Vemos que hay grandes negocios para algunos y desesperación para otros
Vemos que hay grandes negocios para algunos y desesperación para otros
En los primeros tres días hábiles de su gobierno, Macri transfirió de 4.500 a 5.000 millones de dólares a unas 10 grandes cerealeras multinacionales y grandes pooles vinculados a ellos, con la quita del 5% de retenciones a la soja y la devaluación del 40%. Un 45%, que aplicado a 10.583 millones de dólares que valía la cosecha guardada según la AFIP, son 4.760 millones de dólares para unos pocos. Este grano no los teníamos los pequeños y medianos productores sino Cargill, Bunge, ADM y Alfred Toepfer (yanquis), Glencore (suiza), Nidera y Noble (chinas); Dreyfus (francesa) y Vicentín y Aceitera General Deheza (argentinas), y los pooles y acopios vinculados a ellas, aunque ahora plantean que no les alcanza con un dólar a 14 pesos y exigen 16 a 20 pesos… para vender el resto de lo que prometieron.
Mientras, la mayoría de los pequeños y medianos productores debemos insumos a las cooperativas y acopios que subieron un 40% más, y muchos no pudieron sembrar.
Convalidó o legalizó la estafa de Kicillof–Vanoli–Cristina, de venta predatada de dólares a los bancos por 17.000 millones de dólares a 10 pesos (hoy está a más de $14), dándoles una ganancia de aproximadamente el 40%, o sea unos 7.000 millones de dólares, a los mismos Bancos que durante años la juntaron con pala a costa de nuestros bolsillos.
Transformó los swaps chinos en u$s1.350 millones de dólares que ni Cristina lo pudo hacer. ¿Cuánto nos costará? ¿Tal vez convalidar la estafa de los acueductos chinos en La Paz–Estacas y algunas otras concesiones?
Es decir varios beneficios para un grupo de grandes empresas exportadoras responsables del 75% de las ventas del país. ¿Y para los pequeños y medianos productores qué y cuándo?
A los tamberos: el litro de leche nos pagan $2,40 a $2,50/lt cuando en góndola se vende entre $12 a $18 o más. Mientras subieron alrededor del 50% el costo de la suplementación (justificándolo con la quita de retenciones y devaluación del maíz), agravando la situación que ya teníamos.
De esos precios al público: la industria, la comercialización y el Estado, todos se llevan una tajada que es más grande que la del tambero. A pesar del insuficiente aumento del subsidio en 10 centavos por litro (sumado a los 0,30 centavos), anunciado hace un mes, que cuando se llegue a cobrar poco cerrará de la brecha del 40%, con el costo de producción de $4,50 (Según APL Asoc. Productores Lecheros), según el INTA (Cálculo Costos lecheros en 11 cuencas lecheras argentinas). Así, cada tres meses de producción se pierde un productor.
De continuar esta situación, en poco tiempo nos darán a muchos otros golpes de gracia.
Ante esa situación ¿qué solucionan los créditos ofrecidos?
En un contexto de endeudamiento donde muchos no podemos pagar lo que ya tenemos, o las deudas en cooperativas y proveedores de insumos, sin rentabilidad y a altas tasas. ¿O serán como los prometidos por CK y Urribarri para diciembre de 2015 que nunca llegaron?
Nos preguntamos: ¿no saben o no quieren entender que la lechería sufre una crisis estructural desde hace años y que sin demandarle a la industria y las grandes cadenas de supermercados un precio mínimo sostén, el gobierno no dará una solución de fondo y así seguiremos desapareciendo día a día como ocurre desde los años ‘90?
Las grandes empresas fijadoras de precios: los Saputo (canadiense), la Sibila, Sancor, Serenísima, etc., nos dicen que “debemos esperar que suba el precio internacional para poder exportar leche en polvo” (la misma que nos compraron a precios por el piso) para cumplir los acuerdos con la Subsecretaría de Lechería de pagar los 2,60/lt.
