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03 de June de 2015

La lucha electoral

Del Informe del CC del PCR de Mayo de 2015

Estamos en plena campaña electoral. La lucha electoral impregna toda la política argentina y es imposible, al margen de ella, avanzar en el combate por nuestros objetivos revolucionarios.

Estamos en plena campaña electoral. La lucha electoral impregna toda la política argentina y es imposible, al margen de ella, avanzar en el combate por nuestros objetivos revolucionarios.
Con vista a nuestro objetivo estratégico (la revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo) debemos aprovechar al máximo este combate para propagandizar no sólo los objetivos inmediatos de nuestro combate, sino también los estratégicos.
Ningún candidato (ni los de izquierda) atacan al latifundio que reina soberano en la Argentina desde la Colonia, ni a la dependencia brutal al imperialismo que hace de nuestro país –como lo denunció Lenin– un modelo de país dependiente. Un país dependiente con la presencia de varios imperialismos que disputan nuestras riquezas. Muchos candidatos electorales ni siquiera mencionan los recientes acuerdos entreguistas con China ni con Rusia.
Nuestras organizaciones partidarias, en general, han realizado desde hace meses un intenso trabajo para legalizar el PTP y para organizar el Frente Popular. Desde ya: el trabajo no ha sido parejo y hay organizaciones que, pese a que la organización del PTP se discutió hace años, en la Conferencia del Partido del 2010, han tardado años en darle la importancia requerida a este objetivo.
 
El trabajo del Partido 
en el Frente Popular
Ha sido un paso muy positivo para el Partido la constitución del Frente Popular encabezado por Víctor De Gennaro con la participación de la Unión Popular, Emancipación Sur y otras organizaciones.
En condiciones muy difíciles, sin el apoyo económico de monopolios ni terratenientes, ninguneados por los medios que, en su mayoría son controlados por el gobierno o corporaciones ligadas a quienes hegemonizan las clases dirigentes, como se dice vulgarmente “con tiza y con carbón”, hemos llegado con nuestra propaganda a las masas. Desde ya: con mucha menos fuerza de la que debemos esforzarnos por llegar en el futuro.
Este trabajo nos ha demostrado que las elecciones son hoy el principal instrumento de nuestra labor revolucionaria siempre y cuando las utilicemos no sólo para agitar las reivindicaciones inmediatas de las masas sino, también, y principalmente, para plantear las salidas de fondo a los problemas de nuestro pueblo y nuestra nación.
No se puede por ejemplo pensar en terminar con el hambre que azota a regiones enteras de la Argentina sin golpear a los terratenientes y a los monopolios. Son estos y no el pueblo los que deben pagar la crisis.
Hasta ahora hemos participado en cuatro elecciones provinciales obteniendo en las mismas un poco más de 100 mil votos. Pasamos las PASO  en Salta, con buenos resultados en lugares de gran importancia estratégica; también en Santa Fe en diputados provinciales (para los que obtuvimos 54.976 votos) y en concejales y en senadores, en 7 departamentos; salimos primeros en Colonia Macía, localidad en la que está el principal centro productivo de Soros (11 mil hectáreas de arroz), y se hizo campaña en las puertas de todas las grandes empresas de la provincia; pasamos las PASO  en la Ciudad de Buenos Aires para legisladores, y para comuneros en 11 de 15 comunas. En Neuquén, en elecciones definitivas para gobernador y legisladores no nos fue bien (sufrimos un fraude escandaloso en Rincón de los Sauces) pero hicimos buena elección en Zapala (tuvimos el 3%) y en Centenario (sacamos un 4%).
El kirchnerismo fue la fuerza más golpeada en estas elecciones, especialmente en Santa Fe y en Capital Federal.
Metidos a fondo en la campaña electoral tenemos que mantenernos alertas y preparados para cambios bruscos en la situación política. Nos esperan días difíciles, de luchas duras, antes que termine el período presidencial kirchnerista (dada la política entreguista y antiobrera del gobierno) y posteriormente, por el país, en ruinas, que dejarán a sus sucesores.