Para Ignacio/Guido implica comenzar un proceso de recuperar su identidad y su historia, descubrir que es hijo de desaparecidos, que nació en un centro de detención y tortura y que su historia se desarrolló sobre la base de una mentira que le ocultaba sus verdaderos orígenes.
Para Ignacio/Guido implica comenzar un proceso de recuperar su identidad y su historia, descubrir que es hijo de desaparecidos, que nació en un centro de detención y tortura y que su historia se desarrolló sobre la base de una mentira que le ocultaba sus verdaderos orígenes.
Pero a la vez, este hecho no sólo se vincula al ámbito particular de Ignacio ya que repercute y moviliza al conjunto del pueblo que viene luchando desde hace décadas por la verdad, la justicia y la memoria. A su vez nos hace recordar los años de fascismo y represión, a los que vivieron directamente ese periodo con la atmósfera de secuestros y torturas y con la pérdida de queridos amigos y compañeros, a los que nacimos en medio del golpe percibiendo el miedo y el silencio o aprendiendo a convivir con la falta de un ser querido, y a las nuevas generaciones que fueron reconstruyendo esa historia con sus familias y lucharon activamente contra la impunidad.
La dictadura no sólo impulsó un plan represivo para detener el auge revolucionario y para eliminar la columna vertebral de este movimiento que se expresaba en los cuerpos de delegados obreros con el Smata Córdoba como faro de ese proceso, sino que buscó darle un golpe mortal al proceso de organización y lucha del pueblo por varias décadas. Desde esa óptica separó a los hijos recién nacidos de sus padres, como dicen las abuelas como si fueran “botín de guerra”, para que esos niños, jóvenes en el futuro no se transformaran en futuros “subversivos” que osaran volver a atentar contra el poder y el sistema como hacían sus padres.
Las clases dominantes siempre han subestimado al pueblo, y la dictadura que pretendía quedarse por 20 años terminó en pocos años en medio de manifestaciones y huelgas obreras y con las madres de los desaparecidos enfrentando la impunidad. Los hijos de los desaparecidos, de los presos, nos fuimos organizando y enfrentamos con escraches la falta de juicio y castigo. A su vez, los jóvenes a los que la dictadura les robó su historia, fueron apareciendo por el esfuerzo de las abuelas, de sus familias, de los compañeros. Por eso la recuperación de la identidad de Ignacio vuelve no sólo a recordarnos toda esta lucha sino que implica un triunfo más de la lucha del pueblo por la verdadera historia.
La verdad es revolucionaria
Lenin decía que la verdad es siempre revolucionaria, dolorosa en un primer instante podríamos decir en el caso de Ignacio, pero que permitirá en el largo plazo rearmar su historia, con los fragmentos que le logren acercar, valorando la vida y la militancia de sus padres que estaban dispuestos a dar la vida no sólo por el futuro de su hijo sino por el de todos los hijos.
La verdad es revolucionaria porque busca enfrentar la mentira y el engaño que intenta encubrir un interés u objetivo que no puede ponerse a la luz. Marx decía que el arte de las clases dominantes es presentar sus propios intereses como los intereses del conjunto de la sociedad para naturalizar el orden. Por eso las fuerzas populares, democráticas, revolucionarias peleamos por la verdad, por develar los intereses que se esconden en las relaciones sociales que nos presentan como naturales, para trasformar esa realidad que es injusta, que se basa en la explotación y en la opresión del pueblo.
La lucha por la verdad es una lucha en sí y es un proceso infinito. Nuevos elementos aparecen sobre el golpe continuamente, como la lista de los integrantes del batallón 601 hace unos años o los datos recientes sobre la participación de Milani en la represión, y muchos otros son escondidos y tergiversados como los intereses que buscan reducir la responsabilidad del golpe de estado a la participación del imperialismo yanqui escondiendo la responsabilidad de imperialismo ruso. Alberdi sostenía que la falsa historia es la base de la falsa política, no es casualidad que sectores que impulsaron activamente el golpe de estado hoy sean parte fundamental del gobierno y que por diversos intereses necesiten presentarse como los abanderados de la lucha de los derechos humanos. La lucha por la verdadera historia es una lucha contra los intereses dominantes y es fundamental para el proceso de liberación del pueblo.
Un gran paso para la lucha democrática
La restitución de la identidad de Ignacio al igual que la de los 113 nietos que lograron rearmar su historia representa un gran paso para la lucha democrática y del pueblo. Sin embargo todavía continúan faltando casi 400 jóvenes que hasta el día de hoy no conocen su verdadera historia. Casi el 80% de los casos de los desaparecidos no encuentran lugar en este tipo de juicios y cerca del 80% de los responsables del golpe militar continúan en la impunidad. Siguen siendo los familiares y compañeros los que llevan adelante las causas y los que aportan las pruebas fundamentales, sin ningún tipo de protección como se demostró con Julio López.
Como es parte de la lógica castrense, las Juntas Militares no realizaban ningún tipo de movimiento sin registro, la identidad de los 400 jóvenes que faltan, el destino final de los miles de desaparecidos, la cadena de responsabilidades de la represión, desde el que dio la orden hasta el que la ejecutó, todo se encuentra en los archivos que la dictadura y sus resabios continúan escondiendo, y que el gobierno no busca o no da a conocer.
Para los que denunciamos el golpe y dimos batalla contra la dictadura, para los que luchamos por el juicio y castigo y la aparición con vida de los desaparecidos desde que tenemos memoria, para los que enfrentamos la impunidad en la calle y logramos con la lucha la nulidad de las leyes de del olvido y del perdón, para los que continuamos peleando contra la impunidad de ayer y hoy y para no disociar la lucha democrática de la lucha social; para todos nosotros la restitución de Ignacio nos llena de alegría y nos impulsa a continuar la lucha por la restitución de todos los hijos apropiados y para continuar peleando para hacer realidad los sueños y objetivos de los 30 mil desaparecidos.