Vamos a hablar de los 20 años de la rebelión. Están los que sólo hablan de la tragedia desatada por la imbecilidad de De la Rúa y Mathov de desatar la represión frente al fracaso del decreto de Estado de Sitio, represión inútil que dejó un saldo de decenas de mártires del pueblo. Se habla de la tragedia para ocultar el camino señalado por la rebelión popular y sus grandes logros. Camino porque por primera vez era derrocado un gobierno por su carácter y sus medidas antipopulares y entreguistas, abriendo una situación en la que el pueblo pasó a discutir y decidir sobre su futuro como pocas veces se había visto en la Argentina, una situación revolucionaria en el país, que no logró coronar en un gobierno de unidad popular, pero un pueblo que llegó hasta un punto muy elevado para lograrlo.
Fue una llamarada que llegó a todo el mundo, una rebelión que mostraba el camino y los instrumentos de lucha para enfrentar la globalización.
La globalización que empezó en el 90, 91, fue arrasando no solo con todas las conquistas obreras de la posguerra sino con todos los sistemas de carácter nacional en los países dependientes, algunos decían que era el fin de la historia, que empezaba una nueva época de la humanidad signada por ese desarrollo sin freno del capitalismo. El pueblo argentino concentró la experiencia de lucha contra ese avance y lo expuso ante los pueblos del mundo. Y por eso fue tomado como un ejemplo, el piquete, la goma quemada, la manifestación callejera con autodefensa organizada, tuvo sello argentino desde ese momento.
En lo nacional puso un límite por el cual ya a ningún gobierno de carácter antipopular se le podía ocurrir imponer sus medidas con un Estado de Sitio. Esto da una posibilidad de desarrollo de las luchas que tenemos que saber aprovechar.
También con esas grandes manifestaciones y con toda la deliberación posterior fue que se impusieron grandes medidas que han signado el desarrollo hasta hoy: la irrupción de los planes sociales; el límite a las medidas represivas del gobierno y generó las condiciones de la derogación de las leyes de Obediencia Debida y el Punto Final; y también para que el gobierno declare la cesación del pago de la deuda externa fundamentando su carácter ilegítimo con el fundamento que había probado Olmos, y que está depositado en el Parlamento argentino.
Al cesar con el pago de la deuda fraudulenta a raíz de esta rebelión, nos declararon el default que según los apologistas del sistema nos traería las mil calamidades. Desde ya que generó algunos cuellos de botella atascados de la importación, pero se abrió el ciclo de crecimiento hasta el año 2006 más prolongado y exitoso de estos 20 años. El único período de los últimos 40 años en que la deuda externa no creció. GRAN ENSEÑANZA!
Esto tiene trascendencia para los días de hoy en que el FMI indica las tendencias generales que tiene que tener el presupuesto. En ese momento se nos declaró en default, la Argentina dijo que cesaba en sus pagos hasta investigar esa deuda y se nos declaró en default en todo el mundo capitalista. Ahí la Argentina resurgió, porque acá se podía importar muy poco, esa declaración del default reactivó toda una serie de industrias que estaban siendo arrasadas con el plan globalizador y neoliberal, y al mismo tiempo posibilitó con el no drenaje de los dólares que se van, que nuestro país enseguida se empezara a capitalizar. Ese ciclo no se aprovechó en la dirección de un camino soberano porque lentamente se fue imponiendo la idea de que había que volver a los mercados, se fue a la renegociación de la deuda, y luego Macri nos remachó con el FMI.
De Renzis: Fue una semana en donde se hizo lo que tantas veces se había pregonado. Y lo corrieron con los bomberos…
Arnoldo Gómez: Fue una rebelión con mucho grado de espontaneidad, no logró tener una organicidad para darle consecuencia a sus propios reclamos.
De Renzis: Estamos hablando del gobierno de Rodríguez Saá, a quien le hacen creer en Mar del Plata, en Chapadmalal, que venían miles de personas cuando en realidad había 50, 60 personas que habían puesto enfrente que lo impacta. Uno de los que jugó un papel de gran presión psicológica fue Federico Ruckauf, que jugaba para Duhalde, que decía “hay que tomar una decisión porque se vienen todos para acá”. Y Rodríguez Saá se va a San Luis y renuncia por la cadena de San Luis. ¿Qué le había pasado? En la residencia de Olivos le habían cortado la electricidad y el agua, y él creía que ese movimiento tenía una magnitud que no era tal. Pero había tomado medidas que ilusionaron al pueblo argentino y duró una semana.
Arnoldo Gómez: No tenía esa decisión la fuerza de un pueblo organizado, con su vanguardia, un frente político incluyendo sectores de las fuerzas…
De Renzis: Fue la única vez que se dijo: señores, estamos en cesación de pagos, no podemos pagar.
Arnoldo Gómez: Y la fundamentó diciendo que no iban a tomar ninguna medida que siga afectando al pueblo. Por eso fue un relámpago que ilumina.
De Renzis: Se puede leer el drama pero también la esperanza que surgió en ese momento.
Arnoldo Gómez: Justamente la esperanza la da la movilización popular.
De Renzis: También se terminó cuando en las asambleas la gente empezó a ver las banderas políticas, porque estaban en el “que se vayan todos” y cualquier bandera política que veía irritaba.
Arnoldo Gómez: Es una cuestión para tener presente… es cuando la bandera política no expresa unidad, cuando la bandera política expresa la intención de montarse sobre el reclamo, y hay un rechazo que tiene cierta salud.
De Renzis: A eso me refiero, sentían como que le iban a robar el reclamo.
Arnoldo Gómez: Otra cosa es cuando esas banderas expresan poder llevar adelante el cauce a un sentimiento del pueblo que está buscando ese cauce y organicidad. Esto hay que pensarlo para el futuro y cómo vamos a ir saliendo de los problemas que tenemos hoy.
[Reproducen audio de De la Rúa]
De Renzis: Las palabras de De la Rúa diciendo que la culpa era de otro.
Arnoldo Gómez: Y su ineptitud para resolver situaciones. No se hizo cargo del desastre que abrió. El trajo a López Murphi, a Cavallo, se llevaban en camiones los dólares. Yo vine en la columna desde La Matanza que cuando llegó a la Capital, los comerciantes de Liniers la recibieron con la consigna que después se generalizó de “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Y un tema grueso que no entienden estos que son economistas de planilla es que cuando hicieron el corralito el hambre en el Gran Buenos Aires creció en forma fabulosa, porque en una estructura donde la globalización llevó a que más de la mitad de los puestos de trabajo son en negro, que dependen del día a día de todo un sector medio que tenía su plata encerrada en sus bancos, cerraron los bancos al sector medio pero mandaron a morir de hambre de un día para otro a millones de personas. Por eso fue en forma de explosión la rebelión.