Parte de esta “doctrina Macri” son las reuniones en Estados Unidos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich con funcionarios de la DEA, el FBI y la agencia de seguridad interior estadounidense (Homeland Security). En el marco de esta política, que ya se materializó en el acuerdo de “cooperación” con la Guardia Nacional de Georgia, Macri le ha ofrecido a las agencias de inteligencia de Estados Unidos instalarse en la triple frontera (ver edición digital de Perfil del 10/02/2018).
La “nueva doctrina” de Macri, explicada por Bullrich en una entrevista radial, implica que “Las fuerzas de seguridad no son las principales culpables en un enfrentamiento. Estamos cambiando la doctrina de la culpa de la Policía. Y estamos construyendo una nueva doctrina: el Estado es el que realiza las acciones para impedir el delito. (…) Vamos a invertir la carga de la prueba. Hasta ahora, el policía que estaba en un enfrentamiento iba preso. Nosotros estamos cambiando la doctrina y hay jueces que no lo entienden. Lo vamos a cambiar en el Código Penal. Vamos a sacar la legítima defensa para los casos de policías”.
Resulta clave tener en cuenta que Bullrich es la voz de Macri. Es él quien habla y avanza a través de Bullrich.
La “nueva doctrina” es en realidad la doctrina de la ley de la fuerza (donde rige la fuerza y no la ley), del Estado sin control, del Estado policial.
Macri quiere legitimar con su “nueva doctrina” las ejecuciones sumarias a manos de las fuerzas de seguridad. La discusión de la pena de muerte (casi imposible de llevar a la práctica porque implicaría una reforma constitucional y la salida del país del sistema interamericano de derechos humanos) no es más que una cortina de humo, utilizada para legitimar las ejecuciones sumarias (homicidios) realizadas por las policías y posiblemente por las fuerzas armadas (si logran involucrarlas en seguridad interior).
Es más, la pena de muerte al lado de la “nueva doctrina” sería garantista. En los sistemas con pena de muerte, es un tribunal, luego de un proceso, quien la impone. Con la “nueva doctrina” el policía es acusador, juez, jurado y verdugo.
Este “paquete” incluye la reformulación de la Fuerza de Despliegue Rápido del Ejército en una fuerza conjunta del ejército, la marina y la fuerza área para actuar en situaciones de seguridad interior. Para esta tarea el gobierno comprará aviones, helicópteros, barcos, vehículos, armamento. Esta fuerza conjunta no estará al servicio de garantizar nuestra soberanía, sino para “combatir al narcotráfico y a los grupos internos que ponen en peligro recursos naturales como por ejemplo la RAM” (instrumentada por el gobierno para legitimar su represión a los pueblos originarios). Ver: Infobae 7//2/2018: El Ministerio de Defensa creará una fuerza de despliegue rápido para apoyar a todas las fuerzas de seguridad.
Es prioritario que el pueblo frene esta “nueva doctrina”
Esta política nos retrotrae a los momentos más oscuros de la historia y va de la mano con los intentos por terminar con los juicios a los genocidas, el otorgamiento de prisiones domiciliarias, la represión al movimiento popular, la existencia de presos políticos (todavía hay 5 personas presas por la movilización del 14/12) y la política de ajuste y entrega que impulsa Macri.
Es prioritario que el pueblo frene esta “nueva doctrina” que implica un total autogobierno de las fuerzas de seguridad, la total impunidad de los homicidios ejecutados por fuerzas policiales, la incorporación de las fuerzas armadas en la represión interna, una mayor inseguridad ciudadana y un crecimiento exponencial del grado de violencia social.
Todos en el Partido debemos ser conscientes del carácter de estas políticas, el ataque que implican a las libertades democráticas y de la necesidad de tomar este tema como una prioridad política que nos permita lograr los más amplios marcos de unidad para enfrentar a esta política y que nos tenga a la cabeza de esas luchas.
Nuestro pueblo tiene enormes reservas democráticas, la juventud en particular es muy sensible frente a estos avances, es nuestra tarea lograr desplegar una línea que desnude el carácter reaccionario y entreguista de la política que impulsa Macri, que es falsa la dicotomía seguridad con derechos humanos, que estas políticas no traerán más seguridad sino que profundizarán la inseguridad reinante y que es posible un país distinto, más justo, igualitario, libre y soberano.