Sri Lanka es un país situado en una isla en el sudeste de la India, separada de ésta por un estrecho. Durante el largo tiempo de la colonización inglesa se la llamó Ceilán. Recién logró la independencia en 1948.
La mayoría de la población es budista. En su bandera, como representación de las minorías tamil y musulmana hay barras naranja y verde.
Su tamaño puede ser comparado con el de nuestra provincia de Entre Ríos, pero tiene 22 millones de habitantes, casi la mitad que la Argentina. Por su ubicación es un lugar naval estratégico entre Asia y el sudeste asiático.
Además de la producción y exportación de canela, te, café, caucho y coco, es un destino turístico de fama mundial por sus playas.
Su historia ha estado marcada durante más de 20 años por un conflicto entre el gobierno y el movimiento insurgente de los Tigres de Liberación del Eelam, Tamil.
A principios del 2009 el gobierno nacional inició una ofensiva contra ellos que duró varios meses y resultó en la aniquilación de la guerrilla, pero a un altísimo costo de vidas civiles.
Desde 2021 atraviesa una crisis económica debido a la pandemia, que suprimió el turismo, y sufre escasez de combustibles, alimentos y medicamentos debido a la falta de divisas, que se suma a una alta inflación. Lleva meses con cortes de electricidad y largas filas de espera para comprar combustible. Para evitar el uso de divisas, el gobierno prohibió la compra de fertilizantes con el pretexto de fomentar el desarrollo de la agricultura ecológica. El resultado fue una caída de la producción agrícola que agravó considerablemente la crisis alimentaria.
Además el gobierno declaró una moratoria sobre su deuda externa por 51.000 millones de dólares Necesita unos 6.000 millones de dólares del FMI y de países como India y China para salir adelante por los próximos seis meses.
Las protestas empezaron hace tres meses. Hubo frecuentes manifestaciones y protestas masivas, que culminaron entre el 9 y 10 de julio.
Unos 20.000 soldados y policías habían sido enviados a Colombo, la capital, para proteger al presidente y se decretó el toque de queda. Pero esta medida logró el efecto contrario y cientos de miles de personas participaron de las protestas, encabezadas por los monjes budistas y seguidas por asociaciones civiles, artistas, profesores, escritores y otros profesionales. La multitud superó las vallas y entró a la Casa de Gobierno. Algunos se tiraron a la pileta para refrescarse. Otros probaron la cama del presidente.
Previamente, el primer ministro, Mahinda Rajapaksa, hermano del presidente, y otros ministros renunciaron para tratar de calmar la ira popular, pero la población exigía la salida del presidente, Gotabhaya Rajapaksa. Este se refugió en un lugar secreto mientras los soldados contenían a la población. Luego huyó a las islas Maldivas y de ahí a Singapur, desde donde finalmente envió su renuncia al parlamento.
Después de varios días los manifestantes se retiraron del palacio presidencial, pero anunciando que continuarían la lucha. La retirada fue para proteger el edificio considerado un “tesoro nacional”.
El titular del parlamento dijo que se debería dar lugar a un gobierno de unidad nacional. Tendría que llamar a elecciones en breve.
Hoy N° 1922 20/07/2022