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22 de November de 2016

El Comité Central del Partido Comunista Revolucionario abordó los cambios en la situación internacional, con un nuevo escenario, y una gran incertidumbre.

La prepotencia imperialista y fascista de Trump

 

Con el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos se abrió paso un nuevo escenario mundial.

Se están produciendo cambios que tienen consecuencias profundas en América Latina y en la Argentina. Cambios en un mundo con guerras comerciales y convencionales. Esos cambios provocan una situación de gran incertidumbre.

 

Con el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos se abrió paso un nuevo escenario mundial.

Se están produciendo cambios que tienen consecuencias profundas en América Latina y en la Argentina. Cambios en un mundo con guerras comerciales y convencionales. Esos cambios provocan una situación de gran incertidumbre.

Trump llegó con su programa de derecha, fascista, ratificado por sus primeras designaciones, como el jefe de asesores, Stephen Bannon, que fue aplaudido hasta por el Ku Klux Klan, la organización racista asesina de afroamericanos.

Jeff Sessions, que ocupará el ministerio de Justicia, a cargo del plan de expulsar a 3 millones de inmigrantes, atacó a un abogado blanco que defendió a un afroamericano, por “avergonzar a su raza”. Es un conocido fanático contra la inmigración mexicana y latinoamericana.

El general Michael Flynn será el asesor de Seguridad Nacional, tiene posiciones incendiaras contra el Islám. Por otra parte, propone una relación más estrecha con Rusia. Mike Pompeo  jefe de la CIA, también quiere romper los acuerdos con Irán. Las 3 agencias de seguridad pasarán a manos fascistas. Trascendió que el Pentágono (Defensa) sería ocupada por el general James Mattis, que encabezó las invasiones yanquis a Afganistán e Irak. Está pendiente el área de comercio, a cargo de endurecer y revisar los acuerdos con China y otros países.

Trump se burla de los cambios climáticos a los que califica de “cuento chino”. Romperá los acuerdos firmados: Estados Unidos seguirá siendo un gran contaminador del mundo.

 

Cambios y consecuencias

Trump llega al gobierno con su propuesta de cierre de Estados Unidos dentro de sus fronteras. Es una política que tiene razones estructurales profundas.

El centro de la industria tradicional yanqui fue quedando deshabitado. Los monopolios llevaron sus plantas a China, México, etc. El comercio pasó a ser muy favorable a China; y China se convirtió en el mayor acreedor de Estados Unidos.

La situación es muy grave para América Latina. Es dramática para 11 millones de inmigrantes indocumentados. Muchos de ellos tienen hijos nacidos en Estados Unidos, y envían parte de sus salarios a sus familias, sobre todo mexicanas. Trump ratificó el muro en la frontera con México, y que “lo pagarán los mexicanos”.

Trump ha dicho que impondrá un impuesto del 35% a las importaciones de sectores de la industria radicada en China, México y otros países. También revisará convenios, lo que amenaza las exportaciones de nuestros países.

Brasil sigue en una profunda recesión, que golpea a la industria argentina. La caída de la producción industrial en nuestro país, ha producido decenas de miles de despidos, y suspensiones. Y se acabaron las changas.

Trump ha tenido relaciones estrechas con la familia Macri. Fueron socios en un emprendimiento inmobiliario en Nueva York, en el que finalmente los Macri tuvieron que venderle el terreno. Durante mucho tiempo fueron amigos, se visitaban y alojaban en sus mansiones.

 

Xenofobia y protestas

La nueva situación mundial es muy grave. El racismo llevado al extremo golpea a todos los musulmanes, como si fueran terroristas, a los latinoamericanos y otros sectores. Es el machismo al extremo de la manera más repugnante. Es la prepotencia imperialista yanqui al desnudo. Pese a todo esto, Trump ganó las elecciones.

Una amplia corriente de obreros, sobre todo los afectados por la política de traslado de las fábricas al extranjero, que perdieron su trabajo o vieron recortados sus salarios hasta la mitad, miran con bronca a los indocumentados. Esos indocumentados hacen los peores trabajos y reciben los peores salarios.

El voto de esa corriente de obreros golpeados por el cierre de fábricas, también impuso el triunfo del plebiscito por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Puede llevar al gobierno a la derecha fascista en Francia y Austria. Y crece con el Partido Alternativa para Alemania. También, ha alentado un nacionalismo de posiciones fascistas, que gobierna Hungría y Polonia, y acaba de ganar en Bulgaria (en este caso, con un amigo del jerarca ruso Putin).

Trump tiene conexiones con Putin. Le facilitó documentos contra Hillary Clinton; documentos que mostraron la estrecha relación de los Clinton con los banqueros de Wall Street. Esta relación de Trump con Rusia crea una situación difícil para Europa, en la que están en juego Ucrania (y Crimea), los países bálticos, y otras regiones.

Al mismo tiempo, han crecido corrientes, de izquierda, antiimperialistas, progresistas y reformistas.

Es el caso de los sectores que alentaron a Sanders en Estados Unidos con un programa de tipo socialdemócrata. Sobre todo la juventud, que viene de las protestas, durante la crisis, con el movimiento Ocupa Wall Street. Parte de esa corriente no votó a ninguno de los dos candidatos, y se moviliza en repudio a Trump.

En España creció Podemos, una fuerza con posiciones de izquierda, que resistió un año la constitución del gobierno de derecha.

Hay grandes huelgas y movilizaciones en Francia, Alemania y otros países en los que van surgiendo sectores de izquierda.

 

El “patio trasero”

El triunfo de Trump va a pesar en nuestro país: para él, somos parte de su “patio trasero”. Más aún con este gobierno de los ricos para los ricos que abre las puertas de par en par para los capitales extranjeros, con una inflación que beneficia a un puñado de monopolios formadores de precios, eliminando impuestos a las mineras imperialistas y las cerealeras, le pagó a los fondos buitres, etc. Con lo que agravó el hambre y la pobreza, y les sigue cobrando “ganancias” a los trabajadores.

Crece la bronca del pueblo por abajo, aunque hay sectores que todavía esperan un poco más. Para los más humildes la situación es terrible, como se vio en la extraordinaria Marcha Multisectorial de las Economías Regionales, y se volvió a ver en el gran acto de la CGT con la CTEP, la CCC y Barrios de Pie.