¿Y quién puede garantizar cuándo se repondrá el mercado mundial, afectado por una crisis de superproducción prolongada y caída de las grandes economías como China, EEUU, Europa y Brasil que sufrimos desde hace años? Y caída de los importadores de leche como Rusia, Argelia, Venezuela. Por eso hay que tomar ya medidas hacia adentro de la cadena de industrialización y comercialización y el aumento del consumo interno que ha caído (Datos de CIL, Centro de Industria Lechera) entre otras.
A los productores de carne
Mientras se dispararon los precios al público con la quita de las retenciones, se nos achicó el margen por el aumento del maíz y balanceado y encima nos amagan con importar carne vacuna y de cerdos. Medidas que siempre resultan negocios para unos pocos que están en las puntas del negocio. Producir un kilo de carne en un Feed Lot sale hoy mucho más que antes por lo anteriormente dicho.
Mientras otros costos aumentan con la devaluación y la inflación: como el combustible que sigue subiendo (a pesar de la baja del petróleo en el mundo). La tasa de interés bancario subió un 10 a 12% sobre el 35% que ya pagábamos. Otra para los bancos.
Si fueron tan rápido para darle enormes ganancias a los grupos concentrados ¿cuándo nos llegará a nosotros?
La promesa de la Agricultura Familiar
Dijeron desde el Ministerio de Agricultura que sería una política de Estado a favor de los pequeños productores, también fue una propuesta de campaña. Pero sigue pendiente desde el verso kirchnerista que la dejó desfinanciada durante todo el 2015 sin presupuesto. Exigimos que rápidamente se giren los fondos para este sector más vulnerable que necesita a lo largo y ancho del país proyectos sustentables técnica y financieramente, para quienes no quieren sumarse a las miles de familias expulsadas en la última “década ganada”.
Necesitamos urgente medidas para las Pymes agropecuarias y de los pueblos
Para los pequeños y medianos productores que según la Bolsa de Cereales de Entre Ríos son los responsables del 60% de la producción de granos en la provincia y en su mayoría están, endeudados y sin capital de trabajo.
–Precio mínimo sostén para la leche a $4,50, también para el citrus y demás economías regionales.
-Créditos puentes con tasas bajas para enganchar a las Pymes al tren, que de arranque nos sacó como una legua de ventaja. Para los que tomaron deuda a un dólar de 9,40 y la tienen que pagar a un dólar de $14.
-Créditos de honor o con condiciones no bancarias para los productores que no tienen esa condición.
Si hay plata para darle a las petroleras extranjeras (Chevron y Pan American) a las que el gobierno le garantiza más del doble del costo del barril, que vale u$s30 y les garantiza un precio mínimo sostén de 67 dólares el barril, debe haber también para los pequeños productores que ya venimos agobiados por la política del kirchnerismo.
No podemos esperar que el vaso derrame para los de más abajo. Ese cuento ya lo vivimos con Menem y se fundieron 120.000 productores y en los 12 años del relato de los Kirchner desaparecieron otros 100.000 más.
Nuestras duras luchas por subsistir como productores del 2008 hasta el último tractorazo de diciembre en Casa de Gobierno en 2015 ayudaron a la derrota de Cristina y el “sueño” de Urribarri. Pero ahora llegó el momento de revertir nuestra situación, con políticas de fondo.
Proponemos discutir mandatos de asambleas en las organizaciones de pequeños y medianos productores y campesinos pobres para exigir al gobierno nacional y provinciales medidas urgentes.
El estado debe intervenir con políticas públicas diferenciadas a favor de los pequeños y medianos productores. No solo a favor de los más grandes.
Por miles de nuevas chacras que desarrollen y fortalezcan nuestro mercado interno frente a la crisis.
Por precio sostén para todos los productos de las economías regionales.
Políticas públicas que aumenten el consumo interno de alimentos hoy deprimido por la inflación.
Mesa de Chacareros Federados
de Entre Ríos
Febrero 2016