La Federación Deportiva Obrera (FDO), fundada en 1924, fue dirigida por el Partido Comunista, en particular por su organización juvenil, la FJC. El periódico partidario fue vocero de sus iniciativas en un primer período. Como relata Cristina Mateu en “Política e ideología de la FDO”, en ese diario se proclamaba: “todos los obreros que simpatizan con el deporte deberán hacerse suscriptores de La Internacional, pues aparte de la información deportiva que publicará, nadie ignora que es el órgano defensor de la clase trabajadora en todos los órdenes de la actividad humana”.
“A lo largo de estos años de actuación, la Federación Deportiva Obrera fue intensificando su prédica y denuncia contra el deporte burgués”, dice Mateu: “a la práctica deportiva burguesa caracterizada como individualista, competitiva, mercantilista y chauvinista, carente de técnica al no privilegiar el juego en equipo y exaltar las figuras estrellas, se le contraponía una de carácter colectivo, solidario e internacionalista basada en ética deportiva”.
Como dijimos, la FDO llegó a agrupar a 70 equipos, y organizó torneos con cinco divisiones. De esos 70, 50 eran de Buenos Aires, y el resto de otras provincias. En su apogeo, la FDO, que se definía como “Sección Argentina de la Internacional Roja del Deporte y la Gimnasia”, llegó a organizar un torneo con su similar de Uruguay.
En la FDO se reflejó la lucha de líneas dada dentro del PC en esos años, y su marcada incomprensión del carácter dependiente de nuestro país, que le daba un significado especial a los triunfos deportivos de equipos o figuras nacionales entre las masas populares. Cuando Luis Ángel Firpo, famoso boxeador apodado “el toro de las pampas”, casi le gana la pelea por el título mundial de los peso pesado a Jack Dempsey, en 1923, en La Internacional se escribía que Firpo “es símbolo de la juventud argentina, que deja moral e ideas, afectos, todo, a cambio de un puñado de monedas”. O también que el boxeador era un “distinguido exponente analfabeto de los argentinos”.
En los clubes de la FDO, la mayoría de ellos sin sede propia, y que funcionaban en locales del PC, se impulsaba la práctica de atletismo, básquet, ajedrez, y bibliotecas obreras.
La FDO estuvo directamente atravesada por la ruptura que en 1928 encabezó uno de los máximos dirigentes, José Penelón. La mayoría de la FJC se fue, y con ella arrastró a la FDO. Por eso, en ese año las principales noticias de esta organización deportiva se podían leer en Adelante, el periódico de esta fracción.
Hoy N° 1719 30/05/2018