Nos encontramos en el local de la CCC, el clima es cálido al igual que las compañeras, Alejandra y Melany comienzan la charla hablando sobre el inicio de la pandemia “Somos una red de trabajo, lo bueno es que pudimos laburar no solamente desde la CCC, sino desde el Comité de Crisis, que se armó a los 15 días de decretada la cuarentena en marzo, en donde estamos la iglesia, la junta vecinal y todas las organizaciones sociales y políticas que estaban trabajando en el barrio, somos una de las villas más politizadas porque tenemos alrededor de 16 organizaciones trabajando. La pandemia vino a sacar lo peor, pero también lo mejor de nosotros, porque como veíamos la situación sanitaria, en donde el Covid-19 iba a atacar primero a las personas mayores, que son los más vulnerables, salimos en abril durante semana santa a relevar qué necesidades hay, y relevamos alrededor de 1.200 abuelos, teniendo en cuenta todas las situaciones. Tras el relevamiento, tuvimos una reunión con el IVC (Instituto de la Vivienda) y la mesa de trabajo del Comité de Crisis, y logramos que en primera instancia a esos abuelos se los vacune con la antigripal y se entreguen 2.400 bolsones para repartir, en donde recibían dos bolsones de frescos, uno de verduras más un kit de limpieza que se recibían cada 15 días. Se armaron 14 postas en el barrio, para que no tuvieran que trasladarse muy lejos de sus casas, y se logró que a los abuelos que se encontraban postrados, el equipo de vacunadores junto a las promotoras vaya hasta la casa. Se vacunaron alrededor de 980 abuelos con la vacuna antigripal.
“Todo el trabajo de entrega de mercadería y seguimiento lo hacíamos nosotras, sin que el gobierno pusiera un peso. Jamás nos reconocieron, nos ha pasado de romper carretillas prestadas por los vecinos y tener que organizar rifas para devolverles la plata. Desde las organizaciones y la mesa de trabajo pusimos todo, el Internet, la movilidad, etc. Durante la pandemia hicimos el seguimiento del control de casos estrechos si teníamos algún vecino o compañero que esté sospechoso, en donde los informábamos, les acercábamos mercadería, productos de limpieza, haciendo de nexo entre el Cemar, el Detectar y las salitas.
“Era una pelea que llegue la mercadería desde el Gobierno de la Ciudad. Seguimos saliendo durante la parte más alta de contagios el año pasado, al principio traían guantes, barbijos, pero después absorbíamos el gasto nosotros, tras esto muchos compañeros se contagiaron por no contar con el equipo necesario. En nuestro equipo de promotoras fuimos muy cuidadosas, siempre llevábamos máscara, barbijo, mantener el lavado de manos, alcohol en gel.
“En agosto del 2020 nos dimos cuenta que había una cantidad de chicos que no se estaban vacunando, que dejaban la secundaria. Lo charlamos en la mesa para coordinar postas de salud de calendario revisando que tuvieran el calendario de vacunación completo, que realizábamos todos los viernes para que se acercaran y se fueran a vacunar. Llegamos a recibir 100 chicos en una posta.
“Fue esta gran red con todas las promotoras de salud lo que nos permitió poder sostener la crisis sanitaria. Hay que tener en cuenta que la 21-24 es uno de los barrios más pobres de la zona sudeste de la Capital Federal. La pandemia vino a retratar todo lo que venimos reclamando hace años, porque es terrible la crisis alimentaria y económica que hay, que se suma al problema de la contaminación. A los chicos les salen forúnculos, parásitos. Venimos desde hace décadas con la contaminación del Riachuelo, que trajo como consecuencia muchos chicos con plomo en sangre, que derivaban en cáncer; está el tema del dengue por los basurales y las aguas estancadas porque no hay un plan de urbanización real dentro del barrio; por eso trabajamos desde la mesa de salud por la prevención y concientización del descacharreo, porque hay muchísimos autos abandonados acá en la calle que no te dejan pasar o cruzar, son los que acumulan la basura, agua, roedores. Otro problema es el de la droga, los pibes muchas veces se nos acercan, reconociendo su adicción, pero nos dicen, ‘acá en la villa en todas las esquinas nos venden ¿Cómo hacemos para dejar?’ Es una falta de oportunidad terrible, porque acá hay talento puro entre los pibes. La importancia del Comité está en que nos permite hacer un relevamiento de las enfermedades y cuál es la causa de ellas.
