Mientras Chile era mostrado por los sectores dominantes de la Argentina y de América Latina, como un modelo de crecimiento económico, el aumento del precio del subterráneo provocó un estallido popular. Como dijera Mao Tsetung “una sola chispa puede incendiar la pradera”. El pueblo chileno viene luchando en los últimos años: recordemos la lucha de los “pingüinos”, es decir la gran lucha estudiantil por las desigualdades en la educación, las huelgas de los mineros, la lucha de los jubilados como consecuencia de la jubilación privada, etc.
El precio del transporte en Chile se encuentra entre los más caros del mundo, sin relación con los bajos salarios. Los estudiantes empezaron la protesta saltando sobre los molinetes para no pagar. La protesta se fue extendiendo y se hizo masiva., no sólo en Santiago, sino también en otras zonas del país, desafiando el toque de queda impuesto por el gobierno, y la represión que ya ha causado 15 muertos, heridos y cientos de detenidos. El gobierno quiere, además, modificar la jornada de trabajo, aumentar la presión impositiva, etc.
Ante las manifestaciones populares, Piñera decretó en “estado de emergencia” y represión. Pero ni el toque de queda, ni la salida de los tanques a la calle, logró parar la movilización popular.
Entre los problemas que afectan al pueblo, y que son mencionados en algunas pocas entrevistas televisivas en la Argentina, están:
- El sistema de jubilaciones privadas, que hace que muchísimos jubilados no puedan sostenerse.
- El sistema de salud, dividido en público y privado. El público, que cubre el 80% de la población es gravemente deficitario
- La privatización del agua, con derecho a disponer a dónde llega y a dónde no.
- Las diferencias sociales graves en materia de educación.
- La corrupción y los negociados.
Por eso, muchos dicen:”No es por 30 pesos, es por 30 años”, es decir por todo lo que dejó de herencia la dictadura de Pinochet y que persiste hasta ahora.
Pero ahora el problema central es lograr la derogación del estado de emergencia, calificado en una declaración conjunta, como un “autogolpe” de Piñera, por la CUT, la coordinadora “no más AFIP”, el Colegio de profesores, y una cantidad de organizaciones sindicales y sociales, bajo el lema” Nos cansamos, nos unimos” . Estas organizaciones llaman a un paro nacional para el día 23. Plantean que lo primero es terminar con la represión al pueblo, para luego discutir un pliego de medidas de acuerdo a las necesidades populares.
Simultáneamente critica las acciones de vandalismo de grupos minoritarios, que perjudican justamente a los sectores populares.
Escribe Irene Alonso