El gobierno inglés logró que el Protocolo de Lisboa de la Unión Europea incorpore como “territorios de ultramar” de esa Unión, a nuestras islas, nuestras zonas marítimas, y nuestra plataforma continental llevándola a las 350 millas, con la consecuente proyección hacia el continente antártico. Son tres millones de kilómetros cuadrados que pertenecen a la Argentina, y otras extensiones reclamadas por Chile. El Protocolo deberá ser ratificado por los parlamentos del viejo continente para adquirir el valor de texto constitucional, proceso que culminará en el 2009.
Además, el Tratado Antártico vence en el 2010; a juzgar por la política inglesa en la región, es probable una ofensiva también en este terreno.
Todos esos territorios son parte de la Nación Argentina, así lo establece la Constitución Nacional, integrando la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
El imperialismo inglés pretende la mutilación territorial de la Argentina para convertir al Atlántico Sur en un lago inglés con sus yacimientos petroleros, su riqueza minera en nódulos polimetálicos, y pesquera. El dominio de la península antártica le daría la principal base para la explotación petrolera y pesquera en el continente blanco, y la posesión de la mayor reserva de agua dulce del mundo.
¿Qué hará el gobierno de Cristina Kirchner? ¿Mantendrá la política de dejar hacer que sostuvo Néstor Kirchner con Tony Blair, o reaccionará frente a la ofensiva del nuevo primer ministro Gordon Brown? Está bien que la Cancillería proteste. Pero mientras la diplomacia argentina hace discursos para la prensa nacional, la inglesa produce hechos estratégicos.
Va creciendo el reclamo para que el gobierno de la Argentina tome medidas con urgencia. De mantenerse la actual diplomacia de “protestar” y no producir hechos, la perspectiva es la mutilación territorial, con todas sus consecuencias. Entre ellas, la pérdida de gran parte de las principales cuencas petroleras marítimas que son la principal reserva energética del país. Entre las medidas que se reclaman están:
1. Llevar la denuncia de la ofensiva colonialista del imperialismo inglés, en acuerdo con los países de América Latina y del Tercer Mundo y someterlo a votación en la Asamblea de las Naciones Unidas.
2. Tomar medidas concretas e inmediatas para garantizar la delimitación de la plataforma continental para su reclamo ante la Comisión respectiva de las Naciones Unidas, antes de su vencimiento en el 2009.
3. Considerar que las decisiones unilaterales inglesas han roto los acuerdos de Madrid y de Londres y darlos por muertos.
4. Considerar también rotos los tratados que otorgan privilegios y seguridades a las inversiones inglesas, con todas sus consecuencias prácticas.
5. Sostener una diplomacia activa con América Latina y el Tercer Mundo, estableciendo acuerdos favorables para nuestros países hermanos sobre los beneficios económicos del Atlántico Sur y la parte reclamada por países latinoamericanos de la Antártida, junto a un acuerdo de apoyo a los reclamos argentinos y de otros países de la región.
02 de October de 2010