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11 de January de 2017

Crece la disputa entre las potencias imperialistas por el control de Siria, con la excusa de la guerra contra el terrorismo. Avances de los kurdos.

La guerra en Siria

Realineamientos tras la caída de Alepo en manos del gobierno de Al Asad

El 23 de diciembre el ejército del dictador sirio Bashar Al Asad tomaba el control de la destruida ciudad de Alepo, tras cuatro años de combates. Pocos días después se anunció un alto el fuego general en Siria entre los grupos rebeldes y el régimen de Al Asad. El presidente ruso Vladimir Putin, que apoya al gobierno en Siria, y el régimen de Erdogan en Turquía, que apoyó durante años a parte de los grupos rebeldes, avalaron el acuerdo, mientras buscan posicionarse en obtener posiciones ventajosas en esta región fundamental de Medio Oriente. Cabe aclarar de entrada que el fascista Erdogan, a la vez que acrecienta la represión sobre su pueblo y particularmente contra los kurdos, ha buscado un acercamiento a Putin, acrecentando sus contradicciones con Estados Unidos y la Unión Europea.
En Rimelan, Rojava, en el norte de Siria controlado por las guerrillas kurdas, se llevó a cabo entre el 27 y el 29 de diciembre una Asamblea Constituyente del Sistema Democrático Federal de Siria, con la participación de treinta partidos políticos y organizaciones civiles. Allí se destacó la importancia del alto el fuego y reclamaron “que todos los elementos claves deben sentarse alrededor de una mesa conjunta para la resolución de la crisis del país, con el fin de que no se repitan los intentos anteriores que fallaron”. La Asamblea, reflejando la expansión de las fuerzas que la componen en el control del territorio, resolvió cambiar la denominación de “Rojava-Norte de Siria” por el de “Norte de Siria”, para referirse al marco geográfico que abarca. Tras reiterar su apoyo a las Unidades de Defensa Popular (YPG/YPJ), la Asamblea repudió los ataques del Estado turco a varias poblaciones del norte sirio y concluyó declarando que “la Federación de Siria del Norte es parte de Siria”.
Alepo
La caída de Alepo, la segunda ciudad en importancia de Siria, en manos del ejército, se dio luego de intensos bombardeos aéreos sobre la población civil, en el último período con operaciones diarias de la aviación rusa sobre los distritos controlados por los opositores a Al Asad. Alepo había sido dominado en 2012 por distintos grupos rebeldes al gobierno, que compitieron entre sí por el control de las distintas zonas de la ciudad. Con la embestida del gobierno sirio por un lado y de los kurdos por el otro, quedaron con el control de la parte este de la ciudad. 
Históricamente, como analizó Poltar Can, uno de los fundadores y comandante de las YPG (Unidades de Defensa del Pueblo), el este de Alepo era el hogar de “los pobres, de los devotos y piadosos sunitas, los kurdos de las aldeas de Kobanê y Afrin, y también los turcos”, y el occidente “el hogar de los empleados del gobierno de clase media, ricos y los terratenientes”. El comandante kurdo analizó –en un artículo reproducido en kurdistanamericalatina.org– que las contradicciones entre las facciones rebeldes, en particular de los extremistas islámicos, y su opresión sobre los pobladores originarios de la ciudad, fueron algunos de los factores determinantes de su derrota. Resalta Poltar Can que las facciones extremistas islámicas “Ahrar Al Sham” y “Al Nusra” se subordinaron al Estado turco y se preocuparon más por atacar a los kurdos, que avanzan desde el norte, que en enfrentar al régimen de Al Asad.
La complejidad de la situación en Siria está dada por la abierta intervención imperialista en favor de uno u otro bando en pugna. Ya mencionamos el apoyo de Rusia al gobierno sirio, a cuyo lado combaten también milicias chiíes de Irán, Líbano, Irak y Afganistán. China desplegó buques en apoyo a Al Asad. Los opositores a Al Asad, muy heterogéneos tuvieron respaldo en armas y dinero de Turquía, Arabia Saudí y las monarquías del Golfo, así como de Estados Unidos.
Distintos medios cuentan en 310 mil los muertos en Siria en estos últimos cinco años de guerra e intervención imperialista. De estos, 90.000 eran civiles, incluidos 16.000 niños. El Centro Sirio para Investigación Política (SCPR, en sus siglas en inglés) eleva la cifra de muertos a casi medio millón. Además, se calcula que el 60% de los 23 millones de sirios han sido expulsados de sus hogares, y de éstos, millones han emigrado.
Desde las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) y las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), han planteado reiteradamente que no hay salida posible para Siria sin el proyecto patriótico, federal y democrático del pueblo kurdo, el único que “puede hacer frente a ISIS, al régimen y a todos los dictadores y también garantizará un Kurdistán libre y una Siria libre”, concluye el comandante de las YPG Poltar Can. 
Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) y las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), están avanzando sobre Raqqa, la “capital” del califato de ISIS y denuncian que el presidente turco ha manifestado que se sumaría al ataque contra Raqqa si el electo presidente yanqui Donald Trump frena el avance de las fuerzas kurdas.