“En la actualidad tenemos el problema de que los turnos son escasos, muchas mamás se quedan sin turnos para los controles de niño sano mensuales o anuales, dependiendo la edad que tengan los chicos. Otro tema es el de las embarazadas, porque tener que ir a pelear con las obstetras y el hospital, porque te reclaman el hecho de no tener los controles, pero no dan ningún turno”.
Se lucha por la salud y contra el hambre
Sobre el trabajo específico de la CCC y las promotoras agregan “Tenemos el comedor de La Lecherita, que tiene 21 años acá en el barrio, en donde entregamos 400 raciones y 325 de cena por día, en un momento se triplicó la cantidad de raciones que entregábamos. Durante la pandemia abrimos dos comedores y una olla popular, uno se llama Sembrando Esperanza, el otro María Conti y la olla popular Corazones Felices, los cuatro están en lugares centrales de lo que es la Villa 21-24 y Zabaleta, el año pasado que fue cuando se sintió el golpe de quedarse sin trabajo, gente que jamás pensó ir a buscar su comida a un comedor tuvo que ir, hay nenes que prácticamente no tienen nada, porque la mayoría perdió todo el laburo. Es un trabajo de todos los días mantener los comedores y las ollas.
“Trabajamos en conjunto con las promotoras en prevención de violencia cuando tenemos algún caso, creció mucho la violencia con el tema de no tener trabajo ni para comer, se empiezan a juntar los problemas cuando tener una casa chica y estás con tus chicos, ahí aparece la violencia de género o contra los niños. Hemos enfrentado situaciones de violencia muy graves y de abuso a menores, pero como ya veníamos trabajando tenemos las herramientas para hacer el acompañamiento.
“Nosotras somos 14 promotoras, todas mujeres, no hemos logrado incorporar ningún hombre, los compañeros nos ayudaban en la entrega de mercadería, en la logística. Tenemos tres compañeras que son enfermeras, pero están recibidas en Paraguay y no pueden ejercer por el tema del título, estamos luchando para que les convaliden el título, ellas son las que van guiando el grupo para que trabajemos, realizamos talleres de ESI e ILE en el Cesac 1, porque hay muchas dudas planteadas por las vecinas, principalmente desde las adolescentes. En nuestro botiquín, aparte de preservativos, tenemos la pastilla del día después, porque de lunes a viernes funciona la salita, pero el sábado y el domingo si pasa algo se pueden acercar a nosotras. Por suerte tenemos una buena relación con los profesionales de salud, coordinamos muy bien. Desde que trabajamos como promotoras los vecinos nos ven de otra manera, saben quiénes somos y no nos cierran la puerta en la cara, es otro prestigio, porque no te ven solo como el comedor que te da de comer, sino como alguien que incentiva la salud, porque ¿Cuándo vas al hospital? Cuando ya estas mal, y la idea es que no, que estés bien, por eso realizamos también talleres de Alimentación Saludable, que es fundamental y deberíamos charlar con el Gobierno de la Ciudad, porque nos mandan solamente polenta y para hacer guiso.
“Tuvimos que hacer una jornada de lucha para exigir nuestra vacunación porque las promotoras no estamos reconocidas como esenciales, sólo vacunaron a las compañeras de los comedores. Después de todo el trabajo que hicimos ¿No nos van a vacunar? Hicimos hace dos semanas un semaforazo en las dos entradas principales: Vélez Sarsfield e Iriarte, y Alcorta e Iriarte, vinieron muchos medios de cable y radios. Caminamos hasta el Ministerio de Salud de CABA sin cortar la calle, las compañeras de la CTA nos prestaron el sonido, armamos un escenario y leímos un documento donde planteábamos esto, que estamos trabajando 24/7, y que ya que se ahorraron un montón de plata con eso, que al menos nos vacunen. El 21/06 nos llamaron diciéndonos que nos iban a vacunar por tandas, lo vemos como un triunfo”.
Al cerrar, comentan sobre el trabajo realizado desde el Partido junto a las promotoras “Este fue uno de los mejores años del Mes de la Prensa, al ser promotoras nos contactábamos con los conocidos, ofrecíamos la prensa en la esquina de las postas. Ser promotoras nos permite difundir más el Partido porque tenemos más contactos, las propuestas de las vacunas, el reclamo de soberanía, nos muestran de otra forma ante el vecino y tienen mayor aceptación”.
Hoy N°1871 07/07/2021