la Península Valdés la estancia La Esperanza, 7.000 hectáreas “con vista a las ballenas”.
Ted Turner (propietario de CNN), posee 55.431 hectáreas en la zona andina, en Neuquén y en Tierra del Fuego. Su última compra fue la estancia “La Primavera” de 4.400 hectáreas.
El suizo Jacob Suchard (propietario de Nestlé), adquirió la Estancia “San Ramón” de 35.000 hectáreas, en Bariloche.
Nettis Impiante compró 418.000 hectáreas en La Rioja con el pueblo de Jagüel en su interior.
El grupo Arauco de la familia Angelini (chilenos vinculados a imperialistas de Europa) compró unas 180.000 hectáreas en Misiones, casi el 6% del territorio de la provincia.
GCN Combustibles SRL, del grupo japonés Nikkon, en Catamarca (Fiambalá), tiene 700.000 hectáreas.
Douglas Tompkins ya lleva compradas más de 200.000 hectáreas en los esteros del Ibera, en Corrientes, 4.000 hectáreas en el Delta del Paraná y más de 100.000 hectáreas en la zona cordillerana.
El grupo malayo Wallbrook controla unas 480.000 hectáreas entre Malargüe y Valle Hermoso, en Mendoza, otras de las joyas turísticas de Argentina.
Poseen grandes extensiones también la empresa australiana LAG (en Formosa y Salta), y en San Luis el grupo italiano Radici y el conde alemán Zichy Thyseen.
En Recreo, departamento La Paz en la provincia de Catamarca, una empresa de Norteamérica fabricante de helicópteros (Poquiteros S.A.) compró una estancia con una superficie de 117.000 hectáreas, con trescientas familias adentro.
Estos son algunos de los casos registrados por la prensa, ya que no hay registros del gobierno. Algunos fueron adquiridos con destino agropecuario y otros por su ubicación estratégica, por sus reservas de agua potable, por sus riquezas mineras o por su enclave turístico y natural.
La tenencia de la tierra
En cuanto a la tenencia de la tierra en nuestro país, recordemos que para 2002 el 63% de la superficie agropecuaria censada estaba en manos del 4% de las explotaciones de más de 2.500 hectáreas (muchas de una misma sociedad), mientras el 83% de las explotaciones, de menos de 500 hectáreas, disponía de apenas un 13% del total de la tierra censada.
Esta cuestión se ha agravado en la década kirchnerista, como se vio ya en el censo de 2008, donde se registran 60.000 explotaciones menos. El gobierno no ha publicado el detalle de esta cifra en su afán de ocultar la realidad, destrucción del Indec mediante.